Jane, casa del campo, Paul está raro.

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(Elizabeth

Sentí de repente que mi cuerpo se iba para delante y que unas manos me cogían de la cintura para evitar que me chocase con la persona que tenía enfrente. Abrí los ojos y giré mi cabeza y vi que Paul tenía el ceño fruncido.

-¿Qué ha pasado?- gritó mi madre furiosa.

-¿Por qué para el carruaje tan brusco?- dijo Anna.

-¿Estás bien?- me preguntó Paul.

-S-sí, gracias- respondí.

Me soltó y la puerta derecha se abrió mostrando el cochero.

-Lo siento mucho el aterrizaje tan brusco, pero no podía hacer que los caballos parasen, el barro dificulta las cosas, hemos llegado a vuestro destino, les ruego que me disculpen.

-Espero que la próxima vez no vuelva a ocurrir lo mismo- dijo madre bajándose del carruaje con ayuda del cochero.

-Así será señora.

-¿Bajas?- preguntó Paul.

-¿Eh?, Sí, sí, claro.

Bajé del carruaje también con la ayuda del cochero, detrás mía bajó Paul.

-¿Dónde está la casa de su hermana?- pregunté a Anna.

-Cruzando el pueblo, esta villa es pequeña así que no tardaremos en llegar.

-Podemos visitar mientras el pueblo- dijo madre.

-Madre, lo esencial ahora es ir a la casa y hacer que Jane vuelva, después si hay tiempo haremos cosas segundarias- dije poniéndome en marcha.

-Elizabeth- me llamaron, era Paul.

-¿Si?

-No te alejes de mi o sino Nick cumplirá su promesa- puso cara de horror a lo que yo reí- y no me gustaría nada.

-Está bien- dije riendo aún- vamos.

Al igual que la villa de Down Date, ésta también estaba decorada por preciosos decorados navideños. Era sorprendente que a estas alturas de Diciembre hubiera rayos de sol.

Caminamos durante poco tiempo, la villa era más pequeña de lo que me imaginaba. Íbamos por una camino empedrado cuando vi una gran casa de madera y piedra a un lado.

-¿Es esa?- dije para que alguien me contestara.

-Sí- Anna tomó aire y lo expulsó sonoramente. Se veía a simple vista que estaba muy nerviosa. Encaminé hacia ella y le puse la mano en el hombro de forma cariñosa.

-Saldrá bien- le sonreí.

-¿De veras?

-No te quiero mentir, y la verdad es que no se cómo saldrá todo esto, pero estoy segura de que tu hija te sigue queriendo y que te echa mucho de menos y para volver sólo necesita el empujón de su madre al lado de ella.

Se limpió algunas lágrimas que caían por su mejilla.

-Tienes razón, haré que venga de vuelta.

Nos pusimos en camino.

El reencuentro fue raro, la verdad, no lo hubiera imaginado así en mi cabeza.

En cuando Anna y Jane se vieron ambas corrieron a abrazarte. Anna no paraba de darle besos a Jane por toda la cara.

Una vida contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora