- Es sencillo prepararla. Sólo necesitas medio aguacate, un poco de aceite de coco, de oliva y una cucharada de yogurt natural. Todo ello lo vas a mezclar muy bien hasta que te quede como una pasta...- Asentí con una sonrisa en mi rostro. Acabo de arrepentirme hace como dos minutos preguntarle cómo es que cuida su piel. Lleva dándome esos dos minutos una serie de recetas naturales, de mascarillas y mezclas que a ella le funcionan para el tratado de la misma. Me hubiera interesado, pero sólo con escuchar que lo tienes que hacer cada tercer día, me hizo retractarme de habérmelo planteado por lo menos. Es mucho tiempo desperdiciado que yo no tengo y si lo encuentro prefiero invertirlo en otra cosa interesante para mi.- ¡Jordan, maldita sea, hazme caso!
- Te estoy haciendo caso.
- A ver, dime que te dije.
- Que...- Antes de girarme hacia mi casillero y abrir la puerta para buscar una excusa en el transcurso, le dí un mojín de que éso era la cosa más simple que me han pedido alguna vez, siendo todo lo contrario sinceramente.- Que el yogurt de durazno es lo que hace que...- Señalé hacia su cara asomándome por un lado de mi pequeña puerta de metal.- Tengas esa piel hermosa...- Asentí triunfante y luego regresé a meter mis cosas.- Por eso comprare hoy mismo un bote de ese para alimentarme con él de ahora en adelante.
Un golpe delicado se escuchó pegar en algún lado de mi perímetro. Cuando emparejé mi casillero para comprobar qué había sido eso, me dí cuenta que la dueña de ello fue la frente de Danielle estampada en otro casillero.
- Eres una vil estúpida
- ¿A penas te das cuenta? - Cerré lo que había abierto, no por querer o por desear contestarle a mi querida bruja roja algo, sino porque el imbécil llegó.
- Tu cállate, Dorian.
- Pero qué, es algo en lo que estamos de acuerdo. Lo acabas de decir.
- ¿No puedes sólo ignorarme, verdad?
- Sí, sí puedo. Sería sencillo dado que eres algo insignificante. Algo sin chiste, sin importancia ni relevancia y así...- Alargó su mano, en un veloz movimiento.- Podría sugerir. Pero, sencillamente no se me apetece querer de joder, niña.
- Pues vete a joder a otro lado.
- No, no hay problema, Danielle.- Bajé su brazo con el que había empujado a su hermano. Forcé a mis labios a esbozar una amplia sonrisa de alegría, que en realidad no sentía, como la de él aunque la mía esté llena de esfuerzo cosa que para mi no era evidente, pero que para él era más claro que el agua.- Si el niño con el síndrome de Cronos, con complejo de Aquiles y de Narciso quiere jugar conmigo, está bien.- Bajé mi cabeza unos segundos y luego la levanté para encontrar su sonrisa al doble que hace poco tiempo.- Que tu hermano no tenga amigos con quien hablar- Que su imagen de Eróstrato salga siempre a relucir...- Su sonrisa cada vez se desvanecía más y eso me incitaba a seguir con mis argumentos algo tontos para mi y seguramente para él.- ... Y que su manera de comportarse con el mundo sea estúpidamente absurda, como si el mundo le hubiera hecho algo al divo, no quiere decir que tengamos que atacarlo por sentirse excluido de la vida en colectividad. Porque, si eso pasa, es porque tienes una muerte social y eso es peor que la muerte misma.
La risa de Danielle pudo haberme contagiado, pero sinceramente no lo hizo dado que el rostro de frente no dejaba que mi mecanismo de alegría surgieran, lo impidió por un recuerdo que se ancló en mis memorias con fuerza la noche pasada y que ahora se presenta de modo arduo. Ese mismo gesto estoy segura de haberlo visto... Ayer. Ayer antes de irme a la cama y desahogar mis penas en silencio reprimido. Puedo alucinar, pero estoy segura, ahora viéndolo bien, a está distancia cerca, que es él el que estuvo afuera de mi casa. Eso nadie puede quitármelo de la cabeza.
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Ocultos.
Vampire- Nada de esto es real.- Murmuré muy segura de mi aunque frente a mis ojos tuviera la real y cruda veracidad. Mis manos temblaban, mi ojos comenzaban a nublarse, mi boca a secar, mi corazón a golpear con rudeza mi pecho y mis oídos a taparse para q...