Muchas emociones hoy pueden describirme... Pero no todas ellas son buenas. Tengo muchas de las que son buenas saber un día de pena, otras que no son buenas y que sólo son capaces de destruir días de gozo. Por ejemplo, estoy feliz, o una parte de mi al menos debe estarlo, estoy nerviosa y eso aborda la mayor parte de esas emociones, pero lo que hace contrastar mi estado es que tengo miedo y aunque él jamás puede abandonarte por más preparado que estés para la vida, para enfrentarte a lo terrible que es, no es tan bueno sentirlo. Mas estando en mi situación, una donde la felicidad o emoción tendría que albergar todos mis pensamientos, pero aún con esos sentimientos, no dejo de temer por el futuro. Uno al que no quiero enfrentarme cuando todo salga mal.
Suponer que el futuro será mal suena completamente negativo. Pero la negación de la realidad en esta situación no puede ir de la mano conmigo. No me caracterizo por hacerme fantasías en mente, a excepción de cuando estoy por dormirme, ahí me lo permito. Pero aquí no es momento de perder la cabeza por algo que puede cambiar en cuestión de tiempo, de horas o minutos dado que Dorian está involucrado y ese ser es tan impredecible que no puedo confiar absolutamente en su palabra ni un segundo. Es individualista, directo y evidente, es complejo y arrogante, es muchas cosas y la mitad ni siquiera es buena.
Bajé mi cabeza hacia la bandeja que reposa sobre la mesa que siempre ocupamos cada vez que de ir a la cafetería se trata. La comida casi por terminar sigue reposando ahí, sobre mi bandeja. Siendo consciente del valor que necesitaba volví a elevar mi cabeza para mirar lo que causó que me inclinara en busca de un pretexto para no verlo, o al menos lo intenté, pero creo que no funcionó al juzgar por su tremenda sonrisa de burla.
- ¿Jordan, vas a decirme a dónde fuiste con Dorian ? - Dejé de ver mechones rojos, sólo por estar enfocada en unos ojos grises que no veo con claridad porque lejos bastante de mi anda, pero aunque no necesito mirarlos de cerca, sé qué color son o cómo es que cambian de tonalidad dependiendo la luz, la ropa o incluso su estado de ánimo. Ese color es tan perfecto y extraño, es muy claro para decir que es azul, pero muy lejos de ser blanco, éstos llegan a veces a un transparente gracias a su ropa oscura, la que siempre usa la mayor parte del tiempo. O como es que se oscurecen un poco más con la ropa clara, que pocas veces ha sido capaz de ponerse. Pero realmente, ese gris jamás va a poder existir en alguien más, nunca.
- ¿Qué? - Danielle dejó caer su papa frita sobre su charola con una fuerza que la pobre papa no le agradecería. Se aproxima un regaño o sarcasmo por mi falta de atención respecto a lo que dice, dijo o dirá Danielle.
- ¡¿Puedes dejar de ver al imbécil ése?! - Tosí desesperada de que alguien llegara en mi auxilio y defendiera la poca vergüenza que me queda después de lo que casi grita, o gritó. De verdad que Danielle llega a ser tan imprudente, que causa malestar en mi. Nada de tiempo tuve para echarle en cara que se callara, que dejara de decir estupideces ciertas, pero al bajar mi bebida para poder rebatir, ella se giró en busca de lo que ya no sonríe, sino de lo que ahora está serio y enojado. No tienes que hacer mucho para que un Dorian se moleste, eso es obvio. No vi la señal que hizo con claridad, pero sé que le hizo una señal mala para que esa cara cambiara.
- Danielle.
- Nada de Danielle... Quiero que me digas qué está pasando entre tú y el idiota.
Ambas, al mismo tiempo nos recargamos en el respaldo de la silla. Nuestras miradas estaban tan fijas en los ojos de la una a la otra que podría causar una incomodidad en algún tercero porque el carácter de ambas es intenso, las dos somos personas con personalidad fuerte y en situaciones como estas no es lindo. A diferencia de los de Danielle, los mío no demostraban enojo profundo, sino molestia simple porque se está comportando como cierta persona que sentada con sus amigos está, mientras platica muy seriamente con Ryan. Lo que me parece raro porque siempre es Wes con el que está, y eso es extraño, nunca ha faltado. El que solía hacerlo más seguido es Jack.
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Ocultos.
Vampire- Nada de esto es real.- Murmuré muy segura de mi aunque frente a mis ojos tuviera la real y cruda veracidad. Mis manos temblaban, mi ojos comenzaban a nublarse, mi boca a secar, mi corazón a golpear con rudeza mi pecho y mis oídos a taparse para q...