Profesor y efecto. (TERMINADA)

Confesión de Paul

Compramos comida rápida y nos dirigimos a la casa de Paul, me entregó una camiseta cómoda y me senté esperándolo con atención – le agradaste a mi familia – dijo mientras acercaba la comida.

Paul – hablé - ¿la mujer rubia es tu ex novia? – me miró fijamente y noté como su mandíbula se tensaba.

Sí – respondió con frialdad y asentí - ¿te dijo algo? – asentí con inseguridad y dejó de comer para ponerme atención - ¿qué te dijo? – acomodé un mechón de mi cabello y suspiré – Sabrina – murmuró y tomé mucho aire.

Me dijo que sabía todo – sus labios se separaron y sus ojos estaban completamente abiertos. Se puso de pie y despeinó su cabello en forma de desesperación – desmentí todo pero dijo que lo sabía, que seguías pensando en ella, que no eras un verdadero romántico y he estado recibiendo correos electrónicos de un usuario desconocido – me lanzó una mirada fría y su respiración se aceleró.

¿Qué dicen? – preguntó con una voz dura - ¿qué dicen? – volvió a repetir y traté de recordar.

Que soy mentirosa, que saben la verdad, que soy buena actriz y que no será por mucho – Paul miró al techo y lanzó su chaqueta con agresividad.

¿POR QUÉ NO ME LO HABÍAS DICHO? – exclamó totalmente molesto – hubiéramos cambiado el número de teléfono – estaba asustada y no podía negarlo. Jamás había visto a Paul así – todo está jodidamente arruinado Sabrina – me miró y suspiré.

Es que pensé que se habían equivocado – murmuré y negó.

¡CLARO QUE NO! – gritó - ¡AMBOS ESTAMOS EN PROBLEMAS AHORA Y NO TE DAS CUENTA! – estaba en el sofá tratando de contener mis emociones porque me sentía muy mal al ver a Paul actuar así - ¿qué más te dijo Elisa? – preguntó y decidí tomar las riendas.

¿POR QUÉ DIABLOS TE PREOCUPA TANTO ELLA? – grité y sentí que me liberaba luego de tanto tiempo – ¡ODIO QUE SE INTERPONGA ENTRE NOSOTROS Y QUE QUIERA SACAR INFORMACIÓN! – Paul me miraba con los ojos muy abiertos - ¡NO ES MI CULPA QUE ELLA HAYA SIDO UNA ESTÚPIDA CONTIGO! – sentí como mi temperatura subía – si tanto te importa su maldita opinión, anda y vuelve a escuchar sus jodidos consejos amorosos – él negaba con la cabeza.

No lo entiendes – murmuró y negué.

Claro que entiendo – dije con seguridad – estoy sobrando Paul, estoy siendo una cintita decorativa en tu vida porque no soy como ella. Soy una jodida alumna de la universidad, corrijo, tú alumna que trabaja en una florería y no posee una altura prominente o unos ojos claros preciosos, perfecta para ser la inspiración de varios diseñadores de moda y posiblemente la antigua inspiración que tenías para dibujar – él me seguía mirando con atención y una mezcla entre rabia y tristeza que me rompían el corazón- con ella puedes salir a caminar de la mano y comentar las locuras que hacen los fines de semana con cualquier persona que se cruce porque no hay miedos, inseguridades, barreras o riesgos para que estés con ella y lo entiendo, queríamos probar una locura y algo secreto para ver el resultado pero no quiero que te sientas así – Paul llevó ambas manos a su rostro y me miró con frustración – mereces una mujer con un futuro asegurado que calce contigo y con tu vida porque siento que soy una niñita que simplemente quiere la atención de su profesor – mis ojos se cristalizaron – si tu ex novia va a seguir amenazándome, tendré que pisar el lugar al que no quería llegar y es la realidad – Paul respiraba rápido y su mandíbula estaba muy tensa – jodida Elisa – susurré – pero se ven tan bien – agregué y Paul no aguantó.

¡BASTA YA MALDITA SEA! – alcé las cejas totalmente sorprendida y lo miré con miedo - ¿QUÉ ES LO QUE NO TE QUEDA CLARO? – gritó – ¡ELISA ES UNA SERPIENTE VENENOSA Y PELIGROSA Y NO QUIERO QUE TE HAGA DAÑO! – limpié una pequeña lágrima que caía por mi mejilla. Me dolía el corazón y quería abrazarlo para olvidar todo - ¡LO QUE MÁS ME MOLESTA ES QUE NO TE DAS CUENTA QUE TE AMO MALDITA SEA! – mi corazón dejó de latir por nos segundos y me quedé en un trance que parecía eterno. Mis ojos probablemente se habían desorbitado y mis sentidos estaban disparatados - ¡POR ESO ME FRUSTRA SABRINA! – gritó Paul – llegaste y te convertiste en mi inspiración, en mi secreto y todas esas cosas – cubrí mi boca con la palma de mi mano totalmente sorprendida con miles de sensaciones y emociones que no conocía – sí, soy Paul Hart y me enamoré de mi alumna – murmuró – amo cada cosa que hace y no me había dado cuenta hasta que me puse a pensar en la casa de mis padres – dijo con una voz más suave – los veía mirarte con atención y pensaba ''y eso que no la conocen bien'' porque es una cajita de sorpresas tan linda pero al mismo tiempo es tan peligrosa porque me descontrola y deja pensando en segundos – sonreí levemente con un abanico de emociones dispararse en mi cuerpo – cuando noté que apreciabas mis obras, como me escuchabas leer o explicar cosas, como me besas y acaricias, como te fijas en cada detalle, esa sonrisa preciosa, tu magnifico cuerpo, tu tierna personalidad que a la vez es muy fuerte, esos gestos dulces y lo mucho que respetas – se acercó y me quitó el aliento con sus ojos – no imaginé que sentiría algo así al principio pero desde que te besé en la sala de fotocopias, lo único que quería era planear otra junta y poder conocerte bien – quería llorar de emoción porque no me habían dicho algo así en mi vida – por eso odio al imbécil de tu ex novio, quizás porque necesitas a un adulto que sepa tratarte y no un niño inmaduro con delirios de galán mediocre – reí – ya bésame Sabrina, ya confesé muchas cosas y me da vergüenza – dijo con timidez y sonreímos – todo lo que te digo es verdad – susurró – no podría mentirte – tomó mi mano y sentí mil cosas – es una locura porque estoy en clases y pienso en lo que haremos después, planeo alguna salida o pienso en alguna película que nos pueda gustar para ver abrazados y ambos sabemos que nos encantan esas cosas – soltó una risita – disculpa si hace un rato te asusté pero de verdad me alteré mucho porque me preocupa todo esto – sin decir nada, lo abracé y me quedé unos segundos con mi rostro chocando contra su tibio torso. Su perfume me llevaba al cielo y tenerlo rodeándome con sus brazos era algo superior e irremplazable.