Capítulo 24: Premonición

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*Narra Shura.

Estaba dentro de la mansión de Poseidon, era muy amplia. Recorría un sin fin de pasillos y encontré una puerta al final de todo. Estaba hecha un desastre, toda rota, mojada y sucia, como si hubiera pasado por un sutnami o algo así. Tuve que derribar la puerta ya que la cerradura estaba atascada. Cuando entré había una habitación igual de deteriorada como la entrada, parte del piso estaba inundado, la cama partida por la mitad, las ventanas rotas, cortinas y cuadernos esparcidos por todo el lugar.

Al final de todo vi una chica pequeña, cabellos grices y alborotados, estaba arrodillada viendo el espacio donde se unían las dos paredes llorando. Traté de hablar con ella pero mis labios no podían moverse, no sólo eso, yo estaba totalmente inmóvil. De repente la chica se paró de donde estaba y se volteó. Su rostro era el de un camaleón, lo recuerdo bien, tenía cara de camaleón.

Yo me sobresalte y pude tomar control de mi cuerpo nuevamente. La chica cara de reptil se alejó lentamente de mi, yo todavía estaba confundido. Poco a poco su rostro fue tomando la forma de un ángel.

Yo: ¿¿Que rayos??.

La chica cara de ángel se fue alejando cada vez más y más hacía un agujero oscuro. Caminaba al revés, no me quitaba la mirada de encima, como que si de alguna manera quisiera que la ayudara. El nivel del agua fue creciendo y cúando traté de tomar su mano sentí un puntazo en la espalda. Tomé lo que me habían clavado y vi que era una rosa ¿celeste?, definitivamente no eran de Afrodita. Un fuerte viento helado pasó y el agua se congeló. Estaba atrapado, usé mi excalibur y corté el hielo. Miré hacia donde estaba la chica y ella poco a poco empezó a congelarse. Esta vez su cara cambió de ángel a la de una chica normal.

Yo: Esa es... (Por un momento juré que era ________).

Todo su cuerpo se congeló y calló al suelo partiéndose en mil pedazos. No se porqué en ese momento sentí como si algo dentro de mi se rompiera. ¿Por qué no la salvé antes de que estuviera totalmente congelada?. Empecé a sentir más pinchazos en mi espalda que me atravesaban completamente.

Yo: Esto, es... ¿Milo?...

El nivel del agua empezó a subir nuevamente y tomaba una coloración rojiza a causa de mi sangre. De repente sentí otro, y otro. Me voltee para devolver el golpe pero no vi a nadie, eso me perturbó; los golpes siguieron y no podía hacer nada para evitarlos, ni siquiera la velocidad de la luz. Fueron 14 en total.

Empecé a escuchar la voz de Milo en mi mente.

Milo: Será tu fin!!!.

Yo estaba totalmente vencido, no podía moverme, el agua se llevaba poco a poco toda mi sangre, el veneno de las agujas de Milo junto a la rosa habían destruido todo mi sistema nervioso. Estaba liquidado.

Xxx: Espera.

Sólo me salvó aquella voz femenina que detuvo a Milo antes de lanzar su ataque final. Lo raro era que no fue la voz de Athena O.o.

Voces:

Chica: Por favor, no lo maten, aún creo en él.

Milo: No puedo permitir eso; lo que hizo contra el santuario es imperdonable.

Chica: Él aún puede salvarme.

Aioros: ¿Cómo?, si cuando él tuvo la oportunidad escapó para quedar con vida.

Chica: Hizo lo que tenía que hacer.

Shaka: Eres una ilusa.

Dita: Jamás serás fuerte si sigues con esas ideas en la cabeza "pequeñuela".

Saint Seiya: Mi vida de AmazonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora