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El camino que HoSeok estaba tomando lo reconocía. He pasado por aquí. La calle con árboles a ambos lados. Es el camino que una vez tomamos para llegar a la cabaña. Miré el celular escondido a mi lado, la llamada seguía ahí.

— Nunca pensé que fueras un secuestrador, HoSeok. — dije lo suficientemente alto para que se escuchara al otro lado de la línea.

HoSeok soltó un suspiro. Se mantuvo en silencio. Solo seguía manejando, sin decir una sola palabra. No volví a hablar. Con eso que he dicho creo que basta para que Seok Jin sepa que está pasando.

Como sospechaba, HoSeok nos trajo a la cabaña de antes. Bajo del auto, rápidamente corté la llamada y escondí el celular en mi sostén, era un lugar que no le sería muy visible. Abrió mi puerta y me bajó a la fuerza. Me puso sobre sus hombros, movía mis piernas en el aire, luego de unos cuantos pasos, mis pies volvieron a tocar el suelo.

Salió de la cabaña, asegurándose de cerrar la puerta. Caminé alrededor, inspeccioné todo, buscando alguna posible salida para mis hijos y para mi, pero las ventanas habían sido selladas, no podía abrirlas. No había manera de salir. Entré a la habitación que una vez compartí con el hombre que me ha arrastrado a la fuerza hasta aquí. Noté que al lado de la cama había una cuna.

Veo que ha venido antes a preparar todo...

Minutos más tarde volvió a entrar, con ambos bebés en mano. Los recostó en la cuna que me encontraba observando.

Soltó un suspiro.

— ¿Piensas mantenernos aquí por el resto de nuestras vidas? — pregunté de la nada.

— Si es necesario. — se giró, nuestras miradas conectándose.

Salió de la habitación y yo le seguí. Parezco tranquila con esta situación, lo estoy un poco, sé que no sería igual si fuera otra  persona pero es HoSeok. Creo que el hecho de que sea él, me tranquiliza un poco. Pero por otro lado, me secuestro junto a mis hijos y apuntó un arma a mi cabeza. ¿Cómo se supone que esté tranquila?

Tomó asiento en el comedor. Yo solo lo observaba. Soltó un suspiro para luego comenzar a hablar.

— Me pregunto que hubiera pasado si yo no hubiera hecho todo este plan... — Parecía hablar más para sí mismo que para mi. Puso sus brazos detrás de su cabeza, su mirada perdida en el techo. Cerró sus ojos, tenía una expresión relajada. ¿Cómo es que parece tan tranquilo después de lo que ha hecho?

Mientras él se encontraba allí, caminé hasta el baño. Con cuidado cerré la puerta y puse seguro. Saqué el celular de mi sostén y rápidamente lo desbloqueé. Para mí malísima suerte, no había cobertura. Caminé por todas las esquinas del baño. Levantaba el celular para tratar de coger cobertura.

Entré en la bañera y acerqué el celular a la pequeña ventana.

— ¡Bingo! — dije cuando vi que mi celular por fin tenía cobertura.

Marqué el número de Seok Jin, sin moverme del lugar. No puedo arriesgarme a perder la cobertura cuando he luchado tanto por encontrarla.

Dos timbres. Tres timbres. Sin responder.

Volví a intentarlo. Esta vez al segundo timbre logré escuchar la voz de Seok Jin.

— ¡HaNeul! ¿Dónde demonios estás? La llamada anterior, ¿era una broma? — había preocupación en su voz.

— Seok Jin debes rastrear la llamada, no sé como explicarte para que llegues. Ve a la policía. No era una broma. HoSeok nos tiene aquí a la fuerza y ciertamente no veo indicios de que quiera dejarnos ir. — trataba de hablar bajo para que HoSeok no pudiera escucharme.

— No cortes la llamada, HaNeul. No te preocupes, voy a encontrarte pero por favor, no cortes la lla... — no pude escuchar más, el sonido de la puerta abriéndose luego de un fuerte golpe me asustó.

— H-HoSeok... — mis ojos se llenaron de lágrimas.

Su mano agarró la mía fuertemente. Tomó mi celular, cortó la llamada y lo tiró al suelo.

— Intentabas buscar una manera de irte... — estaba enojado.

Me tomó por el pelo, jalándolo fuertemente. Solté un gemido de dolor y mis manos subieron a sostener la suya, tratando de que de alguna manera doliera menos. Me llevó hasta la pequeña sala y me tiró sobre el sillón. Iba a ponerme de pie pero él sacó el arma de la parte trasera de su pantalón y la apuntó en mi frente.

— Desvístete. — ordenó.

— HoSeok, por favor. — lloriqueé.

— ¡Haz lo que te digo! ¡Obedéceme! — alzó la voz.

Este HoSeok da muchísimo miedo. Con lágrimas en mis ojos comencé a quitarme la camisa, luego el pantalón, quedando solo en ropa interior. Él colocó el arma en una mesa a su lado y me puso de pie algo brusco.

Sus labios besaban los míos y aunque yo no le devolvía el beso, él continuaba. Sus labios bajaron a mi cuello. Su mano se deslizó dentro de mi braga. Apretó mi trasero fuertemente. Yo mordí mi labio. Las lágrimas no cesaban.

Se alejó de mi para luego pegar mi cara a una pared. Mis brazos fueron llevados hasta mi espalda. Su mano libre bajó mis bragas hasta mis rodillas. Unos segundos más tarde su mano comenzó a azotar mi trasero. Una y otra y otra y otra vez más.

Escuché como quitó su cinturón y bajó sus pantalones. Su mano jaló mi pelo, tirando mi cabeza hacia atrás. Sus miembro rozaba mi trasero.

¿Realmente va a violarme?

R u mine? | HoSeok ; SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora