- Llevo tratando de explicarte cómo funciona el asunto y aún no te queda claro.- No dije nada, tiene razón.- A ver, Jordan te repito: en nuestro caso nos tocará compartir la última materia con algún otro grupo, pero tuviste suerte de que aún no tengamos profesor de matemáticas.
Sonreí débilmente, ella me causaba risas, y vaya que lo hacía la platicadora pelirroja. A pesar del enfrentamiento entre sus amistades, mi hermano y su grupo, el día entre ella y yo no se volvió complicado. No obstruyó que ella y yo habláramos de cosas insignificantes que no tenía que ver de vez en cuando con la escuela.
Para mi lo que pasó entre sus conocidos y los míos fue una simple defensa de una posible amistad entre la loca de Danielle y yo, porque es lo que es, una loca irremediable que prácticamente no me dejó concentrarme en ninguna clase durante el día. No me molestaba que hablara, pero lo hubiésemos hecho durante el receso. Pero la parlanchina no dejaba de decirme que tenía un gusto horrible, no sólo por mi manera de vestir, sino por todas mis cosas adquiridas. Desde una pluma hasta mis malditos calcetines verdes que la desgraciada sí notó.
Es linda, ella es agradable y lo que más agradezco es que es sincera conmigo, demasiado para el gusto de las personas. A pesar de tener horas exactas de habernos conocido, me trasmite alegría, su manera de andar e inclusive de ser es con euforia, con una energía en cada cosa que hace. Sencilla no es la palabra que la defina porque es una mujer completamente elegante; fresca como una rosa en un jardín recientemente regado, y con un color que sobre sale al resto de flores hermosas por igual. Es guapísima. Y se nota que ama la vida. Todo lo realiza con suma pasión-.
- Sólo serán los lunes y viernes, ¿no?
Por lo que me venía aclarando, entendí que esos días llegamos a compartir clase con un grupo distinto al que nos asigna. Uno que tampoco es fijo porque los alumnos crean su horario a como mejor les convenga así que no siempre tendré a los mismos compañeros mirones quienes querrán averiguar por la interpretación que hago tras sus miradas, o de dónde es que vengo, o si mi nombre es realmente ese o cosas por el estilo que hoy pasaron. Sobre todo cuando algunos profesores pasaban lista y al pasar mi nombre, mis compañeros me veían como si fuera un nombre extraño, aunque en parte lo era.
- También puede ser alguno que otro miércoles, pero eso a depende de los profesores.- Hablando de profesores, eso me recordó que cada uno de los que hoy me tocaron, actuaron como si fuese una alumna más que no se haya incluido a mitad del semestre. Que tampoco es algo que pedía, porque mil veces prefiero ser la ignorada, pero sí es raro. Se supone que eso hacen cuando alguien ingresa, te presentan o cosas por el estilo, o bueno, eso he visto en películas. Sin embargo el que sólo dijeran, bienvenida, era suficiente para mí, y ellos lo hacían para mi fortuna.
- ¿Y cómo es que tu y yo tenemos las mismas materias?
- Supongo que simple coincidencia o destino, Jordan... ¿Qué tu no crees que el destino? - Realmente ¿creía en él? No tengo una respuesta clara, pero de lo que estoy segura es que habrá problemas tanto para ella como para mi. Eso lo pensé por ver caminar a la chica linda, la amiga de Danielle. Este mujer sí que era algo sexy, tiene una apariencia ruda, gestos fríos, engreídos puedo decir, a parte su ropa es como si un asesor de imagen de una banda de rock muy famosa la vistiera, la chica tiene estilo, se encuentra entre el rock y alguien muy bien arreglado. Al parecer Danielle no la vio o la ignoró por completo. Yo intenté hacer eso mismo, pero su mirada hacía mí fue dura, reprobadora, pero no me importó. Si no me importa la de Lance que es mi hermano, menos la de ella.
- ¿Crees que tus amigos estén molestos?
- ¿Qué? - Preguntó curiosa tras haber entendido bien mi pregunta. Miró la dirección en la que yo veía, la misma que miré cuando su amiga rockera pasó de largo hacia fuera del instituto.- Oh, Jordan, sí, ellos no son mi amigos... Son mis hermanos.
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Ocultos.
Vampire- Nada de esto es real.- Murmuré muy segura de mi aunque frente a mis ojos tuviera la real y cruda veracidad. Mis manos temblaban, mi ojos comenzaban a nublarse, mi boca a secar, mi corazón a golpear con rudeza mi pecho y mis oídos a taparse para q...