R u mine? | HoSeok ; SeokJin

14

La tarde de ayer junto a Hye fue agradable, aunque varias veces me encontré a HoSeok, fue agradable salir. Deberíamos salir más seguido, sin YoonGi o algún chico que nos moleste. Una tarde solo de chicas.

Mientras estaba en el baño cepillando mis dientes mi celular sonó, lo tomé. El nombre de HoSeok me puso nerviosa. Enjuague mi boca y contesté la llamada.

— ¿Hola? — traté de sonar lo más normal posible.

— HaNeul, hola. ¿Estás ocupada? — su voz se escuchaba ronca.

— Para tí nunca estoy ocupada. — me sorprendí cuando esas palabras salieron de mi boca. Lo escuché reír al otro lado de la línea. ¿Acaso soy retrasada?

— ¿Tienes planes para hoy?

— En realidad no. Estaré aquí, en mi casa, aburrida. Probablemente estaré viendo algún programa o leyendo. — me senté en mi cama y comencé hacer círculos en mi rodilla con mi dedo.

— ¿Quieres salir conmigo hoy? Tengo muchas ganas de verte. — yo sonreí por esa confesión.

— Bien, ven por mi dentro de — miré el reloj, eran las 12pm — una hora. Yo también tengo muchas ganas de verte. — confesé.

— Perfecto, te veo dentro de una hora, preciosa. ¡Oh! Y lleva una pequeña maleta o mochila con ropa extra, mmm, como si fueras a viajar por dos días. — dicho eso colgó. Mis mejillas se calentaron, dándome a entender que me acabo de sonrojar.

Rápidamente me di una ducha y me vestí. Unos jeans negros, una camisa rosa, mis vans, algunas sortijas, me hice una coleta, un poco de maquillaje y estaba lista. Preparé la ropa extra en una mochila y salí de la habitación. Me senté en el comedor a esperarlo. Varios minutos más tarde me envió un mensaje e el cual me avisa que ya ha llegado. Tomé mi pequeño bolso, puse el celular dentro y salí.

Lo vi parado fuera de su auto, una camisa rosa que le quedaba increíble, jeans negros ajustados que sólo quería arrancar y unos lentes de sol.

— ¿Rosa, eh? — dijo y rió leve cuando me acerqué a él.

— Parece que has leído mis pensamientos de querer salir de rosa hoy. — bromeé.

— Ahora pensarán que somos pareja. — dijo abriendo la puerta para mí.

— ¿Te molesta que piensen eso? — sonreí de lado y subí al auto.

Escuché un "no" de su parte antes de cerrar la puerta. Le dio la vuelta al auto y se subió por el lado del piloto.

— No me molesta para nada. — me miró, y sonrió de una manera que hizo que me sonrojara.

El camino junto a HoSeok fue en silencio, pero no era un silencio incómodo, al contrario. Era agradable. Él de vez en cuando me miraba y ponía una tonta pequeña sonrisa en su rostro la cual yo encontraba sumamente adorable. Este hombre va a matarme con su belleza. No sé a dónde me lleva, ni siquiera pregunté. De la nada él giró a la derecha, el camino en carretera ahora era un camino de tierra lleno de hojas, árboles grandes a los lados, daba algo de miedo, parecía que me llevaba a un bosque para violarme y luego tirar mi cadáver. Unos minutos más tarde HoSeok se estacionó frente a una cabaña.

— ¿Qué es este lugar? — pregunté.

— He rentado este lugar por unos días. — sonrió — aquí estaremos tu y yo...solos. — me guiñó.

Estaré sola con HoSeok, en una cabaña, alejada de la ciudad, sin auto y sin señal. Sin embargo, no estoy nerviosa. Al contrario, no me molesta para nada tener que estar sola con él aquí.

Caminé junto a HoSeok hacía la cabaña. Miraba alrededor, los árboles eran tan grandes y lleno de hojas que sólo pocos rayos de luz llegaban a tocar el suelo. Se podía escuchar los pajaritos cantar, el sonido de las hojas al moverse al compás del viento.

— ¿Tienes hambre? — me preguntó HoSeok cuando ya habíamos entrado.

— La verdad es que sí. — me encogí de hombros.

— Prepararé algo de comida. He venido antes de buscarte y llené el refrigerador de comida. — sonrió — Ve y explora el lugar. Creo que te gustará tanto como el lago al que te llevé antes. — terminó de hablar y yo asentí.

Comencé a caminar por todo el lugar. Observando cada cosa, cada detalle, cada pequeño detalle, no dejaba pasar nada por alto. Había encontrado el cuarto de baño y la verdad era increíble. Luego entré a la habitación en la cual no sé si dormirá HoSeok o yo. No era muy grande pero era acojedora. Una cama lo suficientemente grande para dos, el suelo en madera, una ventana que dejaba ver el hermoso paisaje en la pared tras la cama. Todo muy bonito. Decidí salir de la cabaña. Caminaba por todo el lugar, tocando los árboles y pateando alguna roca en el suelo. Luego de caminar unos segundos encontré un lago, el agua era increíblemente clara, se podía ver el fondo. El ambiente en este lugar es relajante. Luego de contemplar tanta belleza volví a la cabaña. HoSeok ya se encontraba sirviendo la comida así que tomé asiento.

— Huele delicioso. — dije al olor a un buen espagueti apoderarse de mis fosas nasales.

— Bueno, espero que sea tan bueno como huele. — rió y puso un plato frente a mi.

Sin siquiera esperar a que él se sentara comencé a comer, el hambre me venció. El espagueti estaba exquisito. Parece que fue comprado en vez de hecho por HoSeok.

— ¡Está delicioso, HoSeok! ¿Realmente lo has hecho tú? — pregunté con clara incredulidad.

— ¡Claro que sí, HaNeul! Lo he hecho yo. Aprendí un poco de cocina, por tal razón, no te sorprendas. — dijo para luego echar un poco de espagueti a su boca.

Seguimos conversando, ya habíamos terminado de comer pero no de hablar. Hablábamos sobre nuestra infancia, nuestros gustos, sueños frustrados, lo que más odiamos y temas al azar. Por alguna razón nos desviamos del tema y comenzamos a hablar sobre la familia, el matrimonio y sobre cómo sus papás lo obligaron a casarse con una chica que él no quería.

Este era mi momento. Debo salir de toda duda que tengo.