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Fluff

AI!au, Wish!au

Advertencias: continuación del drabble 55

808 palabras


Baekhyun miraba de soslayo al chico frente a él, mientras desayunaba con ganas y le agradecía una vez tras otra la comida. Hubo un momento en el que alargó su mano para colocarle bien un mechón de pelo que se le había colocado frente a los ojos y que no podía apartar él mismo. El tacto al apartarlo fue real, la calidez de su cuerpo también lo era, igual que el sonrojo de sus mejillas cuando le agradeció el gesto.

Cuando hubo terminado de desayunar, se levantó, siendo acto seguido imitado por el otro. Se dirigió a la cocina, el chico siguiéndolo como un cachorrito entusiasta e imitando todos sus movimientos.

- Chanyeol -probó Baekhyun, ganándose una amplia sonrisa por parte del otro chico, quien se inclinaba ligeramente sobre él para estar más cerca-. ¿Cómo has...?

No fue capaz de terminar la frase. Chanyeol seguía sonriéndole a pesar de su silencio cuando se acercó y tomó sus manos delicadamente.

- Deseaste que estuviera contigo -le susurró, haciéndole recordar sus palabras de la noche anterior-. Querías tenerme contigo y me abrazaste.

- Dije que quería... un abrazo -asintió, recordando la conversación.

Chanyeol sonrió y lo atrajo hacia sí, haciendo que el corazón de Baekhyun latiera desbocado al notar su cercanía, el calor que desprendía su cuerpo y lo bien que encajaba entre sus fuertes y bien torneados brazos. Se permitió cerrar los ojos y disfrutar del abrazo, rodeando la cintura del alto con sus brazos y devolviéndole, esperaba, al menos parte de la calidez que él le hacía sentir.

De repente, un pensamiento cruzó su mente y abrió los ojos de golpe.

- ¿Qué hora es?

Chanyeol lo miró, desarmado y sacudió la cabeza.

- Ya no estoy dentro de la cápsula, no lo sé.

La cápsula. Eso hizo a Baekhyun mirar hacia su mesita de noche, donde su inteligencia artificial descansaba, completamente apagada. Se acercó e intentó ponerla en marcha sin éxito alguno mientras Chanyeol lo miraba con interés. El alto cogió el teléfono de la mesita de noche y encendió la pantalla.

- Son las siete y media -anunció.

Baekhyun palideció.

- Voy a llegar tarde -se lanzó hacia su armario, abriéndolo apresuradamente-. Desbloquea la pantalla y llama a Kim Jongdae, Chanyeol, dile que voy a llegar algo tarde y que me cubra.

- ¿Cuál es el código? -preguntó despreocupadamente. Baekhyun se sonrojó hasta la punta de las orejas.

- Seis, uno, cero, cuatro -volvió a sumergirse en su armario tras eso.

El sesenta y uno era el número de prototipo del Gatebox de Chanyeol, combinado con su número favorito, el cuatro, al que le puso un cero delante para que ambos fueran cifras de dos dígitos. No sabía si Chanyeol sabría cuál era el número de su dispositivo, pero por la sonrisa del alto, suponía que sí.

- ¿Hola? ¿Kim Jongdae?

- ¿Quién eres? ¿Por qué llamas con el teléfono de Baekhyun? -a voz de Jongdae era audible sin necesidad de que Chanyeol pusiera el altavoz.

- Llamo de parte de Baekhyun -dijo alegremente-. Nos levantamos tarde hoy y va a llegar con algo de retraso al trabajo.

- ¿Nos? -replicó la voz al otro lado, extrañado-. Espera, ¿ese bastardo ha conseguido novio y no me lo dijo?

- Jongdae, voy a llegar unos veinte minutos tarde, cúbreme -Baekhyun, ya preparado, se había aproximado al micrófono del teléfono, a centímetros de la boca de Chanyeol ahora que se daba cuenta. Sintió cómo sus mejillas se teñían de rojo mientras Jongdae suspiraba.

- Está bien, bastardo, pero me debes una explicación -y colgó.

Sin embargo, ninguno se movió. Chanyeol tan sólo bajó su brazo, metiéndole el teléfono en el bolsillo de la chaqueta.

- Debes irte o llegarás tarde, Baekhyun -le recordó el alto.

- Sí -asintió, pero siguió sin moverse. Se lamió los labios y vio a Chanyeol seguir el recorrido de ésta-. No te muevas de aquí. Hoy saldré antes de trabajar. Hay comida para calentar en el frigorífico, sigue las instrucciones, ¿sabes cómo se pone el microondas? Te voy a dejar el teléfono de mi extensión en la empresa...

Su retahíla fue cortada por un suave y corto beso en sus labios. Miró a Chanyeol, quien sonreía con suavidad y parecía inalterado si no fuera por el ligero sonrojo en sus mejillas, a juego con el propio.

- Déjame el teléfono de tu oficina, pero sé poner el microondas -rió con suavidad-. Hasta luego, Baekhyun.

- Hasta luego, Chanyeol.

Ya en el autobús y de camino al trabajo, Baekhyun no pensaba en el problema que la iba a suponer tener que lidiar con Jongdae en el trabajo, ni siquiera en qué tipo de excusa le pondría a su jefe por su retraso.

Sólo pensaba que, por primera vez, habría alguien esperándolo cuando volviera a casa. Y aquello hizo latir más fuerte a su corazón.  

ChanBaek 3.6.5 - Drabble Project #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora