46.

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FERNANDA SANTINI

—¿Cómo que la llanta se pincho?

—Sí, y no traje repuesto señorita.

Me quedo paralizada en el asiento con el doctor Garrido igual que yo...

—Llamaré si alguien puede venir por nosotros.

Me da miedo todo esto, siento que mi corazón se esta quedando y la idea de  decepcionar a Carlos empieza a carcomer mi mente.

—Ya vendra alguien, Fernanda, espero no te enojes.

Hice una mueca suponiendo que ya llamo a Harris.

LAUREN CAMERON

Carlos esta muy nervioso y siento que todos también estan con esa pregunta de ¿Dónde esta la novia? Sin embargo veo como el papá de Fernanda va con Erin.

Charlan un momento y ella del enojo pasa a una mirada preocupada, algo malo debe estar pasando con Fernanda.

—Yo la iré a traer no te preocupes... 

Todos al ver al hombre salir apurado se levantan para preguntar pero Carlos no sabe donde pueda estar su futura esposa y la prensa lo ha notado.

Erin se le ha acercado al sacerdote para hablar de la tardanza de su hija y claramente Carlos la ha escuchado y veo más calma en su rostro.

El sacerdote sale a pronunciar unas palabras para poner a todos calmados.

—Hijos míos. —llamaba el sacerdote—, necesito que se sienten, la novia a tenido un problema con el vehículo que la traería.

Muchos sonrieron y unos de los antiguos jefes de Carlos, Dave Fuut, dijo que a su esposa que estaba presente también le había pasado y que ella tardo dos horas en llegar a la boda y sumamente despeinada.

No me preocupa volver a arreglar a Fernanda eso es lo de menos pero me preocupa que no haya venido

Todos reímos al escucharlo.

HAROLD HARRIS

Siento un dolor en el pecho al saber que mi propia hija no va aceptar subir a mi auto.

Los encuentro en la carretera JeanPitts a tres kilómetros de la iglesia, no veo a mi hija pero si a Samuel y al chofer con la grúa apenas llegando.

—¡Pensé que no vendrías!

—¡Eso nunca! —asegure buscando a Fernanda.

Y la veo salir del auto, su vestido es clásico pero con perlas incrustadas en el final de la falda y el corsé también, su pelo esta ondulado, impresionante ya que su pelo es lacio, me ve con un cierto deje de rechazo y enojo.

Samuel lo percibe.

—Es el único que respondio y Carlos no podía venir.

—comprendo, él no debe verme antes de la boda. —Le habla omitiendo la parte en que yo vine—, realmente quiero irme ya ¿Podemos?

Samuel le sonríe tiernamente y ella también a él, me acerco a ella aún temiendo que me diga que no la toque, le sonrió y la abrazo.

Ella no me rechazó pero siento su sentimiento de alejarse no por no querer abrazarme sino porque accidentalmente moví su velo. Dejo de abrazarla y aunque no me sonríe igual de feliz conmigo el sentimiento de paz ya lo llevo en el pecho en vez del dolor.

Samuel la ayuda a sentarse para no arruinar nada del vestido y lo ayudo a meter la blanquecina cola del vestido.

Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora