Diciembre había llegado.La nieve con ella y el frío más intenso la acompañaba. Todo ya olía a temporada que a mucha gente le agrada.
Ahora que la luz del día vuelvo a percibir, lo poco que sale de ella porque el clima parece oscurecerse cada vez que intento ser parte de un día armonioso y fallido, me doy cuenta de que las cosas están cambiando. Juro que el clima se ha oscurecido más. Las nubes sobre todo tapan los rayos del sol cada vez más escasos y son nubes tan grandes, gruesas y negras ayuda en gran medida.
Había un espacio enorme entre mis memorias y una lógica que se pierde, o que la tengo ya perdida y es por eso que no puedo sentirme mejor. Si lo que veo lo transforman en un cuadro, creo que sería el peor de la historia y algo que denigraría totalmente al arte, o quizá no, quizá sería la mejor obra de arte del siglo. Era la primera vez desde mucho tiempo que mi reflejo en el espejo veía con la luz del día y ahora entendía porque mi inconsciente nunca me dejó hacerlo cuando tuve la oportunidad. Y puedo estar agradecida con ello.
Por un momento, al tener la tela de mi suéter entre mis dedos recordé a Max su galanura al usar este tipo de prendas. La diferencia es que él se ve encantador y yo me veo como una señora en luto de hace años. Max se fue cuando esa marca por el reflejo del espejo se visualizó en mi ojos.
Levanté la mano libre que no sostenía el cuello del suéter para tocar mi cuello. Para descubrir que por más que yo quiera evadir el hecho maldito, la marca que me hace saber que eso sí pasó. O como siempre, entre mis búsquedas de razonamiento deductivo, creí que entre la pesadilla, en alguna laguna mental yo sola me haya lastimado de esa manera. Porque el que me haya hecho dos agujeros finamente visibles, con un radio de colores mezclados entre rojo, morado, azul, verde y unos cuantos más que sobresalen al igual que los primordiales, el negro, no es algo que pudiera hacerme sin estar consciente de ello, salvo que esté empeorando mi situación. Mis dedos pasaron por esa zona elevadamente con la intención de no hacer contacto físico porque hasta miedo me daba tocarme, porque duele en primero y segunda, es un recordatorio que me hace pensar que puedo estar loca y que soy sonámbula y me hago estas cosas estúpidas yo sola.
Tengo que cubrir bien esas marcas porque si alguien se de cuenta va a pensar lo peor de mi y es algo que no quiero porque el que pienses más cosas decepcionantes sobre mi, no me hace sentir mejor. No quisiera parecer otra vez loca frente a ellos. Así que lo más conveniente para una mente olvidadiza y extraña como la mía, sería no recordar lo que veo y siento todos los días. O al menos en cuanto el color huya, el hinchazón se vaya y el dolor, tanto del cuello y de mis brazos cuales del mismo color están, con la diferencia que ahí no tengo agujeros, pero sí más moretones, desaparezcan. Era cuestión de tiempo para que todo ésto acabara.
- Jordan, Lance te está esperando.
Dijo mi madre tocando la puerta haciéndome brincar del susto y tapar de un solo movimiento mi vergüenza y mi miedo.
- Ya, sólo quería venir a cepillar mi cabello.
- Bueno, ya está abajo mi amor.
- Ya voy.- Me alejé de mi mamá que intentaba taparse con su suéter su piel hermosa que al descubierto estaba. Pasé enfrente suyo y caminé para meterme a mi habitación, tomar mi credencial de la escuela y mi bolsa. Necesitaría mi identificación para poder firmar mi certificación. O eso me dijo Lance porque eso era algo nuevo para mi dado que en mi viejo instituto nada de ésto es necesario. Pero no aquí, aquí para que un profesor pueda subir tu calificación al sistema estudiantil tenemos que ir a firmar las materias cubiertas. Y yo estaba feliz porque todas estaban acreditadas. No con la mejor calificación pero como dicen por ahí; pasar es pasar.
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Ocultos.
Vampire- Nada de esto es real.- Murmuré muy segura de mi aunque frente a mis ojos tuviera la real y cruda veracidad. Mis manos temblaban, mi ojos comenzaban a nublarse, mi boca a secar, mi corazón a golpear con rudeza mi pecho y mis oídos a taparse para q...