Capítulo 9: Reviviendo a los Dorados.

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Mis ojos no pudieron creer lo que vieron aquel día. Athena estaba haciendo una especie de ritual. Ella se encontraba en el centro de un gran círculo con imágenes de todas las 88 constelaciones. Entonces tomó su báculo y lo elevó al cielo, un gran rayo dorado impactó en este y se dirigió a los dibujos que empezaron a tomar vida propia, como una especie de espíritus. En el instante que aparecieron las almas de las armaduras el rayo se regresó al báculo y se dirigió con muchísima más fuerza al cielo haciendo que se abriera incluso la atmósfera, permitiendo ver el espacio entero, tal cual como una noche sin luna.

El agujero se iba haciendo más grande y las estrellas empezaron a brillar muchísimo más de lo normal. Aparecen unas líneas que unieron las estrellas formando así las constelaciones de las doce casas del zodiaco.

Cynthia: Imposible.

Yo: ¿Que está pasando?

Cynthia: Athena quiere revivir a los caballeros dorados.

No puedo creerlo, mi sueño siempre fue conocerlos, y estaba haciéndose realidad. Bueno, aparte de que estámos en guerra, están destruyendo el santuario, Athena me odia, no tengo armadura, etc....

Y entonces las constelaciones empezaron a bajar del cielo de forma de espíritus, una locura, y se posaron al rededor del circulo que había formado Athena y cada uno de los caballeros dorados empezaba a reaparecer de el alma de cada una de sus armaduras. El reloj de las doce llamas que estaba en el santuario, cada vez que un caballero revivía, una flama renacía. Y entonces allí estaban: (mis reacciones)

Mu de Aries (•°_°•), Aldebarán de Tauro (X-D), Saga y Kanon de Géminis (o\\\\o), DeadMask de Cáncer ("_"), Aioria de Leo (>w<), Shaka de Virgo (T\\\T), Dohko de Libra (ewe), Milo de Escorpio (:'D), Aioros de Sagitario (*o*), Shura de Capricornio (>°•°<), Camus de Acuario (*-,*) y Afrodita de Picis (•∆•). Iba a desmayarme.

Me quedé idiotizada viendo la escena y no me di cuenta que Cynthia me estaba diciendo algo hasta que me gritó.

Cynthia: ¡______(tn) cuidado!

Me jaló y caímos del árbol. Una gran bola de energía golpeó al árbol y lo destruyó por completo. Un sujeto como de dos metros con una armadura roja con destellos nos había descubierto. El intentó eliminarnos, parecía una moustrosidad.

Mounstrosidad: Hola chicas, ¿puedo unirme a la fiesta? (Irónico).

Cynthia: ______(tn) corre, Athena te está esperando, no te preocupes por mí yo lo venceré.

Yo: Pero tu sola no podrás con el.

Cynthia: Y tu menos que no tienes armadura. Corre y busca una entrada.

Yo: No te decepcionaré.

Salí volando del lugar mientras sentía como el cosmos de mi amiga se iba haciendo fuerte y luego fue debilitándose poco a poco. Eso me entristeció demasiado pero si puedo salvarla ayudando a Athena tenía que apurarme.

Recuerdo que Shion me contó que para atravesar este muro y llegar al salón del gran patriarca había un camino secreto pero que sólo un cosmos especial podía abrir la puerta. Supongo que mi cosmos debería poder abrirla porque no hay otra manera de llegar al gran salón, o por lo menos Athena habrá dejado la puerta abierta para que yo pasara.

Encontré que el muro, no se le veía puerta por ningún lado. Pero voltee la mirada y me di cuenta que el muro seguía adentro de un bosque. Me adentré profundo de este y casi a llegando a donde finalizaba el muro lo encontré. Era una pequeña puerta de hierro con grabados extraños. Pensé que era una ridiculez que en una puerta tan importante la entrada esté tan expuesta, pero al mismo tiempo lo agradecía.

Tomé la manilla y la halé con todas mis fuerzas pero los rumores eran ciertos, era imposible abrirla normalmente. Decidí intentar elevar mi cosmos al máximo. De repente sentí que el cosmos de Cynthia desaparecía y una estrella fugas atravesó el cielo. De mis ojos salieron lágrimas de ira y tristeza, no podía creer que vencieron a Cynthia por no quedarme a luchar a su lado aún estando sin armadura. Esta tristeza hizo aumentar mi cosmos de manera descomunal, jamás había sentido tanta rabia desde cuando mis padres y mis hermanos fueron separados de mí.

Miré con odio la pequeña puerta y la halé con todo lo que tenía. La puerta llevaba un dibujo de un triángulo y cuando la tomé una vez más con mi mano llena de energía, este dibujo empezó a brillar y se abrió fácilmente con mi poder. Entré por la puerta y la cerré de inmediato. Era un lugar oscuro y se veía una luz blanca que provenía del techo y se distinguía unas escaleras larguísimas. Decidí subirla lo mas rápido que pude. Mi cosmos se estaba consumiendo más y más y tuve calmarlo un poco. Llegué a una puerta al final de las escaleras y esta tenía el mismo dibujo del triángulo pero esta vez se abrió sola sin necesidad de tocarla.

Saint Seiya: Mi vida de AmazonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora