#78

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Slice of life, Fluff

Multimillionaire!au

780 palabras


Park Chanyeol miró por la ventana, expectante, comprobando su lejos cada pocos minutos para verificar que efectivamente, el tiempo seguía transcurriendo. Estaban a punto de dar las cinco y se estaba poniendo cada vez más nervioso, buscando con la mirada el coche que no llegaba.

Chanyeol era un joven rico, muy rico. Sus padres habían muerto en un trágico accidente cuando él apenas contaba con dieciocho años y siendo él hijo único y mayor de edad, heredó toda su fortuna y su título nobiliario. Durante los primeros años, se encerró en el estudio, formándose y cultivándose para ser capaz de enfrentarse al mundo con suficientes conocimientos. Pero eso apenas le había llevado seis años. Tras eso, había trabajado en la empresa familiar, pero aquel trabajo no era para él y prefirió dejarlo en manos más capaces y entusiastas.

Pensó que, con su gran fortuna, podía hacer donaciones a la caridad; al fin y al cabo, no gastaría su fortuna ni aunque viviera a todo tren, ya que la empresa seguía produciendo beneficios aunque él no trabajara activamente en ella. Sin embargo, ésto tampoco lo complacía. Sí, estaba ayudando a personas, pero realmente no sabía en qué se gastaban su dinero las organizaciones ni cuánto realmente les llegaba a los necesitados. Seguía sintiéndose solo e inútil en su gran morada.

Fue por ello que tomó una decisión algo radical.

- ¿Estás seguro, Chanyeol? -la preocupada voz de Choa, una de sus pocas amigas íntimas y su secretaria personal, le llegó a través del altavoz del teléfono-. No es algo muy... habitual.

- Lo sé, Choa, pero quiero hacerlo -dijo, seguro.

Así que Choa había suspirado y había hecho lo necesario para cumplir su deseo.

Su programa exclusivo salió a la luz apenas dos semanas después. Un único y afortunado beneficiario iba a poder disfrutar de su fortuna junto a él en su gran y solitaria mansión. Su propósito era acoger a un joven huérfano como él, alguien quien no tenía a nadie más en el mundo pero que, a diferencia del propio Chanyeol, no había contado con una gran fortuna para sustentarlo. El multimillonario quería 'adoptar' a un protegido, pagarle sus estudios y ayudarle a medrar en la vida. Lo único que pedía a cambio era que esa persona se mudara a vivir allí con él y que aceptara su presencia como una especie de tutor.

Recibió cientos, miles de solicitudes, cosa que lo sorprendió pues no esperaba tal respuesta del público. Cientos de huérfanos de muy distintas edades se dirigieron a él, cada uno con unas condiciones peores que las del anterior. Choa hizo una selección previa el mismo día que se cerraron las solicitudes, pasándole entonces un paquete definitivo de solicitudes. Mientras la chica estaba en su oficina hablándole de los candidatos seleccionados, un correo llegó a la dirección que habían proporcionado para el programa. Frunciendo el ceño al leerlo, Choa se dispuso a borrarlo.

- Espera -le dijo el hombre, deteniendo su mano con suavidad.

- Ha mandado el correo pasado el plazo -dijo ella con tono neutral-, y además, es mayor de edad.

- ¿Mucho mayor?

- Tiene dieciocho.

Tomando el aparato de entre sus manos, Chanyeol leyó el correo. No había una gran historia contando sus desgracias, tan sólo hechos, nombres y fechas acompañadas de una foto de carné del solicitante. Quizá fue lo aséptico de su solicitud o lo triste de su mirada en la foto, pero en contra de todo lo que era lógico y normal, Chanyeol eligió a ese candidato.

Candidato cuyo coche acababa de aparecer en el horizonte, cinco minutos antes de que las cinco de la tarde tocaran en el reloj de su despacho. Nervioso y emocionado como hacía años que no se sentía, bajó las escaleras, queriendo recibir a su nuevo huésped personalmente.

Escuchó el ruido de las ruedas en el camino de gravilla pararse frente a la puerta y a Junmyeon, su mayordomo, hablando animadamente con el chico quien apenas respondía a sus palabras. Subieron los peldaños, el corazón de Chanyeol latiendo fuertemente en su pecho hasta que la puerta se abrió, dejándole al fin mirar a la cara al chico al que iba a educar y con el que iba a vivir, quien lo miraba como deslumbrado por su presencia. Era más bajo que él, un aura de inocencia lo rodeaba mientras miraba alrededor y al propio Chanyeol como si realmente no acabara de creérselo. Sonriendo, el alto se adelantó y le tendió una mano cálida que el chico aceptó, haciéndole sentir un cosquilleo por lo pequeño y delicado de su mano en comparación con la propia. Ya le gustaba aquel chico.

- Bienvenido a casa, Baekhyun.  

ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora