ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1

#31

❀ Fluff-ish, Comedy-ish

❀ University!au

❀ 758 palabras

Baekhyun no estaba teniendo un buen día.

Se había levantado tarde, muy tarde y había llegado a clase cuando ésta ya llevaba más de media hora empezada; por lo que el profesor lo había mandado al pasillo o a la biblioteca, sin permitirle entrar. Baekhyun se preguntaba qué clase de universidad permitía que sus profesores no dejaran entrar a los alumnos cuando tropezó y cayó cuan largo era porque no había visto el letrero de 'Suelo Mojado' que habían colocado en mitad del pasillo donde la limpiadora estaba fregando.

Con la ropa mojada y con olor a lejía, se había dirigido a la biblioteca, para encontrarse con que el libro que debía sacar para hacer el trabajo principal de la asignatura más dura del año no estaba disponible porque el sistema informático se había caído y no se permitía el préstamo.

Viendo que no era su día, Baekhyun se había dirigido a la parada de autobuses, donde el cartel le informó de que su autobús tardaría más de cuarenta y cinco minutos en pasar. Estuvo tentado de gritar, patear el maldito poste o algo así, pero no lo hizo porque, con la suerte que estaba gastando ese día, seguro que lo veía la policía y lo detenía por comportamiento incívico o algo así.

Se sentó, exhausto, en el asiento de la parada y comenzó a observar a la gente que paseaba. Se entretuvo mirando a unas señoras hacer la compra, a un perro corretear y jugar con tu propio rabo, y maldijo mentalmente a una pareja de adolescentes porque le molestaba su amor o algo así.

Su visión fue de repente bloqueada por lo que parecía un brazo, con unas palabras tatuadas en la muñeca que aún estaba algo roja, indicando lo reciente de la marca.

- ¿Te gusta mi tatuaje?

Baekhyun alzó la vista, conjurando su mejor cara de 'me importa una mierda tu vida, lárgate' cuando vio al propietario del brazo. Lo reconoció como uno de sus compañeros de clase, Park Chanyeol, quien era inconfundible con su altura orejas y pelo plateado. Se preguntaba qué demonios hacía allí y no en la universidad; y más aún se preguntaba por qué esa confianza cuando apenas habían hablado y sólo tenía su número guardado porque el mes anterior habían estado haciendo un trabajo juntos.

- ¿Qué haces, Park?

- Te dije que me llamaras Chanyeol -lloriqueó el alto, sentándose a su lado-. Me acabo de hacer el tatuaje y me encanta, quiero enseñárselo a todo el mundo pero eres el primero, siéntete afortunado.

Baekhyun miró de nuevo el tatuaje. Happiness Delight. ¿En serio? No había otra cosa que restregarle a Baekhyun aquel día en las narices que 'Alegría de Felicidad'.

- ¿En serio te has tatuado eso?

- Sí -lo miró serio y Baekhyun se encogió de hombros-. ¿Qué problema tienes con eso?

- Es demasiado alegre, la vida es una mierda y hoy precisamente no tengo el día para happiness -le soltó, no sabiendo realmente por qué se cebaba con él o por qué le explicaba nada.

Chanyeol simplemente lo miró, intrigado, pero al parecer no estaba molesto por lo que le había dicho.

- Tienes un mal día -afirmó.

- Gracias, Sherlock, no lo había notado -sonrió Baekhyun sarcástico. Aún quedaban treinta minutos para el autobús, se fijó.

- ¿Quieres que te invite a comer algo?

Baekhyun iba a responder que no era necesario, pero sus tripas sonaron en aquel momento, recordándole que no había desayunado al salir con prisas.

- ¿Por qué te empeñas en hablar conmigo? -preguntó, aún sin moverse-. Soy un amargado y hoy lo soy aún más.

- Porque me gustas -le respondió con tanta sinceridad que descolocó al más bajo, mientras se levantaba y se estiraba-. ¿Quieres o no?

- Pero... -Baekhyun estaba abrumado. No era que no tuviera ojos en la cara y que no viera que Park Chanyeol era condenadamente atractivo; pero nunca antes se había planteado algo así, quizá porque, como le había dicho, era un amargado.

- Te estoy invitando a desayunar, no te estoy pidiendo que te cases conmigo -rió el alto, cogiendo sus manos y tirando de éstas para levantarlo, consiguiendo que Baekhyun se sonrojara ante la calidez de las manos del alto sobre las suyas-. Anda, vamos.

Y por primera vez, Baekhyun se fijó en lo bonito de su sonrisa y en la calidez que desprendían sus ojos; sintiendo cómo una chispa se encendía en su interior mientras le sonreía de vuelta y aceptaba la invitación.

La chispa del fuego que acababa de despertar.