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Seok Jin frente a mi, HaNi a mi lado izquierdo y HoSeok al derecho, así nos encontrábamos sentados en la cuadrada mesa de comedor. HoSeok no ha dicho palabra. HaNi lo observa detalladamente, HoSeok evitando a toda costa su mirada, su pierna se movía de arriba a abajo, rozando la mía, sí que está nervioso. Seok Jin me miró, alzó una ceja, un silencio ensordecedor se ha apoderado del lugar, yo me encogí de hombros. Carraspeé, acto que me arrepentí de hacer pues todas las miradas se posaron en mi. Me removí incómoda en mi asiento, ¿qué espera HaNi para hablar? Me voy a desmayar en el asiento por los nervios. Miré a HaNi e hice un gesto para darle a entender que si iba a hablar, ya era el momento, ella dio un pequeño asentimiento con la cabeza.

— HoSeok.. — comenzó HaNi, él rápidamente subió la mirada, encontrándose con la de la chica enfrente suyo, pude notar que está algo sudado. — ¿puedes explicarme que haces aquí, amor? Pensé que habías dicho que irías a la oficina.

— B-Bueno... — tartamudeó, carraspeó un poco y lo vi tragar hondo, — es que cuando llegué a la oficina... — HoSeok me miró y luego a HaNi nuevamente, busco una mejor forma de sentarse para estar completamente erguido y parecer seguro de sus palabras, aguanté una pequeña risa que con tantas ganas quería salir — la secretaria me avisó que HaNeul había llamado para informar que le han dado el alta, así que quise pasar a ver como se encontraba. Hasta le he enviado un mensaje a HaNeul sobre que vendría a verla, ¿cierto, HaNeul? — sus ojos me rogaban porque dijera que sí pero esos no son mis planes.

— ¿Mensaje? A mi no me ha llegado ningún mensaje, HoSeok. — cubrí mi mano con una mano y actué sorprendida — Disculpa, quise decir jefe.

— ¿N-Ningún mensaje? No bromees, HaNeul. — rió nervioso — hasta me has contestado. — su risa era tan forzada que daba lástima.

— He sido yo quién respondió ese mensaje, olvidé decirte, HaNeul. — habló Seok Jin encogiéndose de hombros, restándole importancia. La mandíbula de HoSeok se tensó. Su mirada nerviosa cambió a una asesina hacia Seok Jin.

— ¿Cómo has olvidado enseñarle un mensaje de su jefe? Son de suma importancia.— HoSeok dijo duramente, Seok Jin volvió a encogerse de hombros. — Además, ¿quién diablos eres tú para revisar su celular y contestar sus mensajes, maldi... — mantuvo silencio cuando cayó en cuenta lo que decía y frente a su esposa. — Digo... — carraspeó — debiste decirle. — se removió incómodo.

— Iré a buscar algo...vengo enseguida. — informé.

— ¿Puedo pasar al baño? — preguntó rápidamente HoSeok y yo asentí.

Ambos nos pusimos de pie al mismo tiempo. Caminé fuera del comedor y subí las escaleras, HoSeok me seguía justo por detrás. Entre a mi habitación y HoSeok entró detrás de mi. Lo miré confundida.

— El baño está allá fuera. — dije, y él me ignoró, cerrando la puerta detrás de él, poniéndole seguro.

Iba a abrir la puerta, pero justo cuando coloqué mi mano en la perilla, el agarró mi muñeca. Alcé la vista, mirándolo fijamente en los ojos. En un movimiento rápido pegó mi rostro a la puerta de madera y pegó su cuerpo al mío. Otra vez, justamente como lo había hecho en la cocina. Aquí vamos de nuevo.

Comenzó a mover su pelvis contra mi trasero. No entendí que demonios le pasaba. Traté de safarme y alejarme de él pero cogió mis manos y los puso sobre mi cabeza, aguantándolas con sus dos manos, traté de soltarme pero me fue imposible.

— HoSeok... ¿Qué demonios te pasa? Déjame ir. — pedí — Debemos ir con HaNi y Seok Jin.

— No sé que demonios te pasa a ti, ¿qué hace mi esposa aquí? ¿Qué hace aquel maldito aquí? ¿Ah? Además, ¿qué derecho tiene él de responder TUS mensajes? ¿Acaso están saliendo?

— ¿Qué te importa si salimos, HoSeok? Tu y yo no somos nada. Ni siquiera amigos.

Bajó mis manos y las puso por mi espalda, como si estuviera siendo arrestada. Me acostó boca abajo sobre mi nueva cama, ahora aguantaba mis manos con solo una de él. Escuché como se quitaba el cinturón de sus pantalones, comencé a moverme, tratando de irme, pero cuando logré soltar una de mis manos él volvió a agarrarla, tomó su cinturón y me amarró las manos con el.

— HoSeok, vamos, déjame ir. — lloriqueé.

— Te mostraré que eres mía, eres la madre de mis hijos, ahora soy tu dueño.

— No soy ningún... — solté un pequeño gemido de dolor cuando su mano jaló con fuerza mi cabello. Mordí mi labio inferior, quiero irme de aquí.

— ¿Ese Seok Jin te hace sentir bien en la cama? ¿Es mejor que yo? Podrás salir con él pero ¿crees que él estará dispuesto a cuidar los niños de otro hombre? Probablemente le das asco por ser la madre de los hijos de un hombre casado.

— Vete a la mierda, Jung HoSeok. No eres mi dueño, no soy de tu propiedad. No soy un objeto, ¡soy una maldita persona! Además, ¿no que solo querías tener mis hijos y listo? ¿Por qué me haces esto ahora? Estás enfermo de la cabeza, necesitas ayuda urgente. ¡Eres un mal..— no pude terminar la oración porque sentí sus largos dedos dentro de mi boca, él los movía como si fuese su miembro el que se encontraba en lugar de sus dedos.

— Cállate ya, Park HaNeul. Me estás volviendo loco. Si, se suponía que solo serías la mujer que usaría para tener mis hijos pero maldita sea, no dejo de pensar en follarte. No puedo borrar tus gemidos de mi memoria, tampoco puedo olvidar aquellas placenteras expresiones en tu rostro. — no podía hablar, aún no sacaba sus dedos de mi boca.

Bajó mi pantalón con la mano que tenía libre y comenzó a masajear mi trasero. Su mano acarició mi muslo interno e iba a subir sus caricias a mi entrepierna pero tocaron a la puerta.

— HaNeul, ¿estás ahí? Necesitamos hablar. — la voz de mi hermano se escuchó al otro lado de aquella puerta de madera.

HoSeok se alejó de mi, y yo solo me quedé inmóvil en la cama. ¿Qué demonios haré ahora?

R u mine? | HoSeok ; SeokJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora