Capítulo 28: No dejes de ser mi amigo

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Estaba muy adolorida por lo que me había pasado, tanto por las cortadas como las heridas psicológicas. Shion me quería teletransportar pero le pedí que por favor no lo hiciera, a pesar del dolor yo sólo quería caminar, nada de portales intradimensionales (no sé que significa pero suena genial).

Yo: Auch.

Shion: ¿De verdad no quieres que te lleve allá con la tele...

Yo: No lo digas, estoy bien. No quiero tener nada que ver con esas cosas por un tiempo.

Shion: Humm.

Seguimos caminando y pasamos por la casa de Aries. Allí tenían a Shura.

Yo: Shion dime la verdad. ¿Él estará bien?.

Shion: Claro que si ________. ¿Tu nunca te has detenido a pensar de donde saca tanta sangre Mu para reparar las armaduras?.

Yo: O.o

Shion: La verdad es que nosotros siempre dejamos litros y litros de sangre en batalla. Se regenera rápido con el cosmos. No es nada el otro mundo.

Yo: Es decir que botar tanta sangre es ¿normal para los caballeros?.

Shion: ¿Tu nunca viste en una batalla real a tu amigo Shiryu?. Ese tipo a dejado literalmente 10 veces su sangre en batalla "EN CADA UNA".

Yo: Osea, que hice el ridículo preocupándome... (Que idiota).

Shion: Usted no lo sabía.

Yo: Humm... ¿Que le están dando en casa de Aries?.

Shion: Un medicamento que sólo se consigue en Jamir para recuperar los niveles sanguíneos mucho más rápido. Ya mañana estará bien.

Yo: ¿Enserio?.

Shion: Claro. Si quieres puedes entrar para verle...

Yo: No, no. Mañana lo visito, por ahora quiero llegar a casa rápido.

Shion: Está bien.

Seguimos caminando y Shion empezó a reírse solo.

Yo: ¿Que pasa?.

Shion: Que Athena los va a insultar...

Yo: ¿Por?...

"Shion: Ya te darás cuenta".

Llegamos al Templo de Escorpio.

Emily: ¡¡¡________!!!.

Fue la primera en abrazarme, me lastimó un poco por las cortadas pero de verdad necesitaba un abrazo en ese momento.

Yo: Emily lamento aquel día cuando...

Emily: Olvidalo, no importa.

Más atrás llegaban Rosangela y Mol corriendo a saludarme.

Rosangela: ¿Estás bien?.

Mol: Mira tus brazos, estás todos cortados.

Yo: Si, eso no importa ya.

Emily: Tienes que contarnos que te paso.

Entramos a la casa de Milo, él estaba adentro con Shaina. Ambos me abrasaron y me llevaron a la habitación. Había una cama armada para mi sola, ya no estaba aquel horrible colchón de almohadas.

Yo: ¿Y esto? *0*!!!!.

Milo: Fue lo que le pedistes a Santa ¿lo olvidas?.

Yo: AAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!! (grito de alegría).

Saint Seiya: Mi vida de AmazonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora