Antes.

633 34 0
                                    

(Elizabeth)

-No puedo creer que estéis haciendo eso- dice mi madre mientras se intenta poner su perfecto pelo recogido bien- No puedo creer que os deje hacer eso.

Una chica de unos 25 años me daba los últimos retoques a mi pelo.

Sonreí frente al espejo que tenía delante.

Hoy era el día.

Hoy me casaría.

No sería la boda que soñaba junto con Grace cuando éramos pequeña, pero era diferente y me gustaba.

Todo el salón principal, el pasillo y las escaleras estaban decorados con la decoración que había elegido hace unos días atrás. El Padre Prado había llegado hace unas horas para prepararlo todo con el tiempo suficiente.

Iba a ser una ceremonia discreta y con las suficientes personas como para sentirnos en familia. Era algo precipitado, sí, mi madre y Anna no había dudado en comentarlo una que otra vez, pero era lo mejor.

Casi le da un infarto a los mayores cuando informamos nuestra intención en la cena de antes de ayer, hubo un gran revuelo durante toda la velada.

Papá tuvo que calmar a mamá en alguna que otra situación.

Mamá llegó a preguntarme si estaba embarazada y era ese el motivo por el cual queríamos casarnos tan pronto.

No veía a Nick desde antes de ayer que lo vi por última vez en la cena, a partir de ahí nuestras madres nos habían prohibido vernos, sabía que era una tontería pero ellas querían eso y después de darle el disgusto con la boda de antelación quería darles un respiro.

Sabía que Nick había puesto a guardias detrás de mí para mantener la guardia, lo había notado del tirón cuando me había cruzado con 4 guardias diferentes mientras caminaba por el pasillo.

-¿Cuánto falta?- murmuré mientras me tocaba las pulseras plateadas.

-Aún falta un poco, Lizzie- habló mi hermana mientras entraba en la habitación, vestía con un traje lila pálido y su pelo castaño recogido en trenzas.

La chica que me peinaba cogió la última flor blanca que iba incrustada en el moño de mi pelo y examinó su obra con una sonrisa satisfecha.

-Está preciosa- habló.

Un toque en la puerto hizo hacer que mirara hacia ella para encontrarme con mi padre perfectamente vestido con su traje negro.

-Querría hablar unos minutos con mi hermosa hija, tengo que aprovechar el momento.

-Claro que sí, querido- dijo mi madre- vamos, todos fuera.

Uno a uno fueron saliendo hasta que mi padre entró y cerró la puerta tras sí.

Me levanté y le sonreí desde donde estaba.

-No puedo creer lo hermosa que estás, te he dicho miles de veces que eres una flor en mitad de una batalla, pero nada se puede comparar a cómo estás hoy- dijo para luego darme un beso en la mejilla.

-Tú también estás muy guapo, papá. Hace mucho que no te veo con un traje negro.

-Hoy es un gran día para llevarlo- suspiró y me miró a los ojos- Quiero que me perdones.

Fruncí el ceño.

-¿Por qué?

-Todo esto de Daniell es culpa mía. Si no te hubiera prometido con Nicholas, ahora estarías tal vez conociendo a un rico médico o comerciante sin ninguna necesidad de haberte expuesto a tantos peligros.

-No tienes que decir eso. Porque estoy seguro que Nick no me hubiera dejado casarme con otra persona que no fuese él, puedo asegurarte. Además, cuando sea mayor y arrugosa, como tú, podré decir que viví algo emocionante cuando era joven- reí intentando que mi padre no tocara más el tema.

-Muy graciosa- me abrazó- No quiero dejarte ir. No quiero que no estés bajo mi protección.

-Siempre estaré bajo tu protección solo que algo más lejos. Además aún te queda Grace.

-Grace... creo que no la dejaré ir hasta los 30.

-Pobre...- reí.

-Toma- dijo mientras metía su mano en el bolsillo de su chaqueta.- Me tendió algo y yo abrí mis manos para que papá dejara caer algo en mi mano.

La miré y vi que era un fino collar de oro con una perla roja.

-Tu abuela me dio dos colgantes: este y uno esmeralda. Quiero que el rojo sea para ti. Me recuerda a tu pelo. Antes de morir ella sabía que solo tendría dos hijas, por lo que me dio dos de sus joyas más valiosas para que el día de vuestras bodas, os lo entregase a ustedes y poder empezar un legado familiar. Quiero que se lo pases a mi nieta, y mi nieta a su hija, hasta siglos y siglos. Tal vez dentro de 2 siglos nos recuerden. Quiero empezar este legado.

-Gracias, papá.

-No llores, cariño, no está bien llorar en un día cómo este.

No sabía que estaba llorando hasta que sus manos limpiaron algunas lágrimas de mis mejillas.

-Te quiero- lo abrace fuerte.

GUTE NACHT! GUTE NACHT!

Como habéis leido es cortito (sorry)

Debo de confesar que he estado en un estado de.... bloqueo mental.... PERO ESTOY DE VUELTA!!!!

Este fin de semana os traeré un cap de lo más largo, os lo prometo, lo tengo todo ideado, solo necesito repasarlo y escribirlo (AY QUE BONITOO) 

Bueno no me enrrollo más que tengo que estudiar!! :(

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME LEEISSSS. GRACIIIIASSSSSSSSS!!!! VOTEN Y COMENTENNNNN

Una vida contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora