Ocultos.

Nadie sabe que mi lugar favorito lo hace siempre ella... (Dorian)

- ¿Entonces sí vendrán?

- Por supuesto que iremos, mi amor. No vamos a perdernos una fiesta que fue importante para nuestra familia.

- Pues algo he escuchado de ella, pero no sé la gran la coas. Lance sólo dijo que nos habían invitado y que quería que fuera, aunque pensándolo bien, falta algo de tiempo y no tengo idea de por qué me lo advirtió antes. 

- Ya conoces a Lance, le gusta la puntualidad. 

- Claro que no, tu hijo es el hombre más imputal...

- Mejor dime, ¿qué tal te va en la vida en el campo?

- Que divertida estás, Loren. Pero no es campo, es un bosque y hay una gran diferencia.

- Jordan.- Me reprendió por algo que ella causó. Giré los ojos algo cansada de que siempre me regañe por decirle por su nombre, ¿qué no se llama así? - No me gires los ojos, señorita. 

- Nunca voy a saber cómo lo haces.- Siempre que hacíamos alguna travesura, o eso planeábamos, como si fuera bruja mi madre aparecía arruinando nuestra maldad infantil. O habla con amenazas cuando no nos tiene en la mira, pero sabe que algo tramamos. Nunca le ha fallado.

- Es un don, cariño. 

- ¿Cómo te va a ti y a Donal?

- Muy bien, ya sabes, haciendo todo lo que podemos para tener menos trabajo. 

- Entiendo. Pero ya pronto vendrán y podrán descansar.

- Ya quiero verte, hija. 

- Yo también quiero hacerlo, ma.- El suspiro que ella soltó, me contagió a mi. 

- Bueno, Jordan debo colgar. Como siempre es un gusto saber que están bien. Te amo mi niña, no lo olvides. 

- Te amo también mamá. 

- Cuídate y tápate bien que el frío allí es horrible, eh. No quiero saber que estás descalza.- Miré mi pies cuales están desnudos, sonreí. 

- Claro que no, mujer.  

- Bueno, ahora sí adiós amor. Cuídense. 

- Adiós. 

Quité el teléfono de mi oreja y pulsé el botón rojo de colgar. Aventé el teléfono a mi cama y después me dejé caer en ella también. Mi día estaba siendo muy aburrido, muy normal como lo era antes de llegar a un pueblo al que nunca quise venir, sin embargo no me quedo de otra más que resignarme y dejar de actuar como niña mimada ante una circunstancia difícil. 

Pero estando aquí, después de los primeros meses aterradores, estresantes, malos, desagradables o extraños no todo resultó tan malo. Volví a ver a mi hermano al que no veía desde hace años, de los que parecían décadas e incluso siglos. Quizá no todo fue perfecto, quizá nuestra relación no es la misma y eso seguramente por las circunstancias tan diferentes en las que nos desarrollamos, porque éramos distintos y lo hicimos más cuando crecimos y adquirimos el si o el no para lo que nos atraviesa. Ambos crecimos, ambos forjamos personalidades diferentes, ambos tenemos ideologías y costumbres diferentes y eso en parte influyó en nuestra relación distanciada de hermandad. Pero lo que hemos vivido hasta ahora, sean cosas malas o buenas lo hemos sobrellevado todo de manera algo... Madura, dentro de nuestra definición, vaya. 

 Conocí a una mujer que se convirtió en mi mejor amiga en tan poco tiempo que es asombroso y difícil de creer.  Una chica que es un poco contraria a mi y a la vez completamente diferente, pero aún así eso no ha sido motivo suficiente de interponerse en nuestra amistad extraordinaria que llevamos. Ha sido todo un placer coincidir con gente hermosa como ella, con gente que sabes que vale la pena porque no se encuentra amigas sinceras todo el tiempo.