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Después de aquello Tyler había tenido problemas para dormir, no podía mantenerse en un mismo lugar y su barbilla le escocía ligeramente, exactamente donde Josh había tocado.

El castaño, después de cortas horas de sueño, donde la escena del día anterior no dejaba de reproducirse en su sueño no le había dejado dormir bien, se había levantado dándose cuenta que la castaña miraba el televisor comiendo cereales secos en un bowl.

–Se ha acabado la leche, y recién ayer yo fui hacer compras te toca hoy ir. –Dijo Ruby mientras seguía viendo el televisor. Tyler rodó sus ojos caminando devuelta a su habitación para cambiarse y salir a la pequeña tienda de abarrotes fuera del edificio.

Al estar en la entrada volvió a ver a la castaña que ya se levantaba del sofá y caminaba a la cocina, mirando como el castaño abría la puerta que antes de dar al primer paso fuera del lugar un reflejo rosáceo en el piso le detuvo.

Había una pequeña y maltratada rosa en el suelo, Tyler con cuidado la recogió mirando como las espinas no estaban y una pequeña nota colgaba de su tallo.

"Sé lo mucho que te gustan las flores. Pero si quieres que me aleje y no sepas de mí una vez más, pisa ésta rosa. Sabré que lo hiciste y desapareceré, pero también puedes quedártela, dándome a entender que también quieres que yo me quede."

Tyler mordió su labio tratando de no sonreír y cerró la puerta entrando al pequeño departamento otra vez, Ruby suspiró después de leer aquella nota.

–Deberías hacerlo. –El castaño le miró con ceño fruncido sin entender. –Deberías pisarla, comenzar de nuevo con alguien más, de verdad. –Tyler aún con su entrecejo fruncido dudo, negando lentamente.

–L-lo pensaré. –Murmuró, caminando a su habitación con un vaso de agua y dejarlo en uno de sus muebles, dejando la pequeña rosa en el vaso de agua y después suspirar suavemente comenzando a sonreír lentamente y después negó, saliendo hasta la entrada. –Ya traigo leche. –Dijo cerrando la puerta detrás de él y comenzar a bajar las escaleras.

Al día siguiente, antes de irse a clases había encontrado dos rosas más fuera de su departamento, sacándole pequeñas sonrisas al castaño que sin dudarlo metía aquellas flores hasta su habitación y las dejaba descansar en el caso de agua casi vacío.

Ruby le seguía aconsejando que podría encontrarse a alguien más, alguien con quien comenzar de nuevo y todo sería mucho mejor, pero Tyler le había ignorado, metiendo tres nuevas rosas del pasillo que descansaban en el frío piso de madera.

Seis días exactamente habían pasado, donde sin falta Tyler encontraba flores fuera de su puerta y él las recogía para llevarlas a su habitación donde ahora una jarra le esperaba con quince flores que dejaban un dulce olor en aquella habitación.
Pero ahora había algo diferente en aquellas seis rosas, un nuevo papelito colgaba de ellas.

"¿Esto significa que me has perdonado? ¿O simplemente te estás quedando con las flores?"

Tyler rió suavemente al terminar de leer las chuecas letras y negó, rozando suavemente sus dedos por los pétalos de las delicadas flores, –Las dos cosas... –Murmuró, a decir verdad esos últimos días el animo de Tyler había cambiado radicalmente, una vez más sonreía y se sentía mejor cuando despertaba y aquel suave olor a flores inundaba su nariz. Tyler estaba mucho mejor.

Los días estaban pasando, y Tyler el día anterior había recibido once flores exactamente, en su habitación tenía dos jarras llenas de agua y con coloridas flores llenando su mueble frente a su cama, el castaño sonriente había abierto la puerta, esperando encontrarse con una docena de hermosas flores, pero no había nada.

Por un momento Tyler pensó que Ruby las había ya recogido, –Si quieres saber sobre las flores, no, yo no las he tomado. De hecho aún no he visto que las hayan dejado. –El castaño comenzó a morder su labio nervioso.

¿Había hecho algo mal? Tal vez Josh había pensado que Tyler no le quería cuando el castaño tiró las flores marchitas a la basura, pero no podía tenerlas así, estaban marchitas y se veían mal a un lado de aquellas flores llenas de vida.

Tyler se había comenzado a sentir una vez más mal, acariciando aquellas rosas flores suavemente mientras suspiraba, tal vez Josh se había cansado de llevarle aquellas flores y no le traería más. La puerta de su habitación fue tocada suavemente, –Hay alguien en la puerta Ty. –Le murmuró la castaña detrás de aquella blanca puerta, el menor suspiró una vez más.

Pensó que iba a ser Josh, regañándome sobre cuánto dinero había gastado en las flores y que ahora lo iba a querer devuelta o tal vez algo peor. Tyler salió de su habitación y vio que la puerta principal estaba cerrada, Ruby la señaló diciéndole que había alguien esperándole fuera.

El castaño abrió la puerta lentamente, lo primero que pudo ver fue aquel enorme ramo de flores tanto rosadas como rojas que eran envueltas en un arrugado papel blanco, el menor abrió sus ojos sorprendido al ver que aquellas flores no estaban en el piso, sino en las manos de aquel chico tintado de rosado que le miraba con una simple y escondida sonrisa. El menor no se había dado cuenta, sino hasta que tuvo aquellas flores en sus brazos que Josh estaba usando una pequeña corona de flores.

–Hola, –Murmuró el mayor mientras le sonreía tímidamente al castaño, temiendo que éste en ese momento le arrojara el ramo de rosas a la cara y le gritara que no quería nada de él ya. Pero no iba ser así.

El aire en Tyler se había ido momentáneamente, mirando lo bien que aquella pequeña y pálida corona de flores le quedaba al tintado y sonreír lentamente hasta terminar en aquellos cálidos ojos avellana. –Quiero pensar que estoy perdonado, –Habló el mayor, haciendo sonreír al contrario que mantenía ya sus mejillas sonrosadas cuando vio como el mayor se acercaba a él, teniéndole demasiado cerca, sintiendo aquel cálido aliento sobre su nariz y labios. –¿Verdad? –El menor asintió, sus ojitos se cerraban lentamente cuando los labios de Josh ya estaban sobre aquellos labios de cereza, besándole lenta y suavemente.

Terminado aquel ramo de flores entre ambos cuerpos.

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mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora