R u mine? | HoSeok ; SeokJin

09

Me sorprendí muchísimo. Esta era la razón por la que Hye y YoonGi no querian decirme. La verdad es que me sorprendieron más de lo que se suponía. Mis manos tiemblan por el nerviosismo en mí y no sé cómo formar una simple palabra como un "hola".  HoSeok se acercó a mi, tomó mi mano y depositó un suave beso en ella. Sus ojos color avellana me miraban profundamente mientras que sus labios formaban una hermosa sonrisa. Ese gesto hizo que me sonrojara. Este hombre es simplemente hermoso.

— Vengan, tomen asiento. — habló HoSeok. Hye y YoonGi se sentaron y cuando yo iba a hacerlo alguien jaló la silla para mi, miré a HoSeok quién tenía una gran sonrisa en su rostro.

— Gracias. — le sonreí y él asintió.

Todo lo que HoSeok preparó está increíble y muy hermoso. No es el lugar que regularmente me gustaría venir a comer pero al tener a HoSeok me hace pensar diferente. Quiero hacerle tantas preguntas pero no en frente de Hye y YoonGi, ya lo haré más tarde.

Un mesero se acercó a nosotros y nos entregó los menús. Hay tanto para elegir pero tan costoso. HoSeok al parecer había decidido que comería ya que puso su menu en la mesa. Hye y YoonGi hablaban entre sí, decidiendo qué iban a comer. Yo no tengo ni idea de que ordenar.

— ¿Ya decidiste que ordenar? — Me preguntó HoSeok.

— Realmente no sé. Hay tanto que elegir, pero es muy costoso. — hice una mueca.

— No mires el precio, sólo ordena. — sonrió — si no sabes que elegir puedo sugerirte las ensaladas o una pasta con camarones, esa es realmente deliciosa.

— La pasta suena bien. Creo que ordenaré eso. — él asintió.

Luego de unos minutos el mesero de antes volvió. Hye y YoonGi fueron los primeros en ordenar, luego HoSeok y cuando yo iba a hablar HoSeok lo hizo por mi. Yo asentí en agradecimiento.

— ¿Qué te ha pasado allí? — señaló el dedo dónde tenía la bandita, al parecer la vio cuando pasé mi mano por mi cabello.

— Oh, no es nada. Solo una pequeña cortadura. — miré a Hye y volví mi mirada a HoSeok.

— Dejame verla. — tomó mi mano y comenzó a observarla.

Él quitó la bandita suavemente. Observaba la cortadura detalladamente. Sin decir nada. Luego volvió a poner la bandita y acarició mi mano, me miró directo a los ojos y sonrió. Juré haber sentido mi corazón detenerse en ese momento. Mi corazón se detuvo por un segundo y luego palpitó tan rápido que pensé que se saldría de mi pecho. Me quedé observando a HoSeok cuando se alejó por el sonido de su celular. Su expresión de concentración era perfecta. Sus dedos tecleaban algún mensaje en la pantalla de su celular, su cabello un poco desordenado por él haber recorrido sus manos por el, aún así se veía increíble. A este hombre lo hizo Dios con sus propias manos, asegurándose de que no tuviera un simple defecto o al menos para mí, es simplemente perfecto.

— Bueno, ¿de qué hablábamos? — alzó una ceja cuando vio que no le quitaba los ojos de encima.

— Emm, bueno, no teníamos un tema específico. — miré a otro lugar y logré escuchar una leve risa de su parte.

— Eres tan hermosa. — sostuvo mi mano por encima de la mesa, pensé en retirar la mano pero no pude.

Su mano sobre la mía hace que me sienta en un pequeño mundo junto con HoSeok, un mundo donde sólo estamos él y yo. Nadie más, sólo nosotros queriendo que nuestra flor de amor florezca dentro nuestro. Esperando que nos enamoremos el uno del otro, o así me siento yo. HoSeok hace que me sienta fuera del planeta, me hace perder la noción del tiempo. No sé si esto es el amor, nunca lo he experimentado, pero si es esto, si así debo sentirme cuando me estoy enamorando, espero con toda mi alma y corazón que este sentimiento no se vaya o que no sea destruido. Espero no enamorarme y que todo sea en vano, yo quiero amar y ser amada igual.

— Aquí está su comida, disfruten. — dijo el mesero de antes sacandome de mis pensamientos.

Miré la pasta en frente mío, se veía deliciosa y olía muy bien. HoSeok me miró, esperando que diera mi primer mordisco. Tomé el tenedor y eché un poco de la pasta en mi boca.

— ¿Cómo está? Delicioso, ¿no? — preguntó emocionado.

— Si, muy rico. Gracias, HoSeok. — dije limpiando con una pequeña servilleta la camisura de mis labios.

— No hay porqué, mereces esto y más. — dio un sorbo a su vaso de agua — escuchen todos, — dijo alto para que Hye y YoonGi atendieran a lo que diría— ¿podemos hacer un brindis?

— Suena excelente, HoSeok. — habló mi amiga, había olvidado que también estaba aquí.

— Por mi está bien. — YoonGi apoyó la idea de HoSeok.

HoSeok llamó a un mesero y pidió el mejor vino del restaurante. El mesero no tardó mucho en volver con la botella de vino y cuatro copas en sus manos. HoSeok tomó el vino y virtió el contenido de la botella en nuestras copas.

— Un brindis por esta noche. Por la pareja — apuntó a Hye y YoonGi — por la hermosa chica enfrente de mí — sonrió.

— Por los buenos amigos. — habló YoonGi.

— Por el amor. — esta vez fue Hye.

— ¿Por los libros? — fue lo primero que pensé cuando sentí la mirada de ellos encima de mí, ellos rieron por el comentario.

— Por los libros. — repitió HoSeok y luego levantó su copa y todos hicimos lo mismo, comenzamos a chocar copa con copa para luego tomar el vino en ellas. El vino tinto en mis labios sabía exquisito.

Luego de la increíble cena, ya era hora de volver a casa. Pensé que volvería a casa junto con Hye y YoonGi pero me obligaron a ir con HoSeok. No me molesté, al contrario, me agradó la idea.

Al llegar en frente de mi casa, le di un beso en la mejilla a HoSeok e iba abrir la puerta para bajar del auto pero el jaló de mi brazo.

— Espera, la vez pasada me quedé con las ganas de hacer esto.— dicho eso juntó nuestros labios en un suave beso.

¡HoSeok acaba de besarme!