Viaje.

1K 45 0
                                    

(Elizabeth) 

¿A qué venia esa carta? ¿Quién era? ¿Nick? No, era imposible, lo tenía delante mía y estaba siempre con él, no podía ser él. Leí de nuevo la carta. No tenía ni idea de quien se trataba. Estaba asustada, decía que me conocía muy bien, pero... ¿Quién podría ser? ¿Un acosado? 

-¿Pasa algo, hija?- escuché la voz de mi madre. 

No entendía nada 

-No...na-da...- salí rápidamente de la sala en la que me encontraba. 

Oí como decían mi nombre varias veces personas distintas. Pero en ese momento estaba aturdida. 

Llegué a mis aposentos y me senté en la cama, había estado corriendo y me encontraba un poco ahogada. 

Leí la carta por tercera vez, no conocía la letra. ¿Mi hermana? No, ella no me mandaría esa clase de carta. La letra era basta pero a la vez muy delicada, seguramente escrita por una buena pluma. Doblé la carta por la mitad y me di cuenta de algo en que antes no caí. Detrás de la carta estaba dibujado un símbolo, era mas bien un escudo, o eso me pareció. Una larga y gruesa serpiente rodeaba a una mujer con harapos desgastados y sucios, mientras que la cara de la mujer era de puro horror. Me entró un escalofrío al instante. Nunca había visto aquel símbolo. 

............................................................................ 

(Nick) 

Reconocí el papel al instante, no podía ser él. ¿Por qué le escribía cartas a ella? ¿Qué quería de nosotros? 

Recordé su cara de asombre y miedo a la vez. Cuando corrió fuera de la sala quería ir tras ella pero mi madre me lo impidió. 

-Sea lo que sea que halla escrito en esa carta le ha afecta y necesita unos minutos sola. 

-No... 

-Nick... tu madre tiene razón no de... 

-¿No entendéis nada?- grité. En cierta parte las damas no sabían nada de las cartas amenazas y cajas que se habían enviado hasta entonces. No queríamos preocuparlas. Creeríamos que sería un padre con enfadado por no elegir a su hija o alguien que quisiera aterrarnos. Pero esto se había vuelto cada vez más violento. Si el desconocido quería aterrarnos... por mi parte lo había conseguido, pero no iba a renunciar fácilmente. 

Sin saber su respuesta corrí para alcanzarla pero no la vi por los pasillos, de seguro que se había ido a cualquiera de las habitaciones. 

Encontré a Catalina por los pasillos con una gran manta entre las manos, cuando me vio hizo una pequeña reverencia. 

-¿Sabes dónde se encuentra Elizabeth? 

-Mmm... no señor... desde esta mañana no la he vuelto ha ver. 

-Si sabes dónde está dímelo rápidamente. 

-Si no es mucho preguntar...¿Pasa algo malo con la señorita Elizabeth? 

-Aún nada malo, pero puede pasar- y me dispuse a abrir todas y cada una de las habitaciones. 

-Eh, Nick- llamó alguien por detrás- me volteé y vi a Paul- ¿Ocurre algo? Pareces nervioso. 

-Elizabeth...- dije entrando en otra habitación. 

-¿Qué pasa?- me siguió. 

-Hace unos minutos estábamos en la sala conversando del viaje que vamos ha hacer a palacio, cuando entró Scruble y le entregó una carta. 

-¿Tan malo te parece que le manden una carta? 

-Reconocería el papel de la carta aunque estuviera mezclado entre cien diferentes. 

Una vida contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora