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Fluff

Pet!au

813 palabras


Chanyeol caminaba alegremente hacia el parque con su flamante perro nuevo, un shiba inu detrás del que había estado años. Bueno, no ese perro en concreto, que apenas era un cachorro de seis meses de edad; pero sí que había querido un perro de esa raza desde hacía mucho tiempo. Le parecían bonitos y fieles (no por nada había visto y releído los múltiples artículos acerca de Hachiko e incluso había ido a visitar la estatua durante su viaje de estudios a Japón), y su sueño siempre había sido tener uno. Sus padres no querían mascotas en casa y hasta hacía bien poco, su trabajo no le había permitido tener animales de compañía.

Pero allí estaba.

- Hachiko, para -le ordenó al perro en un paso de peatones. No había sido muy original con el nombre, pero le daba igual.

El shiba inu se detuvo, sentándose al lado de su dueño y mirándolo moviendo la cola, seguro de haber seguido bien sus órdenes. Contento, Chanyeol lo acarició diciéndole lo buen perro que era y le dio una galletita como premio. Cuando el semáforo cambió a verde continuaron la marcha, Chanyeol cuidando de que Hachiko no se adelantara mucho.

Al llegar al parque, se dirigió a la zona acondicionada para perros, un cercado bastante amplio donde había tanto circuito Affinity para aquellos que querían entrenar a sus perros para entrar a competiciones, como un amplio prado para que los otros perros simplemente jugaran y retozaran. Era la quinta vez que Chanyeol bajaba a aquel parque, ya que le pillaba un poco lejos de casa, y ya empezaba a conocer a la mayoría de los perros, aunque no a todos los dueños. Se le daban mejor los animales que las personas, suponía.

Una vez la cerca estuvo firmemente cerrada de nuevo, soltó la correa de Hachiko para que corriera a juguetear con sus dos amigos, un caniche blanco al que llamaban Vivi y cuyo dueño se sentó al lado de Chanyeol en el banco con un saludo, y un pequeño corgi galés que solía acompañar a los señores Byun. SIn embargo, y a pesar de que Mongryeong estaba allí, no veía a los señores Byun por ninguna parte.

- Chanyeol, cuánto tiempo -le palmeó Sehun la espalda-. Vivi echaba de menos a Hachiko.

- Aún me cuesta creer que tu perro sea macho, Sehun.

- Vivi es un nombre muy masculino -arrugó la nariz, haciendo a Chanyeol reír.

Estuvieron allí charlando un rato mientras observaban a los perros jugar, Chanyeol incluso se ofreció a ir a por un granizado a un quiosco cercano para ambos y así intentar librarse del calor que comenzaba a apretar. Al volver, sin embargo, vio a Sehun jugueteando con su móvil y a Vivi apoyando sus patitas en las piernas de su amo, posando para la foto que suponía Sehun le estaba haciendo. Pero no había ni rastro de Mongryeong ni, para angustia de Chanyeol, de Hachiko.

- ¡Sehun! ¿Y Hachiko? -le preguntó angustiado.

Sehun alzó entonces la mirada, confuso.

- ¿No estaba contigo?

Soltó los granizados de cualquier manera y miró alrededor, buscando a su perro.

- ¡Hachiko! ¡Hachiko! -lo llamó, girando su cabeza a todos lados.

Un ladrido lejano sonó y él reconoció a su perro, corriendo hacia la esquina del prado que estaba junto al Affinity. Allí vio a Mongryeong tirado plácidamente, mirando a un chico aproximadamente de su edad jugueteando con Hachiko. Más tranquilo al ver que no lo habían secuestrado, Chanyeol se acercó lentamente.

- Hola -dijo con cautela. El chico agachado se giró hacia él, regalándole una amplia sonrisa que lo cegó, haciendo que su corazón latiera con fuerza.

- ¡Hola! Soy Baekhyun, el dueño de Mongryeong -señaló a su perro-. ¿Quién eres?

- Soy Chanyeol, el dueño de Hachiko -su perro lanzó un ladrido, como afirmando sus palabras-. Pensé que Mongryeong era de los señores Byun.

- Oh, ¿conoces a Mongryeong? -se incorporó, sacudiéndose la suciedad de la ropa-. Normalmente no tengo tiempo de sacar a Mongryeong a esta hora de paseo, así que lo hacen mis padres -miró a su perro con una sonrisa triste en la cara-. El trabajo absorbe a papá, ¿verdad?

- Mongryeong y Hachiko son muy amigos -sonrió, viendo cómo Hachiko, aburrido por la falta de atención, iba a tumbarse junto a Mongryeong y le lamía el hocico.

- Entonces nosotros deberíamos ser muy amigos también, ¿no?

Giró su cabeza con rapidez, notando cómo el sonrojo llegaba a sus mejillas mientras el chico alzaba sus cejas de forma sugerente. Chanyeol abrió y cerró la boca, prefiriendo simplemente asentir, haciendo a Baekhyun sonreír incluso más ampliamente.

- ¿El domingo por la mañana aquí? -sugirió de forma inocente-. Os invitamos a desayunar.

- ¿Os? -preguntó Chanyeol, confuso, haciendo reír al más bajo.

- A ti y a Hachiko.

Chanyeol se sonrojó por su torpeza, pero sonrió de vuelta.

- Me encantaría.  

ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora