Un poco de color Rojo

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- ¡¿QUÉ FUE LO QUE PASÓ?¡. ¡EXIJO LA VERDAD, AHORA MISMO, EN ESTE INSTANTE JORDAN BROWN!.- Después de haber despegado el teléfono de mi oreja para impedir quedar sorda dentro de un tiempo no muy lejano gracias a los gritos de Loren, lo regresé a su lugar para poder hablar sin la maldita necesidad de alzar la voz. Ese tipo de gente me desespera, lo juro. 

- ¿Quieres calmarte?.- Pregunte irritada, frotándome la frente. 

- ¡NO ME DIGAS QUE ME CALME CUANDO ME DICEN QUE TE PASÓ UN ACCIDENTE¡.- Volvió a gritar. Volvió la histeria a ella.- ¡¿No que sólo una caída y no sé qué más mentiras?!...

Si tenía derecho a enojarse, pero decirle la verdad el día que llamó y le dijeron que había caído, no fue suficiente y la verdad es que no sé quién pudo haberle dicho algo más para que volviera a llamar nada tranquila y exigiera la verdad a punta gritos que me dejan sorda. Por eso mismo no queríamos decirle la verdad, más a parte porque suena rara mi historia que tendría que contarle y eso me limitaba también a comentarle la verdad tonta que me rehúso a creer incluso yo. 

- Loren, ya cálmate, sólo fue una accidente.

- Bien.- Cuando menos lo espere se calmó. O lo está intentando.- Bien, estoy calmada, estoy bien.- La respiración de mi madre era tan pesada, tan intensa que me indicó que no estaba calmada a como ella cree aparentar.- Necesito que me digas la verdad... No más mentiras de una simple caída. 

- Fui a correr al bosque...- Sé que no es la mejor excusa, pero si funcionó con Danielle, tiene que funcionar con ella.- Y si te preguntas, ¿qué diablos hacías en el bosque?...

- Jordan...

- Lo siento.- Me disculpé para continuar y dejar de imitar su voz.- Salí a correr porque el bosque es lindo, no lo conozco y estando tan cerca de él me entró la curiosidad por adentrarme en su majestuoso ambiente. No creas que estoy intentando ser una chica sana...- La cara de Lance no hacía más que mirarme como si estuviera completamente loca, más que eso seguramente. Pero ni él ni yo tenemos una mejor excusa para decirle a la mujer que no se traga los cuentos. A demás no estoy diciendo completamente un mentira, es  una parte de la verdad. - Cuando iba corriendo, tropecé, porque soy torpe. Caí más de la cuenta raspándome partes del cuerpo por la pequeña cima de la que fui víctima, eso es todo, Loren.

- Aja... Tu dime cuando empieces a decirme lo que realmente pasó.- Cerré mis ojos. Solamente a mi se me ocurre que ella puede creerme y no saltar como loca y decir que contaba con ella para salir a conocer el bosque y que si estaba dentro de mis planes ser una chica saludable, ella me ayudaría a que el trabajo se me facilitara, así, como Danielle hizo. 

- ¡Pero esa es la verdad!

- Mira, Jordan... No sé por qué no me quieres decir la verdad, pero sé que eso no es lo que pasó.- Volteé y lo miré, pero sólo unos segundo porque mis ojos se fueron a sus manos que apretaban el volante con fuerza, más de la necesaria para conducir.- No pude llamar antes...

- Por asuntos del trabajo. Ya lo sé mamá, no hace falta recordarlo, y ¿sabes qué es lo que pasa?.- No esperé a que me contestara con un sí, o un no sé, sólo proseguí.- Lo que pasa es que no quiero interrumpirte. 

- Jordan.- La lastimaré, de eso estoy segura. Pero en este juego no puede existir un empate, oh, no.

- No quiero interponerme entre tu trabajo maravilloso. No quiero estar primero yo antes que tú trabajo, ¿si?.- Listo. Lo dije. Fui sincera, mala persona, pero sincera. Eso es lo que quería escuchar, ¿no es así?, pues bien, ahí está. - Eso pasó mamá, y así se quedará porque ya pasó, tú misma lo dijiste... No llamaste, fue, en pasado, uno que ya no regresa.- Es como si mi plan de ser una maldita estuviera jugando a mi favor, porque llegamos a la escuela cuando estaba a punto de explotar por completo. No como bomba atómica, más como un cohete que se arrepiente de contaminar el ambiente enseguida que fue hecho pedazos por la pólvora.- Y tengo que colgar, tengo clase. Adiós.- Dije finamente.- Nos vemos al rato, Lance.- Si no era él el que tenía humor de perros, era yo. Pero siempre alguien tenía que arruinar el avance entre ambos.

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora