Una vida contigo.

Carta a Eliabeth.

Elizabeth) 

Mientras caminaba dirección a la casa escuché el murmullo de Tom, seguramente sería de despedida. 

-¿Te encuentras bien?- le dije a Nick- No tenía que haberte levantado de la cama... 

Nos dirigíamos hacia la sala de estar. 

-Estoy bien, sólo necesitaba tomar un poco el aire- dijo mientras se sentaba en un lado del sofá de flores rosas, blanco y verde. 

-No tienes que estar aquí, debes estar en cama reposando. 

-Me aburro todo el día solo. Además tengo cosas importantes que hacer que no puedo retrasar. 

Quería preguntar algo pero no me atrevía, no por la pregunta si no por la respuesta. 

-¿Qué quieres preguntar?- dijo mi prometido con una sonrisa. 

-¿Q-Qué?- dije confundida 

-Tu cara refleja que quieres hacer una pregunta, pero dudo mucho que te pueda ayudar si no me la formulas. 

-No sé si... quiero saber la respuesta. 

-Elizabeth, así no podré ayudarte. 

Solté la pregunta de golpe: 

-¿Y mi hermana? ¿As tenido noticias de ella...? Sé que me dijiste que confiara en ti y tal, y lo hago, pero es mi hermana y si le pasa algo yo...- luché para que mis lágrimas no cayeran de mis ojos. Sabía que mi hermana lo estaba pasando muy mal con el cambio tan busco de nivel social, si le hubiera pasado algo... no sabía lo que haría. 

-No te pongas así Elizabeth- lo miré a la cara haber si me decía algo más- Grace está bien, Dylan y Paul fueron ha verla por orden mío, y no le ha pasado nada, sólo tiene un leve rasguño en el brazo al salir de la habitación, pero ya. Está en casa, sana y salva, deseando de verte de nuevo, de veras. 

-¿Es cierto eso?- dije mucho más tranquila. 

-¿Sí que lo es, que te parece que mañana vallamos tu y yo juntos a verla- propuso. 

-Pero... tu aún no estás bien. 

-Estoy perfectamente, lo del otro día no fue nada, sólo tengo el brazo pegado al costado, el doctor dijo que con inmovilizarlo era suficiente. 

-Pero no quiero que te arriesgues. 

-No pasará nada, además ¿no tienes ganas de ver a tu hermana? 

-¡Claro que tengo ganas! 

-Pues no hay más que hablar, mañana en la mañana iremos a visitarla, será una sorpresa- sonrió. ¿Iba a ir enfermo, con un brazo pegado al costado y muchos pequeños cortes por todo su cuerpo, sólo para verme feliz? ¿De verdad lo haría? 

La puerta se abrió, en esos instante y apareció Paul. 

-¿Pasa algo?- dijo Nick 

-Nick... 

Se aproximó a él y estuvo unos pequeños minutos susurrándole palabras al oído, no podía oír nada, estaban muy cercas y hablaban muy bajito. Poco a poco a Nick se le formó una pequeña sonrisa, ambos intercambiaron información hasta que se separaron. 

-Muchas gracias Paul, no sé cómo agradecértelo. 

-Ya sabrás cómo- dijo en tono divertido- Elizabeth- hizo una pequeña y graciosa reverencia- un gusto verla. 

-Paul...- asentí con la cabeza en modo de saludo. Éste se fue. 

Miré a Nick, me miraba con una sonrisa en la boca.