Sé que no lo merezco, pero quería llegar a tierra firme con ella... (Dorian)

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Esa risa. 

Esa risa. 

Esa risa. 

No puedo recordarte, pero sé que ya te había escuchado, o por lo menos visto. De eso estoy segura y nadie va a quitarme eso de la cabeza. Ni siquiera mi mente sana que se empeña en hacerme quedar como una loca. Yo sé lo que... 

¡Es el hombre! ¡Sí! 

Realmente no lo sé ahora. Quise suponer que es él, el hombre que empujó de mi en un risco. Pero yo había jurado que era Dorian, de verdad sé que es él, sin embargo ahora no entiendo ni una puta mierda. Me estoy convenciendo de que este pueblo quiere volverme loca.

 A pesar de tener algunas dudas, no puede ser tanta la coincidencia de que esa risa vuelva a ser repetida frente a mi. Quizá estoy alucinando y con el fin de demostrarme que he escuchado su risa y su voz mi cerebro busca algo, lo más acercado posible a lo real. Pero tampoco puedo descartar esa posibilidad porque no es alguien a quien conociera como para recordarla de un buen tiempo atrás para reconocerlo.  

- Debe de ser él. ¡Maldita sea tiene ser él!

- ¿Quién es él?

Cerré mis ojos con frustración porque no cabe duda que soy torpe. Decir las cosas en voz alta, teniendo a mi hermano aquí es un suicidio. 

- Nada. 

- ¿Nada? 

- El actor de una película del que quería saber. Es él.- Señalé hacia la televisión que estaba encendida. Patrick Dempsey estaba en cuadro y lo tuvo que arruinar. 

- Ese es el amor de mamá, ¿no?

- No, no ese no. Ya no lo van a pasar, debió haber salido de escena.- Levanté mis hombros restándole la importancia que él tenía que restarle porque nunca anda de curioso queriendo ver mis series. 

- Ah. 

Sin creerme obviamente, se sentó junto a mi. 

- Oye, Lance... 

- Mmm. 

Tenía unas ganas de preguntarle por algo absurdo dado que hasta por el vestido ya fuimos hace algunos días y toda la cosa. Pero quería tener la aprobación completa de él para así no sentirme tan desdichada. Si he aceptado ir, entonces que sea al menos una buena noche.

- ¿A qué hora te irás mañana?

- ¿A dónde? - Preguntó con dificultad por sostener con su boca la misma lata donde está bebiendo para poder seguir metido en su aparatito ese. 

- Al baile, ¿a qué horas te iras al baile? 

- Va a comenzar a las ocho, supongo que a las siete con diez nos dará buen tiempo de...- Cómo ya se había tardado y como yo esperaba, dejó de hacer sus cosas,  ver el teléfono, tomar su refresco enlatado para mirarme, más que mirar quiso meterse en mí y matarme por dentro.- Nos vamos a ir a las siete con diez , Jordan, ¿por qué?

- Por "nos vamos a ir", te refieres a los chicos y tú, ¿no es así?

- No vas a ir con él, Jordan. Lo sabes. 

- Pero, es que... Me invitó el día que fuimos por el vestido. 

- No me recuerdes ese día.- Nadie quería recordar ese maldito día en el que Danielle se la pasó horas buscándonos un par de estúpidos vestidos que según ella eran los indicados para cada una de las dos. No sé si sea el indicado para mí, pero al menos para ella, es espectacular.

Ocultos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora