31

1.9K 416 230
                                    

No paso mucho después de aquel día, su madre había citado a ambos hermanos al comedor para tener una charla seria.

Allison había sido ascendida, donde iba a dar clases en una escuela preparatoria y donde la paga iba ser mejor que la presente, pero había un problema, tendrían que mudarse al centro de la ciudad.

Tyler no se quejó, él no lo haría con tan sólo ver a su madre feliz y seguir creciendo como mujer y eso lo había demostrado años atrás, pero aquí el problema había sido la pelirroja, que terminó por llorar en aquella mesa, cubriendo su rostro al darse cuenta que no volvería a ver a Jordan y sus tardes no las pasaría con el chico moreno.

Aquí la madre de ambos no dijo nada a la pelirroja, no le había dicho lo mismo que a Tyler, donde él podría seguir viendo a Ruby, ella no había luchado para que Francesca viera otra vez al moreno, porque, a decir verdad, Allison seguía desconfiando de aquella familia aun al pasar de los años.

Los berrinches de la menor fueron bajando con los días, donde Tyler ya había empacado todos sus muñecos de peluche y su ropa en diferentes cajas, junto con sus viejas coronas de flores que le hacían sonreír a los viejos y buenos recuerdos, donde estaban Josh.

Tyler trataba de no pensar ya en el chico de ojos rasgados, él ya sabía que Josh no le quería y que ahora estaba mejor con aquella novia suya, Agatha era su nombre, Franky no la dejaba de mencionar en los almuerzos, contándole sobre el piercing que tenía entre su nariz o como tenía un mechón de cabello tintado de rosa.

El castaño sinceramente la odiaba, aunque no hubiera hecho nada malo, a Tyler no le caía bien.

Había sido en el cumpleaños número trece del castaño cuando se mudaron, Tyler había escogido la habitación más acogedora y perfecta para pintar de rosa como regalo, aparte de una nueva noticia.

−La secundaria donde estará Ruby está a calles de aquí, junto con una escuela donde Franky puede ir, aún tenemos tiempo si quieren ir. −La mujer les informó, la pelirroja no dudo en aceptar, pero Tyler lo pensó.

El lugar era nuevo para ellos, aunque Tyler hubiera ido contadas veces con su madre y hermana, ahora vivir en el centro de la ciudad era algo nuevo, pero a veces los cambios eran buenos, al fin y al cabo, Ruby iba estar ahí aun para el castaño.

mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora