Asalto, Nick, Te amo.

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(Elizabeth)

La siguiente semana la pasé entretenida.

Mi malestar había remitido.

Todas las personas que me rodeaban intentaban que nunca estuviera sola. Hacían que me entretuviese.  Lo había notado. Y lo agradecía.

En una semana revisé todas las preparaciones de la boda. Estaba algo cogida de tiempo pero con la ayuda de mi familia lo conseguí. Cambié un par de cosas, como las flores, los músicos, el orden de bailes...

Para distracción mamá me apuntó a clases de baile.

Ahora estaba en la sala de música. Grace tocaba el piano mientras mi profesor de baile, el señor Bennet, intentaba bailar conmigo.

-Un poco más de concentración, señorita Elizabeth, o nunca lo haréis bien- rodé los ojos en dirección a Grace haciendo que riera.

Giré en mí a mi aire. Dejando a un lado el baile.

Grace me acompañaba riendo mientras yo daba vueltas bailado sola.

-Creo que me rindo- murmuró el señor Bennet.

Padre y madre entraron en la sala rápidamente, ordenando a Grace que parara. Paré.

-Elizabeth...- dijo padre- han tendido una emboscada al grupo de Nick. No sabemos si es grave.

Perdí el equilibrio. Gracias a Grace que me agarró me salvé de una buena caída.

-Nick...- corrí hacia la puerta intentando pasar por medio de mis padres.

Mi madre me cogió de la cintura para que la mirara.

-¡Quiero ir con él! ¡Quiero ir a verle!- grité con las lágrimas a punto de salir. Nick...

-Elizabeth- habló padre- será mejor que esperases- me tenía cogida suavemente de la mano.

-No quiero esperar. Quiero saber que ha ocurrido.

-Está en un palacio a las afueras de Inglaterra- dijo madre- no puedes presentarte en la corte sin avisar.

-Me da igual- me solté de ellos y me encaminé hacia el exterior para luego montarme en un carruaje.

Minutos después mis padres se subieron y emprendimos el viaje. Habían entendido el mensaje...

Habían herido a Nick... ¿Y si era grave? ¿Y si no lo veía más? ¿Y si cuando llegara era demasiado tarde? ¿Y si estaba...? No, era imposible. Temblaba, pero no de frío.

Toqué el cristal de la ventana del carruaje con mis nudillos.

-¡Más rápido! ¡Más rápido por favor!- grité avisando al cochero.

Cuando el carruaje paró en el palacio, no dudé en bajarme.

Aún no había terminado de parar cuando ya bajé y subí las escaleras corriendo para llegar a la entrada.

-¡Elizabeth!- me llamaba madre, pero no le hice caso. Era de Nick del que se trataba.

Me guiaron hasta una gran puerta que me abrieron para dejar ver una enorme sala de espera.

Vi que estaban los señores Lewis junto con algunas doncellas de la casa real.

-Ahora mismo me acaban de anunciar tu llegada- dijo Anna- ¿Qué haces aquí sola?

-N-no te preocupes, ha venido mamá y papá conmigo- dije mirando nerviosa alrededor- ¿Cómo está Nick?

-Cálmate por favor. En cuanto salga el médico te dejaré entrar a verle. Siéntate.

Una vida contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora