Borrón y cuenta nueva.

173 3 0
                                    


Hola, me presento, yo  soy  Tarres 

Esta novela ha sido escrita, imaginada y planeada desde hace tiempo. Tenía alrededor de 16 años que cuando comencé a escribirla, ahora con algunos años de más y con más de seguridad me animo a retomar la escritura de esta pequeña historia. 


Con las intenciones más buenas y especiales, es decir, que sea una genial historia que le agrade a muchas personas, les dejaré pasar a un lugar de mi vida, a una parte de ella, a una creación de fantasía para que la lógica no nos coma en vida.

Ahora sí,  aquí comienza una novela que es escrita con la imaginación, la esperanza y el corazón.

M.M






- ¿Es necesario ésto?

- No tan necesario. Pero tenemos que hacer unos cambios a nuestros días por cuestiones que sí son verdaderamente importantes, hija.

- Yo podría...

- Sola no te vas a quedar, ya lo hemos hablado.

- ¡Por Dios, madre, puedo hacer eso y muchas cosas más!... Puede que sea muy madura y lo soy. Si te preocupa que pueda hacer una fiesta en la casa e invite a muchas personas para que vengan a drogarse y tener mucho sexo en cada una de las camas de esta casa, cosa que podría hacer, es algo que no haría, ¿sabes por qué?... Porque respeto tu casa, mujer.. - Rodó los ojos con fastidio y enseguida de eso me miró con ojos llenos de burla.-  ¿Qué te crees?, ¿acaso crees que no tengo amigos o qué?

- No, eso no preocupa. Te creo lo suficientemente inteligente como para que no hagas una fiesta de ese tipo.- Dijo riendo tibiamente, pues lo más seguro es que no me crea capaz de hacer algo así. La verdad es que ni amigos a una cantidad exagerada tengo como para lograr que mi casa se llene de ese tipo de adolescentes. Entonces si, para mi madre eso definitivamente no sería un problema.  

- ¿Por qué no te preocupa que tu hija pueda hacer una fiesta tipo película hollywodense  de fraternidades en universidades, eh?  

Creo que hasta este punto, eso ya no importa. No es como si tuviera tiempo de pensar en otra cosa que no sea un adiós. Y lo peor de todo es que ni eso tuvimos. Él va a estar molesto, lo sé, somos parecidos y yo estaría peor que él en circunstancias similares. 

- Te espero abajo. Yo ya hice mucho con guardar la mayoría.- Dijo la mujer de cabello corto griándose para caminar hacia la puerta de mi habitación. Su cara expresaba risa por mi comportamiento tan conocedor para ella, sin embargo, esta vez ella no sonríe de verdad, está triste, está cansada y no desde hace una hora y media en la que me ayudó a guardar mis cosas, sino desde hace días, varios días en los que ella no ha descansado correctamente. 

Lo he percibido, ellos han estado actuando de un modo que no me es del todo extraño. Sus comportamientos me recuerdan aquel año viejo. Un día en el que nos dijeron a él y a mi que las cosas cambiarían, y no cambiaron para bien, todo lo contrario.

Fue un una tarde soleada, luminosa, calurosa y radiante que hubiera sido agradable haber finalizado de ese modo el día, con calidez. No pasó así. Fue muy la inversa porque aquel jueves lo recuerdo de la manera más clara, como si lo hubiese vivido hace sólo algunas horas. Ese día él se fue, o se lo llevaron, con todo y la paz que le proporcionaba a mi vida todos los días con sus malditas manías, con sus sonrisas tan hermosas que hacían echarlo de menos todo el tiempo, con sus consejos, con sus platicas y con nuestras pequeñas e inventadas pillamadas donde él siempre fue el guardián de mis sueños, o mejor dicho, pesadillas que él lograba calmar al abrazarme y me repetirme una y otra vez: no dejes las cosas pasar, velas, no te escondas y afronta tu miedo

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora