ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1

#136

❀ Fluff

❀ Hybrids!au

❀ 1018 palabras

Como amigos está bien, pero...

Era la frase que más odiaba Baekhyun. La había oído tantas veces a lo largo de su vida que si no fuera porque sus orejas de corgi eran especialmente receptivas, se habría quedado sordo de oírlas.

En un mundo de híbridos, tener orejas de perro no era extraño. Híbridos de perros, gatos, lobos, tigres, toda clase de animales eran visibles en la ciudad. Pero al igual que sus hermanos de cuatro patas, las razas existían entre ellos. Baekhyun era un híbrido de Welsh Corgi, una raza de las más apreciadas por su pureza. Sus padres, ambos pura raza, estaban orgullosos de lo lustroso de su pelo y de la belleza de sus facciones, y no se cansaban de presentarle chicas corgi para que sentara cabeza.

Sin embargo, a él no le gustaban las chicas corgi, y lo peor es que sus padres lo sabían. Sabían que sus ojos se dirigían a otra parte.

Chanyeol era su mejor amigo desde tiempos inmemoriales, y un híbrido de caniche. Los caniches, aunque adorables, no entraban dentro del estatus social de los corgis y, desde luego, no estaba bien visto que ambas razas se mezclaran más de lo necesario.

- Como amigos está bien -repetían incesantemente sus padres cada vez que Baekhyun rechazaba a una de sus citas-, pero no puedes asentarte con Chanyeol. Es un caniche, Baekhyun, por todos los cielos.

Sí, el problema era la raza de Chanyeol. Ni siquiera el hecho de que ambos fueran hombres era un problema. Aunque sus padres esperaban con fervor una pareja femenina por su parte, sabían que su hermano mayor ya tenía una y que la sucesión de su linaje puro estaba garantizada. No importaba si Baekhyun se sentía más atraído por los de su mismo sexo que por los del contrario. Pero sí importaba que no era alguien de su misma raza.

- Chanyeol también es pura raza, si es lo que os preocupa -replicaba él, pero sus padres no atendían a razones.

Pero conforme los años pasaban y Baekhyun dejaba de ser un adolescente tímido para convertirse en un adulto con ideas propias; la cuerda se iba tensando cada vez más. Hasta que un día, simplemente hizo las maletas y se marchó a vivir solo, en un piso que a sus padres les habría dado escalofríos simplemente con verlo, y pagando el alquiler como podía con el dinero que ganaba trabajando.

Y a pesar de todo eso, era más feliz que nunca, porque no tenía citas impuestas, no tenía horarios ni discusiones absurdas y, sobre todo, podía ver a Chanyeol cuanto quisiera. De hecho, fue Chanyeol el que, al ver lo precario de su sueldo, le habló bien a su jefe de él y consiguió que lo contrataran en la misma cafetería donde él trabajaba, apenas un año después de que se hubiera ido de casa.

- ¡Dos lattes, un té de champán con fresas y la cuenta de la doce! -exclamó Chanyeol, sacándolo de sus pensamientos mientras le regalaba una de sus brillantes sonrisas.

- Volando -respondió de igual manera, sonriendo ampliamente.

No sabía si el toque en su muñeca fue casual o no, pero su corazón latió con fuerza por ello. Miradas, toques, roces se repetían a diario, pero, y a pesar de haber abandonado la casa de sus padres por ello, Baekhyun no se atrevía a contarle a Chanyeol la verdadera razón de por qué se fue. Ni a contarle sus sentimientos.

- Hemos trabajado mucho hoy -comentó Chanyeol mientras se estiraba al salir del trabajo, moviendo la cola de manera cansada pero feliz.

- Sí -asintió Baekhyun, aún distraído.

- ¿Qué te ocurre? -preguntó Chanyeol, deteniéndose y cogiéndolo de la muñeca-. Llevas todo el día ausente.

- Hoy hace un año que me fui de casa de mis padres -dijo simplemente.

- Hmmm -asintió Chanyeol-. En ese caso, deberíamos ir a cenar.

- ¿Qué?

- Para celebrarlo, ¿no? La independencia y eso -sonrió el alto, entrelazando sus dedos de una forma tan natural que se sintió correcta.

- Pero Chanyeol...

- No hay peros que valgan, déjame invitarte -le hizo un gesto con la mano mientras tiraba de él hacia el centro de la ciudad donde había varios restaurantes entre los que elegir.

- No hace falta que me invites -dijo tercamente el más bajo.

- Pero quiero invitarte.

- ¿Por qué?

Chanyeol se detuvo, haciendo que Baekhyun casi chocara con su espalda. Se giró y lo miró a los ojos, la decisión brillando en éstos, y Baekhyun se sintió abrumado por lo que sus ojos parecían transmitirle.

- Porque te quiero, Baekhyun -susurró-. Quiero celebrar que hace un año que te veo más feliz que nunca, que te veo reír de verdad y disfrutar de la vida como nunca antes lo habías hecho. Quiero celebrar que la persona que más quiero finalmente es feliz.

Baekhyun lo miró y jadeó, dejando salir una sonrisa suave antes de negar con la cabeza.

- No era completamente feliz, Chanyeol. No al menos hasta hace un momento.

El más bajo eliminó entonces la distancia entre ellos y, poniéndose de puntillas, dejó un suave beso en los labios del alto.

- Pero ahora lo soy, porque me has dicho que me quieres... Y yo llevo años queriéndote a ti.

Chanyeol lo abrazó entonces y Baekhyun le devolvió el abrazo riendo, las colas de ambos moviéndose rápidamente de un lado a otro en señal de felicidad. Al separarse, Chanyeol lo besó de nuevo y rió, tomándolo entonces de la mano otra vez antes de comenzar a caminar de nuevo.

- Entonces celebremos tu año de libertad, que nos queremos y que te mudas a un sitio nuevo -dijo alegremente Chanyeol.

- Pero si yo no voy a mudar... -la expresión de felicidad y las cejas alzadas de Chanyeol fueron cuanto necesitó para comprender lo que le estaba proponiendo; su corazón latiendo desbocado mientras apretaba la mano de Chanyeol-. Pero pagaré mi parte del alquiler.

- Puedes pagar lo que te venga en gana, Baekhyun -rió Chanyeol, colocando una mano en su mandíbula para atraer su rostro y besarlo de nuevo-. Al fin podremos vivir juntos.

En aquel momento, a Baekhyun dejaron de importarle sus padres, o lo que la gente pudiera decir. Iba a estar con Chanyeol y aquello estaba bien.