El nombramiento también provoca

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- Te espero.- Giré mi cabeza para mirarlo a él sobre el techo de su auto que a mi por suerte no me cubría. Le extendí una sonrisa y un leve asentimiento de cabeza.

- Si.

Él también asintió para luego cerrar la puerta de su auto, yo hice lo mismo para caminar hacia donde mi maldita tortura de todos los días aguarda. Cogí bien mi mochila y luego hice lo que tenía qué, caminar.

- ¡Eh, linda! - Seguí caminando sin hacer caso a los gritos de hombres preciosos.- ¡LINDA! - Rodeé mis ojos por la insistencia, pero aún así no fue suficiente.- Oye, pequeña.- Hasta que me tomaron del brazo y e hicieron girar para antes de que pudiera entrar al instituto.- Lo siento.- Sonrió por la forma buscar que me volteó y me estampo con su pecho.

- Jack.- Sonreí y me puse de puntitas para lograr darle un beso en su mejilla tibia.- ¿Cómo estás?

- Ahora estoy mucho mejor.- También me sonrió y dejó de acariciar mi mejilla para separarme de él y darme el indicio de que era hora de avanzar hacia dentro.- ¿Tú cómo has estado, pequeña?- No me había puesto suficiente atención a su apodo que últimamente me ha colocada cada vez que se dirige a mi. Es... ¿Bonito?, la verdad no sé cómo sentirme al respecto.

- Con mucha tarea, pero nada que no pueda resolver. Pero el hecho de que está cerca de terminar mi castigo me pone feliz.

- Eso a mi también me pone de muy buen humor, Jordan. Ya era hora de que por fin terminara tu martirio.

- Concuerdo contigo.

Seguimos caminando y creo que ninguno tenía las intenciones de parar o ir a algún lado en especial. En el pequeño transcurso en el que íbamos caminando el silencio también se presentó pero no era incomodo, era más de esos ansiosos por saber qué hay más tras ese saludo. 

- ¿Es un alivio, cierto?.- Asentí mientras sonreía.- Si te soy honesto el que esté por culminar el castigo inmerecido, me pone feliz. Creo que tendrás más tiempo para ti, para estar con nosotros o para hacer una que otras cosa diferente a la habitual. 

- No lo sé. Casi no salgo porque Lance es una persona protectora, demasiado, de hecho. Pero no me siento tan desdichada por hacer algo de provecho por la tardes. Aunque sea un castigo no merecido. 

- Tienes razón. Además, de un largo labor de trabajo, algo mejor que polvo debes de merecer. De hecho...

- ¿Pasa algo?

- Jordan...- No le contesté, con la simple acción de mover mi cabeza hacia arriba un poco, él entendió y prosiguió.- Yo quiero preguntarte algo...

- Sólo dilo, Jack.

- Sé que falta mucho. Pero cada año aquí en Hilmont se realiza una fiesta. Ya sabes, lo clásico de las escuelas preparatorias.

- No sé a lo que te refieres.- Es claro que está muy nervioso, por algo de lo que no tengo conocimiento y por más que me gustaría saber a lo que se refiere, él no hace nada más que rascar su nuca y mirara sus pies. Es cómico verle, disfruto verlo nervioso, pero tampoco soy tan mala persona. 

  - Sí, Hiltmon no es la excepción para hacer fiestas de fin de curso, para recibir la navidad o hacer por hacer una fiesta que terminara en la casa de los Brayve con la mayoría de los estudiante alcoholizados. 

- ¿Quieres emborracharme? ¿Eso dices?

- ¡Diablos, no, Jordan! No digas eso, no lo haría nunca. 

- No puedes culparme. Es que así sonó. 

- Lo único que intento decir es que... quisiera que...  

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora