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Fluff, slight angst? ¿puede? No estoy segura

Fairy!au

Advertencias: continuación del drabble #127

1198 palabras


- ¡Baekhyun, ayúdame!

Baekhyun suspiró y se levantó del sofá, yendo a la cocina de donde provenía el grito de auxilio. Se encontró a Chanyeol colgando del asa del frigorífico, agarrándose a él con sus pequeñas manitas para evitar caer al vacío. Baekhyun cogió al hada con cuidado de no hacerle daño y abrió su palma para que Chanyeol se colocara bien el gorrito amarillo que se había desplazado y para que sacudiera su túnica amarilla y turquesa, eliminando las arrugas. Una vez hubo hecho esto, el pequeño ser alzó la cabeza, mirando a Baekhyun y le lanzó una de sus brillantes sonrisas.

- ¡Gracias, Baekhyun!

Sin más, escaló corriendo con sus piernecitas por el brazo extendido de Baekhyun y se sentó en su hombro, tarareando una cancioncilla.

- ¿Qué buscabas en el frigorífico, Chanyeol? -preguntó Baekhyun, mirando como podía al hada sentado en su hombro.

- ¡Fresas!

Baekhyun rodó los ojos y se dirigió de nuevo al salón. Las fresas eran la comida favorita de Chanyeol, eran prácticamente su única comida, y Baekhyun agradecía que estuvieran en temporada, porque no sabía el dineral que podría gastarse si Chanyeol hubiera aparecido en su vida más tarde.

Si a él lo hubieran abandonado más tarde.

- ¡Quiero fresas! -la voz de Chanyeol lo hizo reaccionar, parándose en mitad del recibidor para coger al pequeño en su mano de nuevo y mirarlo.

- Vamos a cenar en un rato, Chanyeol, puedes esperar -intentó razonar-. Además, podrías comer otra cosa, las fresas pronto serán muy caras y no podré comprártelas siempre.

- Pero a mí me gustan las fresas -infló las mejillas el hada, y quizá porque los recuerdo habían vuelto a él, así como la sensación de haber sido abandonado, Baekhyun explotó.

- ¡Pues tendrás que aguantarte! No voy a dejarme mi sueldo en que comas fresas tres veces al día, Chanyeol -el dolor de su pecho de intensificaba, y se llevó una mano a éste para frotarlo, en un vano intento de mitigar el dolor-. ¿Por qué no desaparece ya este maldito dolor?

- ¡Idiota! -chilló Chanyeol, intentando escabullirse, pero Baekhyun cerró los dedos a su alrededor.

- ¡Chanyeol, te harás daño!

Pero el hada no quería oír hablar de eso, luchando contra los dedos de Baekhyun que se cerraban a su alrededor. En un momento dado, cogió su pulgar y clavó sus dientecitos allí, intentando liberarse a pesar de que Baekhyun no sentía dolor alguno. Al separarse, el pequeño ser tenía los ojos inundados en lágrimas.

- ¡Eres un idiota! -volvió a insultarlo.

- Ah -Chanyeol finalmente se escurrió entre sus dedos, cayendo a plomo al suelo, pero, para sorpresa de Baekhyun, se recuperó pronto de la caída y echó a correr hacia la habitación-. Si no se hace daño al caer, ¿para qué me ha llamado?

En aquel momento, el timbre sonó. Baekhyun se mordió el labio, indeciso, pero fue a abrir de todas maneras, suspirando aliviado al ver quién había al otro lado de la puerta.

- Junmyeon, pasa -se apartó, dejando que el toro entrara a su casa y cerrando la puerta tras él-. He tenido un problema con Chanyeol.

Junmyeon era su mejor amigo, al único al que había confiado en contarle que un hada se había aparecido en su casa bajo el pretexto de ayudarlo. Para su sorpresa, Junmyeon sabía de las existencia de las hadas, habiendo recibido él mismo la visita y los cuidados de una cuando su perrita murió. Junmyeon le había explicado que Mina había ido a ayudarlo y que la hada había estado con él aproximadamente ocho meses. Le había contado muchas cosas, como que necesitaban alimentarse a menudo, que les gustaba estar siempre junto a las personas que cuidaban y que sólo las personas que conocían su existencia podían verlos.

- ¿Qué ha ocurrido? -preguntó Junmyeon, sentándose al sofá y palmeando el asiento contiguo para que Baekhyun hiciera lo mismo.

El chico le contó lo que había ocurrido desde que Chanyeol lo había llamado pidiendo auxilio y él escuchó pacientemente, asintiendo, hasta que Baekhyun terminó su historia.

- Pero, ¿no te has fijado en que hacía tiempo ya que no te dolía el recuerdo? -le remarcó Junmyeon, haciendo que Baekhyun abriera y cerrara la boca. Tenía razón-. Chanyeol, a su manera, te está ayudando. El ocuparte de él hace que te centres en otras cosas y que no le des tanta importancia a que él te dejó.

- Es verdad -admitió-. Pero no le da derecho a insultarme, ¡sólo estaba quejándome porque me dolía, no le estaba recriminando nada! -exclamó, indignado.

- Comprendo -asintió el otro-. Verás, Baekhyun, hay algo que no te conté. Las hadas tienen una existencia finita, pero no como tú imaginas. Un hada no vive y muere como hacemos los humanos, ellos vienen al mundo para cuidar específicamente de una persona, en este caso, Chanyeol vino al mundo para cuidar de ti -Junmyeon hizo una pausa, como inseguro de cómo continuar-. Sin embargo, una vez la persona no necesita más ser cuidada, su propósito de vivir desaparece y ellos simplemente se extinguen... Mueren.

Baekhyun jadeó. No sabía que eso pasaría cuando a él ya no le doliera más el pecho. Por eso Chanyeol se había puesto así, al decir aquellas palabras, era como si le hubiera dicho que quería que desapareciera.

- ¿Y no hay otra opción? -miró Baekhyun a Junmyeon, su voz estrangulada-. ¿No hay otra salida más que el desaparecer para ellos?

- Hay otra opción -midió sus palabras el otro, observando cuidadosamente la cara de Baekhyun-. Pero no es fácil.

- Dímela -pidió, esta vez su voz segura y firme.

Quince minutos más tarde, Junmyeon se había ido y Baekhyun entraba a su cuarto, sentándose en la cama frente a su mesita de noche donde había improvisado un pequeño cuarto para Chanyeol, el cual se encontraba tendido en su pequeña cama dándole la espalda.

- Chanyeol -lo llamó con suavidad-, eh, Chanyeol.

El hada se giró lentamente, sus ojos algo rojos y sus mejillas húmedas del llanto. Baekhyun alzó la fresa que llevaba en la mano, ofreciéndosela.

- Vengo a disculparme -le dijo, mientras el hada se incorporaba y se frotaba los ojitos-. No debí decir esas cosas... aunque no sabía que te harían daño.

Chanyeol negó con la cabeza, aceptando la fresa y dándole un mordisco pequeñito.

- Te perdono -le dijo-. Acércate.

Baekhyun se inclinó, quedándose muy cerca del pequeño ser, que dejó la fresa a un lado para darle un beso, uno que pretendía ser en la mejilla, pero que al quedar ésta demasiado lejos del borde de la mesita de noche, fue sobre el lunar sobre su labio. Al separarse, Chanyeol estaba muy rojo y cogió su fresa entre sus brazos para ocultar su sonrojo.

- Ahora tú -le dijo.

Baekhyun le quitó el gorro con cuidado y posó sus labios sobre el brillante y suave pelo rojo, colocándolo de nuevo en su sitio al separarse sonriendo.

- ¿Estamos en paz? -le preguntó al hada, sonriendo más cuando éste asintió-. ¿Quieres que vayamos a cenar?

- ¡Si! -exclamó el pequeño, sus ojos brillantes.

Baekhyun rió por lo bajo y ahuecó sus manos para que Chanyeol se subiera en sus palmas e ir a la cocina, el hada parloteando animadamente de nuevo mientras mordía su fresa y le sonreía. Baekhyun le sonreía de vuelta mientras un pensamiento estaba fijo en su mente.

No voy a dejarte morir.  

ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora