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Los adornos de Navidad ya habían comenzado a ser empacados, y aquella blanca nieve comenzaba a irse lentamente de las calles, y un nuevo año ya estaba comenzando.

Tyler lo había pasado mal en su navidad, sin contar como quería dejar a un lado aquel nudo en su garganta cuando abrazaba fuertemente a Ruby al terminar la cuenta regresiva para que el nuevo año comenzase.

Había pasado ya un mes y no sabía nada de Josh, Franky le había dicho que Jordan estaba en contacto con él, pero Tyler de verdad quería alejarse, sentía que si se alejaba una vez más todo volvería a ser normal, nada en su pecho dolería y volvería a ser feliz.

Pero tal vez estaba equivocado.

Mediados de enero, donde las clases ya habían comenzado una vez más para aquel par y al menos la mente de Tyler se podía ir a otro ldo pintando oscuros cuadros. Ruby sabía que el castaño estaba mal, mirándole como últimamente no le sonreía o siquiera trabara de mantener una buena platica en el momento del almuerzo, sólo comía e iba a alistarse. Había veces que se saltaba los almuerzos yendo más temprano a clases.

Era un día normal, si es que escuchar como tyler lloraba a mitad de ducha y ni siquiera tocaba su cóctel de frutas que Ruby se había esforzado en hacer se le podía llamar normal, la puerta había sido tocada insistentes veces, haciendo que la castaña fuera a pasos rápidos.

Su ceño se frunció cuando vio aquel cabello tintado de un rosa pálido, mostrando visibles raíces y como la piel de aquel chico estaba más pálida que antes.

– ¿Está Ty-

–¿Para qué mierda lo necesitas? ¿No te basta con haberlo destrozado? Por favor, lárgate. –Gruñó Ruby, ya cerrando la puerta por completo.

–¿Quién era Ru? –Preguntó el castaño saliendo de su habitación, ya sosteniendo su pequeña mochila y en sus manos unos cuantos pinceles.

–Na-nadie, ¿Ya tienes todo preparado? –Hablaba la contraria con una leve sonrisa, casi asemejándose a una mueca, cerrando la puerta con dificultad, para que la abrieran una vez más.

Los ojos de Tyler trataron de encenderse al ver al mayor detrás de aquella puerta, terminado una vez más aguados. –Ne-necesito hablar contigo. –Dijo el pelirosa, sosteniendo la puerta y tratar de abrirla lentamente, teniendo a Ruby encima de ésta para cerrarla.

–Y-yo, –Murmuró el castaño, sosteniéndose de la silla detrás de él mientras pestañeaba repetidas veces tratando de no llorar.

–Por favor, por favor Tyler, necesito contarte todo. Te necesito. –Una lagrimilla traicionera cayó por la mejilla del menor que miraba a la castaña, esperando a que Tyler dijera que no o que si quería hablar con aquel tonto.

–Dé-déjalo entrar. –Respondió Tyler por fin, pasando sus manos por sus ojos quitando rastro de aquellas lágrimas que hacían sus ojos escocer.

Ruby chasqueó la lengua, rodando los ojos y después abrir la puerta, deteniendo al mayor antes de que entrara para susurrarle antes de irse, –Te juro que si le haces más daño del que le has hecho, Jude y yo nos encargaremos de ti, ¿Está bien? –Josh tragó, mirando de reojo a Tyler y asintió, apartando el tacto de aquella castaña.

El lugar terminó en un silencio que consumía a Tyler lentamente, mirando a Josh que rascaba su nuca y al final se acercó a Tyler, deteniéndole con una mano.

–N-no, –Murmuró el menor negando y apartarse del tintado. Josh mordió suavemente su labio y asintió, dando un paso hacía atrás y después aclarar su seca garganta para comenzará a buscar sus palabras.

–No lo hice. –Habló roncamente tratando de encontrar aquellos cristalinos ojos que miraban cualquier lugar de aquel pequeño departamento para no cruzar miradas con aquellos fuetes ojos avellana.

–¿Co-cómo puedo estar seguro de eso Josh? –Le respondió, tratando de que el nudo en su garganta no se le notara tanto. –¿Cómo sabré si no lo hiciste antes? –Su voz se había roto al final de aquellas palabras, tratando de tomar un poco de aire.

–Porque te amo. –Era lo único que tenía en la mente aquel tintado, su mundo daba vueltas pensando cómo iba a seguir si en ese momento Tyler no le creía. –Porque nadie me importara como me importas tú. –El labio de Tyler comenzó a temblar ante aquellas palabras, josh estaba cansado de buscar aquellos enormes ojos, acercándose al menor y tomar su mentón para que le mirara.

–No te creo. –Sus palabras temblaban, al igual que él ya lo estaba comenzando a hacer. –Ella apareció ahí, estaba en tu habitación y... –No podía terminar la oración por aquel nudo que comenzaba a doler.

–Compartimos habitaciones, George. Sé que lo recuerdas, le has visto y lo conoces. Es un maldito mujeriego, terminaba por llevar siempre a alguien para pasar la noche. –Comenzó a explicar, esperando que Tyler le dejase terminar.

– ¿Ellas eran lindas? –Preguntó el menor sin despegar sus aguados ojos del mayor que fruncía el ceño.

– ¿Qué? No, claro que no, ellas no eran lindas, nadie es lindo. Nadie es más lindo comprado a ti, Tyler. –Comenzaba a exasperarse levantando la voz. –Ellas no me interesaban Ty, ellas como todos en las prácticas y en clases sabían que yo soy, –Volvió a carraspear y seguir mirando esos ojitos. –Soy gay, yo-yo no podía dejar de pensar en ti, no puedo hacerlo. Todos saben de ti Tyler, todos saben que eres mi novio y te amo, te necesito. Que simplemente al que puedo ver es a ti. –Por fin terminó, sus ojos se habían aguado cuando terminó.

El nudo en la garganta de Tyler comenzó a bajar, haciendo que su corazón comenzará a acelerarse y las ganas de llorar también se hacían otra vez presentes, pero había algo ahí. Cuando Josh se había acercado peligrosamente al rostro del menor aún sosteniéndose su barbilla. Tyler le detuvo.

El castaño negó, quitando la firme mano del mayor de su barbilla y alejarse lentamente de él. –Por favor, vete. –Murmuró con ojos aguados aún negando, –Vete. –Terminando por levantar la voz y que aquellas lagrimas comenzarán a bajar, Josh le miro cortos segundos y después asentir lentamente y comenzar a caminar a la puerta.

Yéndose sin decir nada.

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mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora