Todos merecemos el beneficio de la duda... (Jordan)

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¿Nuestras destrucción?, ¿cree que el que él me guste es predecible de que algo malo pueda suceder?, ¿a tal grado de causar mi muerte?... Eso no sería gustarnos dado caso, pro dios. Ese tipo de amor no es sano para mi.

¡AY, MALDITA SEA!

Por más que intento dejar de pensar en él parece que mi mente se empeña en no ceder, y eso me asusta. Nunca, jamás, un hombre se había incrustado en mis pensamientos como para no dejarlo de pensar de la forma en que lo pienso a él. Eran gustos vagos, de esas veces cuando ves a un chico guapo que cumple con tus exigencias. Y con esos pensamientos he vivido, sin necesidad de complicarme las cosas enfocándome más a profundidad con algún muchacho de mi agrado.

- ¡¿Puedes hacerme caso?!

- Te estoy haciendo caso.- No es cierto, pero no puedo decir que no. Eso me hace quedar como una mala amiga.

- Te daría la razón, Jordan. Pero Andrew lleva más de cinco minutos preguntándote lo mismo a lo que respondes siempre asintiendo.- Giré mi cabeza con velocidad para mirar al chico que acaba de delatarme, más de lo que ya es claro para todos.

- Para la otra cuando no llegue tu amiga no volverás a juntarte con nosotros.

- No empieces, sabes que eres mi favorito.- Abracé a Andrew por su espalda al verlo adelantarse unos cuantos pasos.- Tú eres mi favorito, Andrew.

- Déjame. Con eso no me vas a convencer.- Intentó despegar mis manos de su cintura que sobre su abdomen lo abrazan con fuerza.- ¡Ya déjame! - Lo apachurraré más a mi. A pesar de que íbamos caminando, o él me iba arrastrando. Fue increíble que no estuviera en el piso, pero eso se debe a que él es quien me lleva prácticamente.

- Suéltalo, Jordan. Va a perdonarte, lo sabemos.

- Ya ves, suéltame, si no quieres que me vuelvan a golpear. Tu novio se está enojando.- Cuando termino de decir eso, fui capaz de voltear hacia atrás, lo que mi cabeza me permitiera para ver a Jack refunfuñar por algo. Wes se limitaba a platicar con Lance, mientras nos miraban también ellos sin expresar nada más que interés en sus pláticas. Ryan, comiendo de su papas, venían riendo y haciéndole burla a mi refunfuñón.

- Eres un idiota.- Me detuve y solté su cuerpo para dejarlo ir. Los chicos pasaron a mi lado importándoles un comino la actuación de chica preocupada por el comentario sencillo e insignificante para unos, pero realmente preocupante para mi.

¿Qué no saben que decir eso frente a una chica es incomodo?

Me giré al sentir el viento helado recorrer parte de mi mejilla. Volteé como si fuera a incitar la respuesta para que saliera a luz, volteando por los lados. Pude haber volteado hacia otra lugar y no encontrar nada e irme. Pero como si mi cerebro supiera para donde girar, se encontró con lo que supongo está mirándome. Y no me colocó como el centro de atención de medio mundo, pero no muchos caminan por el pasillo y sólo unos cuantos que acaban de pasar de mi lado izquierdo.

La persona del fondo, cubierta por la oscuridad, levantó su mano e hizo el ademán de saludar. Volteé hacia atrás de mí para comprobar que no se refería a mí y evitar un ridículo. Regresé a él quién no ha movido nada, ni su mano en el aire que sigue moviendo los dedos.

Algo me incitó a acercarme a él, pero cuando fue él quien caminó hacia mí, quedé petrificada de ver de quien se trataba...

Caminé mirando hacia la dirección por donde, Lance, Ryan, Wes, Andrew y Jack han dado vuelta. Por ese o por el otro. Pero el punto es que acaban de perderse y eso lo agradezco.

- Hola, Pecas.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿A qué te refieres? - Preguntó risueño mirando mi mano enroscado en su brazo, el que solté velozmente al darme cuenta que a él pareció molestarle. Pero no fue así, o eso supongo, porque su gesto fue de decepción.- ¿Me has buscado todo el día?

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora