39

2K 381 157
                                    

Tyler y Ruby habían quedado con Kate, para mirar los muchos departamentos que estaba dando en renta, Ruby en verdad estaba emocionada de ahora poder pasar una parte de su vida con el castaño que desde hace años le venía apoyando en todas sus cosas, pudiendo sentir que aquella familia la acogía como un familiar y sentía que Allison terminaba siendo como su madre.

El día de aquel trio se había basado en ver vacíos departamentos, si uno era malo porque era demasiado oscuro otro era peor por demasiada luz, ninguno les terminaba por gustar a ambos y los departamentos comenzaban a acabarse junto con el día, habían pasado por todos los pisos que Kate rentaba.

Pero había uno más, exactamente el ultimo que estaba en el último piso con una linda vista en el balcón y el lugar era espacioso, para Tyler y Ruby era perfecto. O eso Tyler pensaba cuando alguien había llegado después de mirar por completo el lugar.

El tintado había entrado al lugar con una sutil sonrisilla que se le había escapado al ver al castaño y saludarlo con un corto beso en su mejilla, para después saludar a su madre y a la castaña que le miraba con la boca abierta y algo sorprendida.

−Lo siento, pero he pedido que Josh me lleve a casa, este sería el último departamento y no he comido en todo el día. −La mujer se disculpó, terminando por sentarse en el pequeño sofá que estaba a mitad de piso.

−Este es. −Murmuró el castaño a Ruby que seguía revisando la cocina y pasaba por los dormitorios, el lugar era acogedor y a la vez espacioso, sintiendo esa vibra especial a hogar.

−Madre pensé que no mostrarías este piso. −Dijo el tintado, saliendo del baño y terminar a un lado de su madre que le sonreía apenada.

−Lo siento cariño, ellos quieren un departamento y se quedaran más tiempo, hay otros más. −Dijo, dejando confusos al par de amigos que había terminado de ver el departamento.

− ¿Qué? Lo siento, pero no logró entender lo que pasa aquí, Tyler está actuando muy raro desde que él apareció y le llama madre a usted. −Habló la castaña después de un momento, dejando a todos en silencio.

−Bueno Ruby, él es mi hijo Joshua, estará en Columbus por un tiempo y este iba a ser el departamento que iba alquilar hasta que comenzara con sus prácticas una vez más en la universidad. −Por fin explicó la mujer que se levantaba lentamente del sofá y les sonreía a ambos amablemente. −Estaremos abajo por si están seguros de rentar el piso y si quieren podemos llevarlos a casa. −Siguió y después de que Josh saliera, despidiéndose del sonrosado castaño la puerta fue cerrada.

− ¿Entonces quién era él? −Volvió a preguntar la castaña, haciendo que Tyler rodase sus ojos y se diese un ligero golpe en la frente.

−Él es Josh. −Dijo algo obvio, y si, Tyler había sido de tener una época donde no dejaba de hablar del moreno -ahora tintado- con Ruby, diciéndole todas las cosas que habían pasado con Josh, desde cuando lo conoció hace ya una década atrás hasta lo que sentía por él unos años atrás, teniendo los típicos sueños húmedos de un adolescente donde lo involucraban a él.

Ruby era lenta al parecer, mirando sorprendida al castaño cubriéndose su boca con ambas manos y después de tratar de ahogar unos cuantos exagerados gritos y golpear ligeramente al menor en uno de sus brazos comenzó a hablar. −No puedo, no puedo creer que él. Dios esta tan, ugh, es demasiado guapo. −Siguió, levantando las cejas al castaño que le miraba con brazos cruzados y una leve sonrisilla. −Dime que él te ha invitado a salir y pronto le podre decir cuñado. −Tyler soltó una suave risilla, sintiendo su rostro rojo y camino lejos de la menor, tratando de huir de sus tontas palabras.

−Yo, él- a él no le gusto, sólo le gustan lindas chicas y yo. −Bufó levemente terminando en el sofá, su ancho vestido floreado se terminó por desparramar en el blanco sofá de piel y sus manos cubrían su rostro.

−Tyler Joseph, no me vengas ahora con que no eres chica y no eres linda. −Gruñó la castaña que caminaba por el lugar y terminaba frente a Tyler con brazos cruzados. −Eres perfecta Ty, me gustaría al menos tener una cuarta parte de tu trasero. −El castaño le dio un manotazo a la castaña riendo ante aquel comentario y después unas cuantas risas el lugar quedó en silencio, donde Ruby terminó en aquella felpuda alfombra levantándose lentamente.

−El lugar es perfecto. −Dijo con una ladina sonrisa. − ¿Este será el lugar? −Pregunto con cejas arqueadas y después de que Tyler le mirara mordiendo suavemente su labio tratando de no dejar salir aquella enorme sonrisa asintió.

−Este será el lugar. −Afirmó para después salieran cerrando con suavemente la puerta.

🌼

Después de aquel día los días de Tyler y Ruby se basaron en comenzar a llenar el departamento con sus cosas, había sido algo difícil para Tyler no llorar cuando su madre comenzó a hacerlo cuando le dijo sobre aquel perfecto departamento y que comenzaría ya a empacar todas sus cosas.

Había empacado algunos de sus peluches, con los que no podía dormir bien si no los tenía cerca de él y la mayoría de su ropa, dejando demás cosas para una segunda vuelta cuando todo lo que llevaba ya estuviera bien acomodado en su nuevo hogar.

Tyler se sentía feliz, acomodando sus cosas en un nuevo lugar donde ahora iba a tener todo el tiempo para compartir con su mejor amiga, y veía a Josh por cortos momentos, como cuando Franky regresó a casa de noche en una cita con Jordan, Josh la había traído devuelta y ahí Tyler pudo hablar con el tintado, pero no, aun así Josh no tuvo la suficiente valentía para invitar a salir al menor al menos por un café, se sentía estúpido por no hacerlo y siempre tenerlo en su mente cuando le dejaba de ver.

🌺

Tyler, después de ya casi medio mes donde se había instalado por completo en su nuevo lugar estaba más que contento y a gusto, la castaña solía salir de casa la mayoría del tiempo, aun las clases en aquella escuela de pintura y esculturas no comenzaban y Ruby aprovechaba el tiempo para salir con un nuevo chico, Tyler no sabía muy bien de éste, pero simplemente sabía que a Ruby le encantaba.

La mañana de Tyler consistía en un caliente café, mirando algún programa mañanero y después llamarle a su madre contándole que todo estaba bien, porque, realmente todo estaba bien, su rutina fue interrumpida cuando la puerta fue golpeada varias veces.

El castaño sin antes ver por la mirilla abrió la puerta. −Buenos días vecino, ¿Me podrías regalara una taza de azúcar? −Aquella voz tomó de sorpresa al castaño, mirando aquel cabello tintado y despeinado y aquella sonrisilla característica de.

−Josh. −Dijo el castaño emocionado.

🌿🌷🌿

mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora