Sorpresa y confusión.

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Aún no puedo creerlo – le dije a las chicas. Me habían acompañado a almorzar – no puedo estar tranquila si me voy a juntar con Paul – Natalie sacudió su cabeza.

Debes relajarte – acarició mi mano – conoces a Paul en todos los ámbitos – sí, ya saben lo primero que cruzó mi cabeza. Su desnudez. No Sabrina. Ahora no – ¿estás? – preguntó y asentí rápidamente.

Todo saldrá bien – dijo Tonka – sólo van a conversar, además te servirá para aclarar todo y poder estar tranquila – tenía razón. Sólo íbamos a hablar como adultos.

Esperen

¿Soy una adulta?

Recuerda llegar con mucha actitud y seguridad – dijo Natalie mientras llevaba su burrito a la boca – tiene que verte como siempre, ya sabes, la Sabrina clásica – asentí.

Y cualquier cosa, estaremos pendientes, nos llamas o escribes y llegamos – dijo Tonka y asentí.

Aunque vomites de nervios sobre la mesa – bromeó Natalie y reímos. Siempre con sus ideas locas.

Yo creo que aunque Sabrina vomite y comience a reír alocadamente, Paul la miraría con ternura, hay que ser honestos – dijo Tonka y reímos.

No pasará – aseguré y las chicas asintieron entre risas.

Eran las siete, ya estaba lista para subir a mi auto y partir hasta la cafetería Truly Delicious. Presioné un botón de la radio y comenzó a soñar mi lista de reproducción para viajes. Comencé a cantar mientras conducía. Tenía que relajarme.

Cuando estacioné el auto, acomodé mi cabello, puse un poco de perfume en mi cuello y muñecas, retoqué mi labial y me miré al espejo diciéndome ''HAZLO'' . Cerré la puerta, activé la alarma y crucé hacia el local. Cuando entré, los deliciosos aromas de café, pastelitos y sándwiches activaron mis tripas y el tibio ambiente del interior acarició mi rostro. Caminé entre las mesas y como no encontraba a Paul, subí al segundo piso y lo vi leyendo un libro con atención. Ahí estaba. El hombre que antes era mío. Creo.

Avancé y alzó su vista para luego asentir.

Hola Sabrina – saludó Paul educadamente.

Hola Paul – respondí de vuelta y me senté frente a él.

Realmente aprecio que hayas aceptado venir – dijo con su mirada fija en la mía.

No te preocupes – murmuré mientras una de las meseras se acercaba.

¿Ya los atendieron? – preguntó con una sonrisa pero su mirada estaba fija en Paul.

No, aún no – respondió y la chica sonrió.

Bien, me llamo Selena y tomaré sus pedidos – dijo con voz suave. Moví mis labios mientras pensaba en lo que iba a pedir y asentí a los segundos.

Quiero un capuchino, un rollo de canela y un sándwich con pastrami – dije con seguridad y la chica asintió mientras anotaba todo rápidamente. Luego miró a Paul con una sonrisa y no pude evitar presionar los labios para no reír. Paul causaba muchas cosas en las mujeres.

Quiero un café irlandés, un crossiant y un panini mediterráneo – dijo con su voz relajada y la chica anotó para luego sonreírle.

Con permiso – agregó y se retiró sonriendo. Jodido Paul.

Veo que tu vida va muy bien – dijo cruzando sus manos – eso me alegra – asentí.

Todo perfecto – respondí.

Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora