Buenas noches – saludó Paul – reservé en el segundo piso a nombre de Paul Hart – el hombre asintió.
Adelante señor Hart y pareja – miré de manera divertida mientras Paul sacaba una sonrisa.
Sí – respondió – gracias – seguimos caminando mientras intentábamos mantener la compostura porque no había segundo en que nuestras manos no desearan explorarnos. Llegamos y nos sentamos en un lugar que estaba algo escondido a comparación de las otras mesas. Me acomodé y miré la carta.
Todo se ve delicioso – dije mientras mis ojos leían.
Te ves bellísima – dijo con sus ojos fijos en los míos y me quedé petrificada mirándolo.
Gracias – respondí – tú siempre te ves grandioso – agregué y me sonrió con dulzura. Luego de pedir la comida, estábamos conversando sobre el proceso de corrección de exámenes entre risas y bromas.
¿Paul? – escuchamos una voz y miramos a nuestro costado. Estaba la mujer rubia que había ido a la casa de Paul. Mi corazón se detuvo y mis nervios comenzaron a brotar muy aceleradamente – ¡Qué coincidencia! – exclamó y Paul tomó mucho aire antes de responder.
Hola Elisa – saludó – sí, es una gran coincidencia – dijo con mucha incomodidad.
¡Ella es la chica que vi en tu casa! – me miró - ¿tu antigua alumna? – agregó y traté de lucir tranquila.
Sí, estábamos comentando acerca de la carta de recomendación – explicó Paul y asentí – fue una de las alumnas con mejor promedio en su generación y decidimos redactar la carta juntos – la mujer asintió con inseguridad – Elisa – agregó Paul – ¿podemos hablar en otra parte? – ella asintió y Paul antes de ponerse de pie, me miró – vengo en un segundo – asentí y llevé la copa a mis labios. Se acercaron a la barra y la mujer escuchaba atentamente lo que Paul le decía. Quería mirar a otra parte pero era tan difícil. De un minuto a otro me miraron fijamente y sonreí de manera ''inocente''. Ella me miraba intensamente y estaba segura de que me deseaba todo lo malo por estar con Paul en un restaurante. Él siguió hablándole con su rostro totalmente serio mientras que ella movía sus labios rojos totalmente molesta. Llevé un poco de comida a mi boca mientras trataba de concentrarme porque tenía dos miradas fijas. Volví a mirar disimuladamente mientras Paul le explicaba algo con un poco de molestia y recordé algo...
El día que Paul habló por teléfono algo molesto en mi departamento
Dijo Elisa.
Era ella otra vez.
Pero ¿Quién diablos era?
Luego de cenar y bromear entre nuestras conversaciones, Paul no emitió comentario acerca de esa mujer. Me causaba mucha curiosidad y por una parte me molestaba un poco. Paul se bajó del auto para llevarme a mi departamento y mientras yo abría la puerta, sus labios recorrían mi cuello y oreja con cuidado. Sentí miles de cosquillas. Al entrar, cerré y nos fuimos besando hasta mi terraza, me encantaba que la brisa fría hiciera contraste con los brazos tibios de Paul.
No te preocupes Sabrina – susurró Paul – ella no es importante- presioné mis labios y besé su mejilla.
Confío en ti – respondí y sus labios se unieron con los míos. El beso pasó a ser más apasionado y mientras sus labios recorrían mi cuello y mi mano tiraba su cabello levemente , el timbre sonó pero decidí ignorarlo. Paul me tomó en brazos y me llevó hasta mi dormitorio, me depositó en mi cama y lentamente quitó mi suéter. Puse ambas manos en su cuello para atraerlo más a mí y poder probar aquellos dulces labios que me quitaban el aliento. Se acomodó sobre mi cuerpo y me quitaba todos los pensamientos con cada toque de sus suaves labios.
Un teléfono comenzó a vibrar y entrecerré los ojos.
Siguió.
Y siguió.
Es el mío – susurró – debe ser alguien de la universidad – me miraba con sus bellos ojos.
Contesta Paul – dije con una sonrisa y se puso de pie para contestar. Su mirada fue fría al mirar la pantalla y bloqueó su teléfono para luego dejarlo en la mesita de noche.
Nada importante – dijo con sequedad mientras se acomodaba a mi lado en la cama.
¿Está todo bien? – pregunté mientras mi mano acariciaba su pecho. El asintió – Paul – susurré y me miró – no quiero que tengas problemas con la chica que vimos hoy por mi culpa – el negó con la cabeza mientras me acercaba a su cuerpo.
Imposible – dijo con sus labios en mi frente.
Al menos pudimos cenar – dije mientras mi dedos se paseaban por su brazo.
Pero tienes razón – dijo mirándome y tomando mi mano que estaba sobre su brazo – no podemos salir a cenar – tomé mucho aire y lancé un suspiro – pero como te dije hoy – su nariz rozó la mía – lo solucionaré – me guiñó un ojo y sonreí. Envolvió sus brazos en mi cintura y seguimos besándonos como si fuera el último día de nuestras vidas, haciendo que su cuerpo de demuestre lo que causan nuestras interacciones y mis labios en cada centímetro de su piel me robaban el aliento. Verlo totalmente débil ante mis labios era una imagen que no tenía precio.
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Profesor y efecto. (TERMINADA)
FanficProfesor puede ser sinónimo de prohibido pero una vez que las miradas se cruzan, las mentes vuelan y los pensamientos se nublan, no hay vuelta atrás. Prohibido se transforma en deseado. El profesor de arte y literatura, Paul Hart, lanza su flecha d...