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La comida llegó, desde que la señora nos había dejado solo yo me mantuve en silencio. Seok Jin hablaba y yo me limitaba a asentir. Él soltó un sonoro  suspiro y yo subí la mirada, mirándole directamente a los ojos. Me pregunto qué estará pasando por su mente. Jugaba con su comida, cosa que nunca hace. Siempre come muy animado y hace un sonido como "yum" cuando la comida está muy buena y hace comentarios sobre esta. Sin embargo, ahora está muy callado, me pregunto si fue por lo que pasó con la señora.

— Seok Jin...

— HaNeul, si es sobre lo que ha pasado con la señora y lo que le has dicho, olvídalo, estoy bien. Solo estoy cansado.  — me cortó, y como si hubiera leído mi mente, acertó.

— Es que... — miré el suelo — te conozco, Seok Jin. Cuándo estamos bien comes alegremente, incluso haces comentarios de lo buena que está la comida y lo mucho que amas su existencia — rodé los ojos — Además... Necesito saber que demonios estamos haciendo, ¿por qué me besaste aquel día en mi casa y te marchaste, dejándome con el estómago hecho un zoológico y miles de preguntas en la cabeza? ¿Por qué me siento tan relajada y feliz cuando estoy contigo? Todo esto es completamente nuevo para mi y no lo entiendo. — alzé la vista de golpe, encontrándome con un Seok Jin con los ojos abiertos como platos, sus labios entre-abiertos, parecía pensar que responder.

— HaNeul... Ese beso... — sonrió algo nervioso — Vale, admitiré que quería besarte. Quería sentir esos labios de los que no dejo de pensar. ¿Qué dirías si te digo que me he enamorado de tí poco a poco? No... — comenzó a negar con la cabeza repetidas veces — No digas nada. Solo soy tu amigo, ¿no es así? Qué tontería, enamorarse de una chica que ama a otro.

— No amo a otro. — le corregí. — Pensaba que sí pero no es así. Seok Jin... — tomé su mano sobre la mesa — me encantaría decirte que también me he enamorado de ti, eres increíble, podrías ser el novio o esposo perfecto pero ¿cómo vas a querer a alguien que "ya tiene dos pastelitos"?. — repetí las palabras que una vez me dijo HoSeok.

— Park HaNeul, ¿crees que eso me molesta? Mira esos niños. — Miró con mucha ternura a Dae-Hyun y Shin Hee quienes dormían angelicalmente, estos niños me llenan el alma de azúcar por ser tan adorables — No son míos y me encantan, no me molestaría para absolutamente nada ayudarte a cuidarlos. — yo me quedé sorprendida por sus palabras, ¿cuidar niños que no son suyos?

— ¿Tan... Enamorado estás como para no molestarte que tenga hijos? — él asintió, mis ojos se llenaron de lágrimas.

Siempre he escuchado que ningún hombre aceptaría a una mujer con hijos que no son suyos, ¿cómo es que conozco a Seok Jin y él dice no molestarle en absoluto? ¿Qué tiene en la cabeza? Clavé mis uñas en las palmas de mi mano, intentando, con todas las fuerzas que tengo, de no soltar un sollozo.

— ¿HaNeul... Por qué lloras? ¿He dicho algo malo? Deja de llorar, por favor. — yo negué repetidas veces con la cabeza. Con mi mano limpié mis lágrimas.

— Gracias, Seok Jin. — sollocé bajo, no quiero que nadie más me escuche — Soy un desastre, no sé como te enamoraste, pero gracias. — levanté mi cabeza y sonreí, él sonrió.

— No tienes por que agradecerme esto, pasó lo inesperado. — se encogió de hombros — solo espero que pienses en mis sentimientos y hagas lo que creas correcto, pero... Solo te diré que... Para mi lo correcto es que estés conmigo. Yo sabré tratarte y te amaré, seré lo mejor que te haya pasado, no seré un Jung HoSeok. Por que yo sí te quiero bien. — agarró mis manos sobre la mesa.

Terminamos de comer, pagué luego de haber estado al menos treinta minutos discutiendo con Seok Jin para que me dejara pagarle. Salimos del restaurante junto a mis hijos y llegamos a casa. Seok Jin entró y cerro la puerta detrás de él.

Los bebés aún no han llorado así que los puse a ambos en la habitación que les tocaba. Seok Jin y yo nos sentamos en el sofá de la sala.

Entretenidos viendo Tv. Mi cabeza recostada en el hombro de él, su mano se encontraba en mi muslo. En la película que veíamos pasó una escena de un beso, por lo que escuché una pequeña carcajada de parte de Seok Jin.

— ¿Qué es tan gracioso? — sonreí.

— Yo lo haría mejor que eso. — alcé una ceja, y reí — ¿no me crees? — yo negué mientras seguía sonriendo, burlándome de él. — Vale... — soltó un suspiro y en un movimiento rápido me encontraba acostada en aquel sofá, con Seok Jin sobre mi. El calentón en mis mejillas de nuevo, me he sonrojado.

Lentamente se fue acercando a mi, cada vez sus labios más cerca. Cerré mis ojos y pude sentir sus labios sobre los míos. Lento, apasionado. Sus manos a cada lado de mi rostro, para no aplastarme. Mis manos exploraban el interior de su camisa, suave.

El beso se volvió un poco más feroz. Empujé su pecho he hice que se sentara. Me senté sobre él, poniendo mis rodillas a cada lado. Mis manos se enredaron en su cabello. Sus manos en mi cintura.

La temperatura del lugar subió. Me sentía acalorada. Empezó a mover mi cadera con sus manos, lo que pudo dejar de hacer segundos después por que lo comencé hacer por mi cuenta. Sentí su erección crecer.

— HaNeul... — dijo cuando rompimos el beso para poder coger aire.

— Seok Jin. — suspiré y volví a besarlo.

Él subió mi camisa, alcé ambos brazos para que la quitara por completo. Yo desabotoné la suya. Sus labios bajaron a besar mi cuello, lamiendo, mordisqueando, volviéndome loca. Solté un suave gemido.

El sonido de la puerta abriéndose me asustó.

— ¿Qué demonios...? — escuché aquella voz, la voz que menos quería escuchar en estos momentos.

Salté lejos de Seok Jin, cubriéndome con mi camisa.

Demonios...

R u mine? | HoSeok ; SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora