ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1

#171

❀ Sexy, Comedia(?)

❀ Student-Teacher!au

❀ 696 palabras

- ¿Algún voluntario? -preguntó el profesor Park, mirando a su clase y sabiendo exactamente lo que iba a ocurrir.

Acababa de explicarle a sus alumnos que el departamento universitario andaba escaso de fondos y que necesitaban al menos a un alumno o alumna que los ayudara con los trabajos más simples de secretaría y fotocopias. Iba a ser un trabajo no remunerado, pero los profesores serían algo más condescendientes al entender que parte de su tiempo libre para estudiar iba a ser gastado con ellos. Ninguno de sus compañeros creía que fuera a encontrar un voluntario para ser becario gratis. Park Chanyeol discrepaba.

Efectivamente, la mayoría de sus alumnos miraron incómodos a un lado, intentando no entablar contacto visual con él por si acaso le daba por pensar que aquello significaba que se ofrecían. Pero hubo uno, una sola mano alzada acompañada de una sonrisa de superioridad que hizo que el profesor Park notara cómo comenzaba a sudar.

- ¿Sí, Byun? -preguntó a su alumno.

- Me ofrezco voluntario, profesor -dijo con resolución.

Eso era exactamente lo que se estaba temiendo Chanyeol. Byun Baekhyun era un alumno de último curso que no se había cortado en admitir a viva voz que le gustaba su profesor. No había año en el que el chico no se insinuara, y no había año en el que su profesor no lo rechazara, a pesar de que cada vez le resultara un poco más difícil.

Y por supuesto, Baekhyun no iba a perder la oportunidad de pasar as tiempo a solas con Chanyeol, aunque eso significara tener que aguantar a la profesora Lee, una mujer estricta y con poca tendencia a aceptar a los bromistas y despreocupados como Baekhyun.

De hecho, el chico se las apañaba para tener a todos los profesores contentos pero a la vez, estaba en el despacho de Chanyeol la mayor parte del tiempo, sentado al otro lado de su mesa mientras lo miraba fijamente con una sonrisa de bastardo adornando su bonita cara.

Qué ganas tenía el docente de borrarle esa sonrisa de la cara. Preferiblemente a besos.

- Profesor Park -le llamó un día la atención su alumno, inclinándose suavemente sobre su oreja-. ¿Es el examen de la semana que viene?

- Sí -le contestó, cerrando el portátil en un movimiento rápido y elegante-, y por lo tanto, no deberías estar olismeando.

- No hago eso -replicó de forma cantarina, sentándose en el escritorio a medias y mirando divertido al profesor-. Tengo cosas mejores que mirar que ese examen.

Y ahí estaba la insinuación, el brillo travieso en los ojos y la cuenta mental de Chanyeol desde diez hacia atrás, intentando controlarse.

- ¿Por qué te ofreciste para el puesto, Baekhyun? -el profesor se dio cuenta un milisegundo más tarde de su error al haberlo llamado por su nombre de pila y ver la sonrisa triunfal del menor.

- ¿No es obvio? -rió, apartando suavemente la silla de ruedas del docente para sentarse en su regazo, sus piernas rodeando las caderas ajenas. Abrazó su cuello y se inclinó, Chanyeol pensaba que para besarlo, pero el chico avanzó hacia su izquierda hasta que llegó a su oreja-. Quería pasar tiempo con usted, profesor Park -le susurró, mordiendo el lóbulo de su oreja suavemente antes de separarse.

Esa vez, a Chanyeol no le sirvió contar desde diez hacia atrás, porque antes de llegar a siete había cogido al menor por la nuca y había estampado sus labios juntos, haciéndolos gemir a ambos en el pequeño cubículo que era su despacho.

- Me vuelves loco -le confesó el profesor con voz ronca cuando se separaron, labios rojos e hinchados cubiertos por la saliva mezclada de sus bocas.

- Apuesto a que ni la mitad de lo loco que me vuelve usted a mí -le respondió, esa sonrisa de bastardo de nuevo en su cara-. Llevaba mucho tiempo esperando esto -suspiró.

- ¿Ah, sí? -esta vez fue el turno del docente de sonreír de medio lado-. ¿Y qué más estabas esperando?

Baekhyun parpadeó, fingiendo inocencia.

- Esperaba que me follara sobre su mesa y que luego me llevara a cenar -respondió, tímido.

Chanyeol volvió a besarlo primero para inclinarlo sobre su mesa mientras lo penetraba sin piedad después. Y, claro está, luego lo llevó a cenar.