Sin aliento parte II

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La ceremonia había comenzado y era muy emocionante, había hecho buenos amigos y había aprendido tantas cosas grandiosas. Luego de que el rector diera su discurso, invitaron a Paul al estrado y recibió aplausos por parte de todos. Se veía tan atractivo y me dolía pensar que todo eso, en algún momento, había sido mío.

Buenos días directores, alumnos, apoderados, invitados el equipo de la universidad y a cada persona que es parte de esta gran institución, como las personas en la sala de fotocopias que me salvaron muchas veces – dijo de manera divertida y todos rieron. La sala de fotocopias ¿cómo olvidarla? Ahí había comenzado todo – me siento afortunado porque pude ser parte del aprendizaje de estos grandes alumnos. Cada uno tiene talento y lo han sabido manejar de manera perfecta. Pude conocer un poco de cada uno y me siento halagado al tener que estar aquí, de pie, frente a todos ustedes para felicitarlos una vez más por su esfuerzo, perseverancia y dedicación. Tienen potencial, tienen actitud y tienen el apoyo de todos, incluyéndome porque para eso estamos. No sólo somos los monstruos que arruinan sus días con los informes y esas cosas, también somos amigos, psicólogos o padres en los que pueden confiar – él era tan dulce- les deseo lo mejor del mundo, quiero que sean ustedes mismos, no permitan que corten sus alas, dibujen sus metas y crean en ellas porque así lo hice yo. Si pudieron llegar a hasta acá es porque están listos para esto. Disfruten su juventud, hagan arte con amor y pongan el corazón en cada obra que hagan porque estoy seguro de que llegaran a ser grandes, quizás salga un Michaelangelo o un Picasso moderno – todos reímos – me llené de experiencias, sonrisas e historias desde que llegué a trabajar aquí – me miró por unos segundos y sonrió – y me siento totalmente afortunado porque el haber estado aquí ha sido una nueva historia para escribir en mi diario de grandes aventuras que he vivido – todos aplaudían – les deseo lo mejor chicos, tienen todo por delante y un gran equipo de profesores – señaló a nuestros maestros con una sonrisa – grandes colegas y profesionales – todos seguían aplaudiendo – son increíbles chicos – se iba a despedir hasta que – antes de finalizar, quiero mencionar un par de cosas importantes – tomó una bocanada de aire y sonrió – uno no elige el momento, la hora, el día o la persona porque nos cegamos pensando en lo que nos hace sentir y en lo que queremos experimentar. Además de haber sido un año rico en aprendizaje y arte, debo decir, en frente de ustedes con todo respeto, que los rumores acerca de la señorita Sabrina Evans y yo son ciertos – no podía ser. Era una maldita broma – comenzó como una aventura a escondidas que no planeamos. Sé que ahora se hablará en todos lados, quedaré como un hombre sin profesionalismo porque no sabe separar las cosas pero no lo pude evitar. Uno siente y es casi imposible detenerlo, son nuestros sentimientos pero no podemos domarlos porque todo es incierto a la hora de estar enamorado. Bueno, todo es cierto y sí, me enamoré de ella – todos me miraron con los ojos muy abiertos y mi corazón estaba a una velocidad increíble.

¡Sabrina! – exclamó Tonka - ¡es tu oportunidad! – miré las caras de todos y los maestros estaban en shock.

Sabrina, estoy completa y profundamente enamorado de ti de una manera que no puedo explicar. Lo digo en frente de todos para poder sacar este enorme peso de mis hombros porque no he dejado de pensar en ti – me ruboricé y todos comenzaron a aplaudir y a hacer sonidos. Les estaba demostrando en sus caras que todo era verdad y que las burlas habían sido una imbecilidad. Tonka y Esteban me ayudaron a levantarme y mis piernas temblaban de una manera increíble. No podía creer lo que estaba sucediendo, mis padres y hermanos me miraban con un rostro inexplicable y Alice ponía los ojos en blanco. Mis nervios no se podían contener y Paul me miraba con una sonrisa inexplicable. Las personas que se burlaban, reían y me molestaban, miraban con atención y sus bocas estaban en forma de ''o'' , era algo que no podía creer y ni entender.

¿Qué diablos? – escuché el susurro de Alice con rabia. Seguí caminando sin pensar, tomé mucho aire, olvidé lo que me preocupaba y nublé mis pensamientos para no concentrarme en lo mucho que había sufrido. Subí los pequeños escalones, tomé mi vestido para no tropezar y miré a Paul a los ojos. Algunos gritaban palabras de aliento, otros reían y celebraban. El rostro de mi familia era divertido y mis amigos agitaban sus brazos en el aire. No pude evitar sonreír. Me acerqué a Paul y lo miré a sus bellos ojos.

Paul – susurré – ¿por qué haces esto? – se alejó del micrófono y sonrió.

Para que veas lo me has hecho – todos miraban con atención y mis piernas no dejaban de temblar – perdón – murmuró – perdóname – tomó mis manos y mi respiración se aceleró aún más – tus manos están temblando – susurró y reímos, besó mis nudillos y dejó sus tibios labios sobre mi piel.

Paul – volví a susurrar porque no sabía que decir y con todas las miradas que habían, mis palabras iban desapareciendo. El señor Harries estaba con el ceño fruncido y los otros directores cuchicheaban entre ellos mientras negaban con la cabeza. Tenía que pasar o me iba a arrepentir por el resto de mi vida. Abracé a Paul con fuerza y sentí como me rodeaba con sus brazos, algunos aplaudían animados y los gritos de Tonka me hicieron reír mucho – vamos a hablar de esto – susurré y Paul asintió.

Todo lo que quieras – respondió y negué con la cabeza.

No te he perdonado aún – murmuré y entrecerró los ojos.

Entiendo – susurró y besó mi mejilla. Sin pensar en las consecuencias y dado a que estábamos en la situación en la que mi corazón no podía más, me acerqué por mi cuenta a los labios de Paul y lo besé bajo todos los murmullos. Ya no me importaba lo que podían decir, ya estaba dejando que mi cuerpo actuara y que mi mente no pensara. Paul me siguió el beso y me sentí completa. Estaba besándolo, todo estaba bien y no podía creerlo aún. Nos separamos lentamente y algunos directores se acercaron para la entrega de diplomas.

Después hablaremos – dijo Harries mientras se ubicaba – dado al acontecimiento que acabamos de presenciar, que sin duda nos dejó sin palabras tanto como a ustedes, podremos continuar con la ceremonia que estoy seguro que será más que inolvidable – miró a Paul.

Así fue, recibí mi diploma y me sentía orgullosísima, mis padres me abrazaban y felicitaban pero seguían pidiendo explicación por lo de Paul aunque yo no sabía que decir al respecto. Luego de las felicitaciones a cada uno, mis amigos se acercaron para preguntarme todo y un simple gesto del señor Harries me detuvo, me estaba llamando y mis nervios estaban disparatados. Caminé hasta él y Paul se encontraba ahí de brazos cruzados.

Señorita Evans – murmuró – veo que no era un rumor – asentí y me miró fijamente con sus ojos azules – no hay nada que hacer porque Paul ya no trabaja aquí por decisión propia – Paul asintió – por eso, lo que ocurra ahora entre ustedes es desde afuera aunque no quiero que se vuelvan a repetir cosas así por la imagen de la universidad – asentí – felicidades Sabrina – sonreí y estrechamos manos.

Gracias a usted señor Harries – respondí y Paul miraba todo con una sonrisa. Me sentía totalmente aliviada y con mil emociones adentro. Mi madre se acercó con una sonrisa.

Bien – murmuró – quiero que alguien me explique lo que pasó – Paul reía – hija, tenías una relación con tu profesor. Nunca te inculqué algo así y me vengo a enterar en tu graduación ¿crees que pasaste los límites? – preguntó y no sabía que responder, me ruboricé y asentí – ¿Por qué? – alcé los hombros.

No es momento mamá – respondí y mi madre reía.

Mi pequeña – me abrazó - ¿quieres acompañarnos a cenar? – le preguntó a Paul – para pasar lo molesta que estoy – burlaba.

Sería una buena idea- respondió Paul.

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Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora