3.

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— Carlos...

— No, Perdóname de verdad.

Saco su rostro del timón y me vio ahora más frustrado que triste, era claro como se sentía. Por mi parte estaba feliz, nadie se tomaria el tiempo de invitarme a salir y mostrarse así por un obstáculo de nuestra salida.

— Llama a la grúa, no te preocupes.

— ¿Crees que se remedie la salida con pizza?

— Claro, la pizza es la salvación.

Sonreía como si no hubiera mañana, llamó a la grúa y todo parecía que debíamos esperar media hora, son las seis de la tarde. La noche es joven como diría mamá.

Para pasar el tiempo saque mi teléfono y puse música, después de todo la música nunca falla.

— ¿Qué? —Carlos me veía riendo.— No sabía que te gustará 24k magic de Bruno Mars.

— ¿A quién no?

Me ponía nerviosa que me viera pero no impedia que cantara la famosa canción de Mars, a media canción se unio cantando.

— Me gustas.

— ¿Qué?

— Digo que me gusta como cantas.

Me sonroje ante su explicación, sentía la cara caliente y un mar de emociones. Carlos era aún más atento de lo que antes era.

Una hora después me encontraba caminando con Carlos para la pizzería de Sam, quería pagar la pizza pero él se negó.

— Esto es increíble, yo pensaba pasar tiempo contigo en el restaurante más hermoso. —dijo algo nervioso.— Pero aquí estamos en una pizzería.

— Relájate, yo me siento muy bien aquí contigo.— dije agarrando su mano.— No importa a que lugar vayamos, a mi me gustará.

Es impresionante que comieramos toda la pizza mientras hablabamos.

— Es tarde, debo regresar a casa.

— Te voy a dejar, luego tomo un taxi a casa.

Salimos de la pizzería en dirección a mi casa, mientras caminábamos él me miraba y yo también lo hacia. La lluvia había pasado ya, pero dejó charcos peligrosos para los transeúntes.

— ¡Maldición, fíjate por donde pasas!

Un camión paso de nuestro lado sin piedad alguna mojandonos de pies a cabeza. Carlos reclamaba pero el chofer solo reía de vernos mojados.

— Esto fue divertido.

— ¿Qué? ¿Es broma cierto?

— No, fue una salida inolvidable Carlos.

Carlos me miraba desde que dije que la salida fue mejor de lo que imagine, sonreía como su hermano.

Espera...  ¿Qué?  Deja de pensar en Javier boba.

En la puerta de mi casa pude ver como mamá espiaba por la ventana, nerviosamente buscaba las llaves de la casa. Cielos no se que me pasa ahora.

— Bueno, gracias por todo te quiero. —dije abriendo la puerta.— Nos vemos.

—Fernanda.

Doy media vuelta viendo frente a mi un chico que valía la pena, mejor que su hermano incluso. Bueno, eso decía mi cerebro pero corazón no tanto. Se acerco tanto a mi que sentía que el corazón lo tenía en la garganta. Pero él beso mi frente.

— No fue nada, hasta pronto.

Eso fue tan... Inesperado.

(...)

Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora