Vientre en Alquiler #1

23.

Maratón 1/?

FERNANDA SANTINI

Dos días exactos me dieron de alta, todas las enfermeras se despedían de mi ya que había formado alguna clase de amistad con ellas y con el doctor Garrido. Muchos buenos deseos y un hasta pronto me eran dados pues guardaban las esperanzas de verme para el parto y claro para mi primer bebé y no con mi vientre alquilado.

- Cuidate, si sientes molestias. -me hablaba el doctor- Llámame.

- Claro que sí.

Carlos firmaba unos papeles y mamá con las demás esperaban conmigo para salir victoriosos. Cabe decir que no acepte que Javier y su padre vinieran a recogerme con los demás y Carolin debía manejar el bufete, así que solo a ella aceptaba que faltará.

- Fernanda, debemos hablarle a Carlos de lo que ya sabes...

Lauren se mostraba nerviosa ante los documentos que encontramos el día que tuve el incidente que me dejó por meses en el hospital.

- No creo que sea el momento.

Todo sería una sola guerra mundial si hablábamos en el momento erróneo, pero si tenia la certeza que hablariamos pronto.

- Tendremos eso pendiente, ¿Si?

- Claro, tu me dices.

Lauren accedía hablar ese tema luego...

- Listo, salgamos de aquí.

Carlos salía de la oficina del director del hospital, se miraba cansado y desesperado. Todos nos dirigimos al auto de Lourdes, Carlos me llevaba en silla de ruedas por el grado de cuidados que debo tener.

¿Escuchaste bebé? ¿No?

Pues te cuidaré con mi vida.

Literalmente...

- Todo saldrá bien.
- Me decía Carlos.

Ya que mi situación cambio mamá debia trabajar en la cafetería tiempo completo para reponer mi parte del dinero ya que no me darán mi sueldo completo por la suspensión, ¿Una basura que se queden con mi sueldo casi completo?

Definitivamente.

Así que estaría sola en casa y al principio no aceptaba pero debo quedarme en casa de Lourdes, mamá así lo propuso ya que sabía que no podría ella sola. Me animaba a esa opción diciendo que no estaría sola ya que nuestra mascota le brindará compañía.

El viaje fue algo lento y muy seguro para mi...

Josh y Javier se encontraban en la entrada esperando por nosotras y algo en mí se enojo. Queria gritarles, golpearlos y de todo lo que podía imaginar.

- Bienvenida a la casa, Fernanda.

- Gracias Josh. -Carlos guió la silla adentro y Javier trato de hablarme- Tú, maldito no me hables.

Carlos se sorprendió tanto a como me dirigí a su hermano que una sonrisa tenue apareció.

- Vaya, creo que haz cambiado.

Javier me miraba neutral y Carlos se rió más fuerte y habló.

- La hipocresía no va con ella, hermanito.

Javier nos miraba de manera consecutiva con la idea de que algo sabíamos, pero al decir verdad solo yo de los dos sabía de su plan. Mamá se despidió y me aseguró que vendría a verme todos los días, Lauren la iría a dejar y volvería con mi ropa.