mama said

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Franky tan sólo tenía seis años de edad, haciendo al castaño ser el mayor por cortos dos años y hacer que de un día para otro Tyler sintiera un aire de que tenía que proteger a la pequeña.

Allison le había contado la versión corta de lo que la pequeña le había pasado, diciéndole que Cameron era su padre y que él la maltrataba, Tyler lo entendió con ceño fruncido deseándole al hombre donde quiera que estuviera que una cascara de plátano lo hiciera caer por las escaleras y que dejara de hacerle tanto daño al mundo.

La menor era hermosa, eso le decía Tyler a la menor cuando estuvieron solos la primera vez, Allison había salido para trabajar y Tyler se había quedado en casa para cuidar a la menor, Franky era cortos centímetros más baja que el castaño y siempre le sonreía ligeramente a éste cuando le decía cosas bonitas sobre su corto cabello o aquellas manchitas cafés sobre su nariz y mejillas.

Los meses pasaron, Tyler cuidaba a la menor cuando llegaba de la escuela y su madre la llevaba a sus clases cuando Tyler iba a su escuela. Diciembre estaba muy cerca por llegar y Allison le informó a la menor de lo que pasaba a principios de este frio y maravilloso mes.

Tyler se había puesto de acuerdo con Ruby, que saliendo de vacaciones de invierno ella iría a visitarle después de noche buena, llevando todos los juguetes que Santa Claus le había llevado por la noche y jugarían hasta el día siguiente. Y Ruby le había prometido que le regalaría algo lindo para su cumpleaños.

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−Uno, dos, tres... −La pequeña pelirroja se contaba en el jardín trasero, recogiendo pequeñas rocas y después meterlas en las bolsas de su pantalón, llenándolas por completo y después sacudirse ligeramente, riendo al sonido de aquellas piedras hacían al golpearse entre sí.

− ¿Hola? −Franky paró, al escuchar aquella voz y volvió a poner sus mitones, caminando hasta llegar a la blanca cerca. − ¿Hay alguien ahí? −Aquella voz se volvió a escuchar, haciendo que la menor terminara por pegar su oído que era cubierto por un grueso gorro de lana rojo.

−Hola señora cerca. −Dijo la menor suavemente sonriendo, pasando su dedo por las viejas maderas. −Soy Franky. −Siguió alejándose con un ya casi perfecto puchero al ver que las tablas no respondían.

−Hola Franky, mi nombre es Jordan. −La menor volvió a reír y se acercó a las maderas.

−No, eres una cerca. −Dijo cruzando sus brazos y mirando las altas tablas que dividían el jardín de los Dun con el de los Joseph.

−De hecho, −Unos pequeños dedos se escabulleron por uno de los hoyos, sorprendiendo a la menor. −Estoy detrás de la cerca. −La pelirroja caminó lentamente, agachándose y mirar por el pequeño agujero, topándose con unos cálidos ojos cafés.

−Hola, −Movió su mano por el hoyito sonriendo suavemente. −Soy Franky. −Repitió, haciendo sonreír al pelinegro que también había tomado su distancia para saludar.

−Hola Franks, soy Jordan. −La contraria frunció el ceño al nuevo apodo, pero sus palabras fueron interrumpidas por una voz detrás de ella.

−Franky, la comida está servida, ¿Puedes venir cariño? −La menor volvió a hacer un gesto con su mano, caminando rápidamente dentro de la casa y sonreírle a su madre.

−Estaba hablando con la señora cerca, decía que se llamaba Jordan. −Rio, su madre le sonrió, mirando al jardín y una tenue sombra que se movía en uno de los lados de la valla, una mueca lleno el rostro de la mujer.