Molestia

3K 200 1
                                    


Volví a casa, preparé mi atuendo para el lunes porque sería mi primer día en el Museo de las artes. Estaba totalmente ansiosa y feliz porque todo estaba bien. Paul había quedado en ir a buscarme el primer día porque ya estaba mejorando muy bien. Me preparé pollo con verduras y disfruté de mi serie favorita en el sofá. Bruce corría como loco y me hacía reír. Cuando terminé de comer, me quedé pensando en algo que quería hacer y no dudé. Tomé mi chaqueta de cuero, agarré mi bolso y las llaves del auto. Conduje hasta mi destino y me bajé con seguridad. Toqué el timbre y Alice abrió la puerta, mirándome totalmente sorprendida con sus labios ligeramente separados.

Alice – dije con seriedad.

¿Qué demonios quieres? – preguntó totalmente a la defensiva y reí.

¿Qué ganas con eso? – pregunté - ¿qué ganas siendo agresiva si ya lo sé todo? – frunció el ceño y asentí – no puedo creerlo – continué – me hiciste tanto daño por algo tan – hice una pausa – inesperado - ¿te gusté Alice? ¿Fue por eso? – tomó mucho aire y apretó los labios.

¿Qué diablos te importa? – preguntó molesta y alcé los hombros.

Vine a enfrentarte – exclamé con mis ojos fijos en los de ella - ¿hiciste todo eso porque te gustaba? – cerró los ojos unos segundos y asintió.

¡Sí! – exclamó - ¿y qué? – asentí - ¿en qué afecta ahora? Estás feliz con el profesor Hart y te saliste con la tuya, hirieron a Elisa y sigues ahí, deja de aparecer en mi vida y aléjate – gruñó.

¿Por qué? – pregunté de brazos cruzados - ¿acaso fue mi culpa? – ella miró a otro sitio – en vez de ir y decirme lo que pasaba, te ocultaste y me hiciste daño – asintió.

Ya pasó – murmuró – déjame en paz – asentí – espero que seas feliz con el profesor Hart, luego de que se escondieran todos los recesos en las salas para ponerte a sus pies – fruncí el ceño – te va a dejar, es sólo una aventura porque eras su alumna y eres más joven – solté una risotada.

¿Qué sabes? – pregunté y alzó los hombros.

Bien, ya sabes toda la verdad, sabes que no me gustan los hombres, sabes que me gustabas – hizo una pausa – y ahora puedes dejarme en paz – asentí.

Lo haré porque no soy tan rencorosa como tú- murmuré y tomé las llaves de mi auto.

Vete – exclamó – vete de mi casa de una vez por todas.

Con gusto – respondí y presioné el botón de la alarma. Subí a mi auto y lo encendí tratando de concentrarme en eso. Todo era tan raro. 

Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora