Descontrol parte II

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Estábamos frente al mar, con la brisa fresca y una vista maravillosa – he viajado mucho pero los lugares así de simples me llenan de energía – dijo mirando el oscuro mar – a veces tenemos pequeños paraísos más cerca de lo que creemos – lo miré y asentí. Steve hablaba con bastante sabiduría. Mi teléfono vibró y lo revisé.

Jess: Creo que el rumor es cierto.

¿Qué?

Sab: ¿El rumor de Elisa?

Jess: Al parecer sí. No puedo creerlo.

Sab: ¿QUÉ?

Me quedé en silencio y bloqueé mi teléfono. Al parecer, el vino había hecho efecto y no sentí la necesidad de llorar. Fruncí el ceño pensativa y Steve me miró.

¿Quieres beber algo? – pregunté con curiosidad y él alzó las cejas – podemos ir a mi departamento y beber algo – pensó unos segundos y asintió.

O podemos ir a mi casa – lo miré y acepté. Ya no quería pensar.

Llegamos a su casa y lo primero que noté es que era enorme. Abrió la gran puerta principal y encendió las luces. Casa enorme, hombre solo. Así era su vida. Tomó un control remoto, presionó uno de los botones y comenzó a sonar una suave música. Me indicó el sofá pero no me senté, estaba observando la casa con mucha atención. Era moderna y acogedora. Me recordaba a la casa de Paul.

Sí, Paul.

Steve se acercó con una botella de champaña y me sirvió en una copa de cristal. Había recordado algo.

Steve – murmuré y me miró – bebiste vino en el restaurante – él asintió con una sonrisa.

En algunas ocasiones bebo – asentí.

¿Beberás ahora? – pregunté y entrecerró los ojos.

Sí porque estoy contigo – me miró fijamente y me ruboricé. Se acercó con las copas y cuando me la entregó, la llevé hasta mis labios y bebí el frío líquido. Le pedí que me sirviera más y alzó las cejas sorprendido.

Lo necesito – le dije con seriedad y lo hice reír. Sirvió más en mi copa y me la entregó con sus ojos fijos en mis acciones. Quería olvidar, quería sentirme diferente y quería escaparme un instante. Steve llevó la copa a sus labios y bebió lentamente mientras sus ojos me inspeccionaban. Cuando bebió todo el líquido, lamió sus carnosos labios lentamente y tomó mucho aire mientras me observaba seductoramente. Nos acercamos sin hablar y comenzamos a devorar los labios del otro sin control. No tenía cordura en mis acciones y no sentía culpa. Mi cuerpo hacía por su cuenta y yo me estaba dejando llevar. Steve me quitó la copa y las dejó sobre un mueble que estaba a nuestro lado. Me apegó a su cuerpo y llevó una de sus manos a mi rostro, sus dedos se enredaban en mi cabello mientras nuestras respiraciones se iban por las sensaciones que recorrían nuestros cuerpos en aquel momento. Nuestras lenguas estaban luchando y sentí como el fuego corría por mi cuerpo. No podía detenerlo.

Steve subió las escaleras conmigo en sus brazos, entre besos y caricias intensas. En el pasillo, lo empujé contra la pared y lo miré con los ojos muy abiertos. Nuestras respiraciones estaban aceleradas. Llevé mi mano a su rostro y mi dedo pulgar se paseó por sus labios. Su mano se acercó a mi cuello y acarició suavemente. Volvimos a acercarnos y el beso se intensificó, me volvió a tomar en brazos y me apoyó contra la pared, sus labios dejaban besos en mi cuello y cerré los ojos ante las sensaciones.

PAUL.

Aparecían su borrosa imagen en mi cabeza y veía a Steve dejar besos en mi cuello.

PAUL SERÍA PADRE.

Profesor y efecto. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora