•My Love•CHANYEOL• •TERMINADA•

*40*

Narra ____:

-—¡Ya estoy lista!.—Mis voz llegó a Baekhyun, quien baja, ya con uniforme, las escaleras.

—¡Ya!.—Caminamos, como normalmente ya hacíamos, hacia su carro.—¿Llevas lo del maestro Seo?.—Miraba los retrovisores y metió las llaves en el lugar debido.

—Yep.—Me coloqué el cinturón.

(...)

Ya pasaron unos minutos desde que cerraron las puertas de la entrada y Chanyeol aún no llegaba.. ya era normal para mi no verlo.

Vuelve, por favor.

(...)

Pasaron como siglos las primeras cuatro clases. Sin Chanyeol, esto es un infierno. Desde hace unas semanas no hablamos y menos nos vemos en personas.

Baekhyun me puso reglas cuando recién llegué a su casa.

Chanyeol queda prohibido en esta casa.

Yo siempre lloraba y oraba por su bien. Nunca olvidaba las veces en cuanto estaba con el.

Estaba tan aburrida, que por primera vez, miro las grandes ventanas a mi izquierda. Estaba lloviendo. Las hojas de los árboles volaban sin parar. Quería sentir el viento.

En uno de esos vistazos, vi a un chico sentado en las bancas blanca en el campus.

Chanyeol.

Lo miraba fijamente, sin escuchar la voz del maestro presente. Las voces se escuchaban como ecos. Todo quedó en silencio al ver fijamente a el muchacho, quien estaba distraído viendo su pantalla del móvil.

Chanyeol.

No podía ver quién era.

¡Chanyeol!.

Con los árboles tapando mi vista, era incapaz.

—Maestro.—Levanté la mano. Él puso su atención en mi.

—¿Si, Señorita Ceo?.

—¿Me da permiso de salir al baño por un momento?.—Bajé mi brazo.

—Claro.—Siguió en lo suyo. Yo agarré mi celular y caminé hacia la salida.

(...)

—Esto está mucho mejor.—Mi mano salió por una de las puertas, sintiendo la lluvia fría, junto con el viento a su paso.—Como quisiera que esto pasara seguido..—Cerré los ojos para disfrutar el momento.

Salí por completo. Un poco de aire fresco no mata.

—Ah~.—Caminé sobre el césped mojado. Mi uniforme quedaba poco a poco más oscuro gracias a las pesadas gotas.

—¿Estás loca?.—La voz me sacó de mi mundo.

Conozco esa voz.

—¿Eh?.—Miré hacia ella.

Es el.

—¡Te enfermaras!.—El móvil se guardó dentro su bolsillo delantero.