06

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Él se acercó a mi rostro. Yo solo cerré los ojos fuertemente, esperando a su siguiente movimiento. Esperaba sus labios sobre los míos pero sólo escuché una risa. Abrí un ojo y vi a HoSeok con una mano en su pecho mientras reía fuerte. Llenando el silencio de aquella cafetería con su linda risa. Haciendo que los demás clientes allí y los empleados nos miraran divertidos. La risa de HoSeok es contagiosa.

— ¡Yah! ¿De qué te estás riendo? — me cruce de brazos.

— ¿Pensabas que yo iba a besarte, no es así? — siguió riendo.

— No...bueno...

— La verdad es que si quiero hacerlo. — dijo limpiando una lagrimita de su ojo.

— ¿Q-Qué? — abrí los ojos como platos.

— Quiero besarte, pero si lo hago, no sé qué haría luego. — movió su mano en un medio círculo.

— Oh. — miré hacía abajo.

— Puede ser que que quiera hacer algo más y realmente me agradas así que prefiero esperar.

— ¿Esperar a qué?

— A que te enamores de mi. — el haber dicho eso hizo que le escupiera el café helado en el rostro.

— ¡Oh Dios mío, lo siento! — me puse de pie, busque servilletas y comencé a limpiar el café helado en su cara y ropa.

— Deja eso, ya lo hago yo. — sonrió.

— No, espera. Es mi culpa. — seguí limpiándole pero el me detuvo tomando mi mano con fuerza pero sin hacerme daño. Me pegó a su rostro y volvió a hablar.

— No te preocupes...ya lo haré yo. — me miró a los ojos y luego a mis labios y lamió los suyos, yo hice lo mismo por alguna razón.

Me alejé de él y me quedé helada. Agarré el borde de mi camisa y miré el suelo. Él se puso de pie, agarró mi mano y me sacó de allí. No sé a dónde me llevaba, sólo sé que iba deprisa, como si hubiera robado algo o tuviera una emergencia.  Yo parecía su pequeña mascota detrás de él, tratando de seguir el paso.

Salimos del centro comercial y se acercó a un auto blanco. Sacó unas llaves de sus bolsillos, abrió la puerta del pasajero para mi y luego dio la vuelta al auto para subirse por el lado del piloto. No sé a donde me llevará pero tampoco me detengo a pensar si es buena idea ir con él a dónde sea que quiere llevarme. Tal vez quiere asesinarme y yo le estoy haciendo el camino fácil.

— ¿Podrías pasarme una camisa blanca que hay en el asiento de atrás? — preguntó HoSeok, mientras arrancaba el auto.

Yo asentí, me giré y comencé a buscar la camisa que él había dicho. El asiento trasero es un completo desastre. Papeles, planos y algunos maletines ocupaban el espacio. HoSeok probablemente no tiene tiempo para limpiar el auto. Busqué bajo todos los papeles que habían allí hasta que por fin encontré la camisa, estaba camuflajeada debajo de los papeles.

— Aquí está. — dije sentándome como una persona normal.

— Gracias. — agarró la camisa y la puso en su regazo. Espero a que llegáramos a un semáforo.

La luz estaba roja, así que HoSeok aprovechó y se sacó la camisa que yo había bañado en café helado. Su torso bien trabajado estaba a mi completa vista. Observaba como sus músculos se contraían al ponerse la camisa blanca. La fina tela blanca en su cuerpo lo hacía ver mucho más atractivo. Lanzó la otra camisa a la parte trasera del auto y luego me miró.

— ¿Quieres tomarme una foto? — sonrió de lado, haciendo que me sonrojara.

— Lo siento. — miré mis pies.

— No tienes que disculparte. — sonrió.

HoSeok aceleró cuando la luz cambió a verde. Yo miraba el paisaje, sin decir una palabra. El silencio no era nada incómodo, se sentía relajado. El camino que tomó no lo conocía en absoluto, sólo sé que era hermoso. Habían muchísimos árboles, las hojas caían y bailaban en el aire. Este paisaje es tan relajante. HoSeok detuvo el auto al lado de un hermoso lago. Ambos bajamos del auto y al parecer el ya conocía este lago ya que yo era la única sorprendida por la belleza del lugar. Miré el agua y pude ver a mamá pato y sus crías felizmente nadando, cerca a la orilla había una mesa de madera en la que HoSeok se sentó. Yo tomé asiento frente a él, parecía una pequeña niña emocionada. Me encanta el lugar. Tan relajado, silencioso, sólo la naturaleza y su belleza.

— ¿Te gusta el lugar? — preguntó HoSeok sonriente.

— ¡Sí! Es muy hermoso. — junté mis manos, sonriente.

Ya puedo llamar este lugar uno de mis lugares favoritos en el mundo. Lugares así se roban mi corazón fácilmente. Aquí podría venir cuando quiero relajarme y leer un buen libro. Es perfecto para salir de la realidad por unas horas. No dejo de mirar la bella vista que tengo. No sé cuál fue la razón de HoSeok para traerme aquí, estoy muy agradecida de que lo haya hecho.

— Dije que quería hacer algo divertido, ¿no? — se puso de pie y comenzó a sacarse la ropa.

— ¿Qué haces? — dije con claro asombro. El tiró su pantalón y camisa al suelo y dejó los zapatos a un lado, se quedó solamente en su ropa interior negra.

Yo miraba su buen cuerpo. Este hombre si que es atractivo. Buen cuerpo, buena cara, hermosa sonrisa y es caliente como el mismo infierno. Su voz que me derrite como un chocolate bajo el sol de verano.

— ¿Vienes? — no esperó un segundo más y se tiró al agua.

Se puso de pies luego de nadar un poco, vi como las gotas de agua recorrían su torso desnudo. El pasó su mano por el cabello, sacándolo de su frente, esto haciendo que se viera mucho más sexy. Yo mordí mi labio por lo malditamente bien que se veía. Él me miró e hizo una seña para que fuera al agua con él. No tengo ropa así que negué con la cabeza su oferta.

— ¡Venga, HaNeul! Quitate la ropa y ven al agua conmigo. Es divertido. — rió. Yo hice una mueca, nunca he hecho algo así. — No te preocupes, aquí nadie viene. Lo he hecho muchas veces, ¡ven! —lo pensé muchísimas veces pero al fin y al cabo terminé tirando mi ropa a un lado. Sólo dejé mi ropa interior rosa. Miré a HoSeok y el mordió su labio, mismo acto que hice yo cuando se lanzó al agua.

Soy joven, debo divertirme, Hye siempre me repite eso y hoy por primera vez, le obedeceré.

R u mine? | HoSeok ; SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora