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Y así fue como Tyler comenzó a hablar con Ruby, ella no era de Columbus, ella se había cambiado de casa después de que su madre muriese y su padre tratara de encontrar un empleo o eso fue lo que la pequeña castaña le contó al castaño.

Ambos eran buenos amigos, tal vez hasta mejores amigos que Tyler lo fue con Marina, aunque se sentía mal pensando eso.

Había pasado ya casi más de dos semanas, y en todo ese tiempo Tyler no había vuelto a ver a Josh o al padre de éste en casa y su madre seguía diciéndole que pronto conocería a su nueva hermana.

Tyler no tardó mucho en tomarle confianza a Ruby, invitándola a su casa y terminando por hacer pijamadas a fin de semana donde Ruby llevaba sus peluches favoritos y jugaban con ellos hasta que terminaban dormidos o algún programa en la tv era lo suficientemente entretenido como para verlo completo. Y después del domingo en la mañana el padre de Ruby iba por ella a la casa del castaño.

Pero hubo un lunes donde Tyler había faltado a la escuela, su madre no le había levantado en la mañana y tampoco había hecho el desayuno, por un momento pensó que todo lo que había pasado había sido un sueño, un mal sueño donde Josh no estaba y ahora que había despertado en aquella casa seguía el enorme hombre y que en cualquier momento le podría a hacer daño otra vez.

El sonido de las llaves golpeando la puerta interrumpieron los malos pensamientos del menor, y sus ojitos llorosos se trataron de ir, su madre entró por la puerta, pero no con aquel malo hombre sino con una pequeña mochila morada y una pequeña sonrisa al ver al castaño ya levantado.

−Buenos días bebé. −Le saludó. − ¿Recuerdas lo que te dije sobre tener una nueva hermanita? −El castaño con entrecejo confundido asintió y su madre sonrió ampliamente y caminó dentro de la casa, dejando ver a la personita que tenía detrás.

Tyler abrió los ojos sorprendido al ver a la menor, cabello pelirrojo adornaba su cabeza mientras que unas notorias pecas en su rostro ocultaban unos fuertes ojos verdes que eran sostenidos por unas oscuras ojeras.

El menor se acercó lo suficiente como para verla mejor, podía ver que en un costado de su rostro se veía una morácea mancha que iba hasta su barbilla y se escondía en su cuello y debajo de aquellas cortas mangas de su camiseta tenia moratones, iguales a los que el castaño llegó a tener ya meses atrás.

Pero había algo que en Tyler no cuadraba del todo, que aquellos verdes ojos llenos de cansancio y vergüenza tenían en común haciendo al menor retroceder unos pasos y ver a su madre. −Cameron, −Susurró aterrado. −Ella es Cameron. −Siguió, haciendo fruncir el ceño a su madre cuando vio que el castaño subía las escaleras hasta su habitación, encerrándose.

🎄

Allison tocó varias veces la puerta del menor, después de que dejó a la pequeña pelirroja en la cocina con un caliente plato de comida del día anterior. El menor no respondió y la rubia entró a la habitación, Tyler se había escondido debajo de las cobijas, esperando que su madre no le viese.

Pero claro que su madre lo encontró, levantándolo de la cama sin saber a qué se refería aún. −Ty, ¿Qué paso? −Peguntó, tratando de que el menor le mirara.

−Ella, ella se parece a Cameron, su mirada es igual, no... −Negó cuando su madre hizo que levantara la mirada.

−Cameron no volverá, ella es tu nueva hermanita y ha pasado por mucho. −El menor miró los claros ojos de su madre y asintió apretando los labios en una mueca. −Por favor Tyler, ella no te hará nada, ¿Esta bien? −Y volvió a asentir, levantándose junto con su madre que le había tendido su mano para que bajaran a donde la pequeña estaba.

La pequeña niña aún seguía sentada en la cocina, balanceando sus piernas por debajo de la silla y el pequeño hoyo que tenía en una de sus rodillas de aquel viejo pantalón se abría y cerraba.

−Hola Franky. −Le saludó la madre de ahora ambos niños, −Él es Tyler, tu hermano mayor. −Miró al nombrado y lo acerco a la menor. −Ella es Francesca, pero prefiere que le llamemos Franky. −La menor asintió ligeramente, mirando al castaño y sonrió sutilmente cuando el castaño automáticamente alzó su mano, saludándola y ella respondió.

−Ho-hola Fran-Franky. −Murmuró el menor menando la mano de la pequeña y le sonrió ladinamente.

mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora