Profesor y efecto. (TERMINADA)

Cenizas

¿Cómo lograste todo? – le pregunté a Paul mientras él conducía su auto. Sonrió como uno de esos villanos de las películas y mordí mi labio. Había sido una buena imagen.

Hablé con Artur – respondió. Artur un conserje de la universidad, bastante amistoso y trabajador – usó algunas excusas, abrió puertas, me ayudó bastante y grabó todo nuestro encuentro – lo miré sorprendida.

¿QUÉ? – grité y comenzó a reír.

Estoy bromeando – dijo entre risas – le dije que desactivara las cámaras y las alarmas, él supo hacer todo de manera perfecta y antes del amanecer, irá a buscar las pinturas y las dejarán en mi casa – me encantaba la seguridad con la que hablaba.

Fue grandioso Paul – le dije tímidamente – fue realmente grandioso – nos detuvimos por la luz roja y me miró con una sonrisa. Era una de esas miradas que no necesitaban palabras. Era imposible de explicar. Esas miradas perfectas que merecían ser una maravilla del mundo.

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Habían pasado días y los chicos estaban organizando el pequeño paseo a la cabaña de los Hart. A veces iba a la casa de Paul para mirar como pintaba y tomarle fotos mientras se dejaba llevar por su inspiración con buena música de fondo. Terminábamos bailando y jugando en su taller mientras reíamos animadamente.

Entonces pasaré al supermercado con Stefan – dijo Natalie mientras movía sus manos.

También nosotros – dijo Tonka - ¿qué harás tú querida? – me preguntó y antes de responder, Paul movió su mano para explicar algo.

Yo me encargaré de ella – dijo con seguridad y sonreí – no se preocupen – los chicos sonrieron y asentí. Cuando tenía mi bolso listo, el pequeño bolso azul de Bruce, bajé para esperar a Paul en la entrada de mi edificio. Cuando llegó, estacionó el auto, corrió hasta nosotros y me quitó el bolso - ¿llevas rocas? – preguntó con gracia y reí.

Las mujeres tenemos una ligera obsesión con los bolsos pesados – dije mientras caminábamos – llevo todo lo que necesito – Paul me miró y sonrió.

Con Bruce es suficiente – dijo acariciando la pequeña cabeza de mi perrito – y yo – bromeó coquetamente. Me reí y ruboricé al mismo tiempo. Partimos hasta la cabaña, cabe decir que era hermosa porque estaba construida con madera y piedras. Tenía una terraza maravillosa, una vista grandiosa, sofás grandes con mantas abrigadas, una gran chimenea, una cocina enorme y linda, una escalera hecha de troncos y un ambiente agradable y familiar con fotos de los Hart en las paredes.

Jess y sus sesiones fotográficas – bromeó David mientras apuntaba una de las fotos que estaba en la pared del pasillo – a mí me toman una foto y parezco un simio estornudando – todos reímos ante su comentario. David era muy gracioso.

Nosotros dormiremos aquí – dijo David – Natalie y Stefan pueden dormir en la habitación que está allá- apuntó al otro costado – Jess y Chris pueden dormir en la habitación de Jess, separados, claramente – bromeó y reímos – y Paul ¿dormirás en tu habitación? – preguntó y Paul asintió – no preguntaré con quién – agregó luego y reímos.

Es más que obvio – agregó coquetamente - ¿quieres dormir conmigo? – me preguntó con ternura y reí.

Claro – respondí entre risas.

Han hecho mil cosas en la maldita cama y vienen a dramatizar el ''¿Quieres dormir conmigo?'' – dijo David y me ruboricé intensamente. Paul cerró los ojos mientras sonreía y los chicos estallaron en risa.