Ocultos.

Los Ocultos dejaron de serlo. Ellos se manifestaron.

Al parecer esta ceremonia sí que es importante para mi mamá, Lance y Donal. Yo no creo que sea una ceremonia como tal, en parte claro que lo es por los ritos establecidos que supongo India dará, pero creo que es más una fiesta de Copa que ocupan para sus festejos y diversión pero no lo sé hasta que lleguemos allí, cosa que no hace falta mucho tiempo. Sólo hago suposiciones de lo que será la gran llegada del ser de ser , o eso es lo que he escuchado de un tiempo acá que no han dejado de insistir en que venga la ceremonia, celebración, fiesta o como le llame cada persona que la menciona. 

Mi madre aún no termina de arreglarse porque según el color beige deben de ir vestidos, y ella debe de estar buscando en sus ropas que trajo consigo. Donal está allá arriba con ella mientras yo espero sentada aquí en el cómodo sofá sin la intención de ir vestida como debería porque en primer lugar no tengo muchos ánimos, en segundo porque no tengo algo de ese color y en tercero yo no quiero ir, pero vaya que me han obligado prácticamente porque no quieren dejarme sola. 

Las ocho están a punto de marcar y según esto, a esa hora es la cita, pero esta familia a excepto de Donal no conoce la puntualidad, no para todo. Me removí cada vez más cómoda en el sofá para estirar mis piernas y dejar caer mejor mi peso hacia el respaldo. Creo que si no se dan prisa yo voy a quedar dormida...

- ¿Lista?

- No.

- Bueno, no importa, ya nos vamos de todas maneras. ¿Y Lance?

- Arriba.- Señalé hacía arriba con todas las ganas que no tengo.

- Ya chicas, estamos listos.- El que bajó fue Donal acomodando su saco de vestir color beige..- ¡Lance, ya!

Mi madre acomodó su falda bastante larga que cubre del frío todo su cuerpo de manera buena porque ya es invierno y eso se nota de más en este lugar. Lance, cuando ella terminó de acomodar sus ropas puestas, bajó callado sin decir una palabra a ninguno de los presentes. Sólo caminó sin mirarnos para salir de la casa sin cerrar la puerta porque supone que vamos de salida.

- Andando.- Dijo mi madre tomado mi mano para levantarme de la más rica posición que he encontrado estando así sentada. Me levanté y con mi nulos ánimos de ir, tomé mi chamarra negra para salir y caminar a la camioneta de Donal que guarda a un hombre silencioso y pensativo. 

Lance y yo seguimos distantes, estamos todavía perdidos dentro de una inexistente comunicación que no pretende salir a primera oportunidad. Tal parece que necesitamos decenas de oportunidades para que alguien decida hablar, para que alguien tenga el valor que ahora nos ha hecho falta. 

Subí, me acomodé y esperé como el resto de los dos hombres sentados en el auto. Los tres permanecemos silenciosos con el único interés en que mi madre termine de cerrar a puerta de la casa para adentrarse al auto e irnos.

- Es hora de alejarnos un poco de las cosas trágicas.- Dijo Donal mientras arrancaba el auto para así salir  y tomar la carretera que no está a más de diez metros de distancia de la casa. Mi madre supongo que sólo le sonrío porque ni Lance ni yo dijimos palabra alguna. No hay que decir lo que su boca dice con verdad. 

Mi celular vibró y saqué de la bolsa de mi chamarra al mismo para ver de quién se trataba. Uno fue de alguien importante para mi que no ha dejado de preguntarme cómo es que estoy después de haberle confesado lo que ya no habría entre aquel baboso animal, y yo. 

Avísame cuando vuelvas. Quiero platicar contigo un buen rato, ¿quieres?

Jerry me hizo sonreír y enseguida le comencé a escribir:

No tengo idea de cuándo vuelva, pero te aviso. Cuídate.

Iba a bloquear mi celular, pero volví a mirar el numero registrado con nombre que me hace recordar un accidente de hace unas noches. Danielle si bien dejó de mensajear y llamar todos los días cada hora o dos, ahora lo hace con dos simples pasos, decirme buenos días y noches. Mensajes que nunca le he respondido porque no sé qué decir, aún no sé si estoy enojada con la mujer linda y pelirroja más alocada que a mi vida le ha tocado conocer.