El pasado que ruega con surgir

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- ¿Ves? Te dije que sería fácil.

- Me dejó ir porque me van a revisar... Sólo es eso. 

- No es tan malo Lance...- Volví a mirarle para darle una cara que la palabra incredulidad la describe perfecto.- No cuando no estás involucrada.

Sonreí y regresé a mirar por la ventanilla del auto de Jack. Es acogedor mirar el paisaje, es bello tan sólo mirar algunos de sus árboles, de sus arbustos, de su tierra, de su pasto o de su todo. Mis ojos no podían despegarse de él cada vez que lo miraba, y no había remedio para no poder dejar de hacerlo por al menos cinco minutos. Pero jamás me quejaría, es asombroso. La vista es completamente magnifica: el color no parece cambiar mucho por esta zona, es frío, es como si todo en él despertara cierta oscuridad, como si el día, el sol o  el calor nunca se llevaran bien con ésta gama de colores, parecerían opuestos a este. Los árboles sí que son enormes, son altos y los pinos están tan abiertos que parecen ser dioses, dioses a lado de seres sin poder dominar la naturaleza, pues los árboles alargados y por ahora verdes, se cruzan en todo el camino obstruyendo la visión de Jakc por la carretera, o mejor dicho, nosotros obstruyendo su lugar, su vivienda, su hogar. 

- Mi hermano no fue así, ¿sabes?

A pesar que de que nunca he sido una mujer que cuente todo lo que le aqueja, me siento bien hacerlo de un modo pequeño con alguien que sí sepa escuchar. Una de las razones es porque no hay muchas personas que se detengan, con paciencia, con tranquilidad o con honestidad a oír un otro que siente ganas de reír, de jugar o de sentir una apoyo de empatía, uno que brinde verdadero valor por hacernos hablar de cosas que duelen, que nos causan escalofríos o nos quitan el sueño de alegría o preocupación. No hay de esas personas que escuchan con verdadero interés y no es culpa suya tampoco. 

Pero con Jack, con él es una manera de abrir mis emociones que me dañan de alguna manera. Es ser en parte buena con mi salud, y a demás se trata de él, de ser un poco más agradecida de una manera que probablemente ni él se percate de ello y yo jamás vuelva a recordarlo. Pero soy buena con los dos, de algún modo muy distante, pero se juntan en otro . Además, él es alguien que me da la confianza.- El era todo para mi... Y creo que yo también lo llegué a ser. 

- ¿Crees que a él no le importas, Jordan?

- No lo sé... Dejé de creer en tantas cosas cuando se fue, que ya no sé qué es lo que siento.

- No pienses nunca, Jordan, escúchame bien, nunca pienses que a tu hermano no le interesas. Porque eres todo para él.

Mi razón fue suficiente para que mi vista dejara aquel hermoso, verdoso y húmedo sitio; una es porque Jack había llamado mi atención al defenderlo así, sé que son amigos y eso precisamente lo que ellos hacen: defienden a su familia. Pero no dejaba de sonar con es hilo de lucha por hacer entender, por hacer que alguien entre en su razón, alguien aferrado y testarudo como yo. 

- No digo que no le importe, Jack. Simplemente digo que él... es alguien diferente ahora

- Las personas cambian, siempre lo hacen... Nadie asegura que para bien o mal, pero en su mayoría, quizá menos o quizá más, el cambio es percibido para una mejora. En algunas cosas el cambio es por personas a quien se ama, suelen hacerlo por el bien de un tercero, y probablemente por uno mismo, porque e quiera o no, se cambia también uno a uno... Incluso hay canciones que hablan de ello: y tienen razón, si el mundo cambia, que yo cambie no es extraño... No te enojes, Jordan. Pero comprende a tu hermano, entiende que para él todo esto es muy estresante.

- ¿La escuela?, ¿el trabajo?, ¿el cuidarme? Porque si es eso no necesito de una niñera en primer lugar y en segundo, yo también estudio, quizá el trabajo sea un punto, pero no todo Jack. Lance algunas veces actúa como un completo lunático. Tiene un carácter poco soportable que da mucho qué pensar, y no lo juzgo...

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora